En cada ocasión especial los indígenas kariñas danzan el Mare-mare, baile colectivo grupal mediante el cual no sólo estrechan las relaciones en sus comunidades, sino además aseguran la continuación de la existencia.
Y es que para los kariña, etnia ubicada mayoritariamente en la mesa de Guanipa, estado Anzoátegui, la propia existencia de los seres humanos es el resultado del baile antiguo, pues refieren que los héroes celestiales crearon el mundo con el poder de la danza, y toda la tierra es la obra mágica de esos primeros bailarines.
Enlazados, danzando en círculos o rueda entonan un canto monótono y grave:
Mare-mare se murió
en el camino de Angostura
yo no lo vide morir
pero vi su sepultura.
Un baile de leyenda
Cuentan que el anciano cacique Mare Mare debió partir hacia el sur y falleció en el camino. Lo enterraron apresuradamente, sin poder rendirle homenaje. Como desagravio, cada año su pueblo hacía una peregrinación al lugar donde lo habían enterrado y allí cantaban, bailaban y recordaban su vida.
Esta es una de las versiones del nacimiento del Mare-mare, de una gran vitalidad, que se baila y se canta en todas las fiestas kariñas y se ha convertido en el elemento fundamental de su identidad, parte vital de su patrimonio cultural.
También se dice que esta danza, practicada desde tiempos remotos, hace referencia al ciclo lunar.
Otras versiones señalan que el Mare-mare es el nombre asignado a los tallos de carrizos, con los cuales se elaboran las flautas que interpretan la música de la pieza.
En sus comienzos el Mare-mare era un simple canto. Luego le introdujeron instrumentos de viento como la flauta o pitos, y el tambor kariña (pequeño y de cuero de venado o chivo). Más recientemente se le incorporó el cuatro, guitarras y bandolinas.
Al oriente de Venezuela
Esta danza, un vistoso espectáculo que se realiza en las festividades, celebraciones y rituales fúnebres, tiene arraigo en los estados Monagas, Sucre, Anzoátegui, oriente de Guárico, Bolívar y Delta Amacuro, en los que se cantan y bailan una serie de estrofas que aluden al Mare-mare.
El baile se distingue por poseer variados caracteres o figuras en una coreografía grupal: la culebra, consiste en moverse como dicho animal; el güiareño, en el que se dan patadas; maroicto, que son movimientos hacia atrás y paquira, en el que las mujeres patean a los hombres.
Estos movimientos son muy sincronizados, los bailarines los hacen sin levantar el pie del suelo, hacia adelante, hacia atrás, abrazados y formando columnas o círculos.
La maraca marca el compás del baile, pero también se ejecutan flautas de carrizo o recrekushi, que es una especie de batería de flautas de pan, el bandolín lleva la melodía, además del cuatro y el tambor.
El Akaatompo, o día de los muertos, es la festividad más importante de los kariña. Con gran orgullo todos se unen para bailar Mare-mare, usando un vestuario especial, muy colorido, con camisones adornados, alpargatas y collares.
Herencia caribe
Su principal actividad económica es la producción de yuca, ají dulce, maíz y sorgo, además de la ganadería, la caza y en menor escala, la pesca.
Los Caribes, antepasados directos de los Kariña, fueron un pueblo de navegantes aguerridos que expandió su territorio al Mar Caribe y a sus islas. Tras la llegada de los europeos hicieron gran resistencia a la conquista. Actualmente muchos han emigrado a las grandes ciudades como El Tigre y Ciudad Bolívar pero se esfuerzan por conservar su lengua y tradiciones.
Entre sus costumbres destaca el mare-mare, un patrimonio cultural no sólo del pueblo kariña, sino del oriente del país y de toda Venezuela. En las fiestas patronales de algunos pueblos, los criollos lo bailan por las calles con atuendo de indígenas.
Con información de Registro del Patrimonio Cultural , Educación Musical en Venezuela e Interculturalidad y Tradición
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1 comentario
Tradición casi olvidada.