Escondida entre las montañas que rodean al pueblo Altamira de Cáceres, en el estado Barinas, se encuentra la Cascada del Silencio. Un tesoro natural de 30 metros de altura que ofrece a las y los visitantes, la posibilidad tanto de relajarse como de activar la adrenalina.
La Cascada del Silencio, paradójicamente así llamada porque entre la vegetación solo se escucha el ruido que produce el agua que corre entre sus piedras, es ideal para practicar el cañonismo o barranquismo, que es como se denomina al deporte de aventura que consiste en descender, generalmente a rapel, barrancos de un río.
También conocida como la Catarata del Silencio o Cascada El Silencio, la mayoría de sus visitantes disfruta lanzándose en clavados o simplemente nadando, una merecida recompensa luego de andar durante una o dos horas por estrechos caminos para conocer a esta hermosa caída de agua del río Santo Domingo.
Altamira de Cáceres es una de las ciudades patrimoniales de Venezuela

Altamira de Cáceres, Barinas.
Fundada el 30 de junio de 1577, Altamira de Cáceres es una población que ostenta el título de valor histórico, porque es el primer centro poblado del estado Barinas. Además, es una de las ciudades patrimoniales de Venezuela por su valoración arquitectónica, cultural y ambiental.
Ubicada en pleno piedemonte andino, al noroeste del estado Barinas, Altamira de Cáceres pertenece actualmente al municipio Bolívar cuya capital es Barinitas. Este pintoresco pueblo está ubicado a 508 metros de altitud y a orillas del Río Santo Domingo.
Su fantástico clima, con una temperatura media de 22 grados centígrados, es ideal para las y los temporadistas. La radiante belleza de su paisaje montañoso es propicia para un gran desarrollo turístico, pero hasta ahora su principal actividad es la agrícola con cultivos de café, hortalizas, yuca y maíz, entre otros.
Recorrido por la carretera Intercomunal Barinas-Barinitas
Una distancia aproximada de 48 kilómetros separa a Altamira de Cáceres de la ciudad de Barinas. Por ello, el inicio del recorrido, desde la capital llanera hacia la Catarata del Silencio, lleva entre 30 minutos y una hora por la carretera Intercomunal Barinas-Barinitas.
El paseo es generalmente organizado por guías expertos en excursiones a pie (también llamadas trekking), pues el recorrido de unos 4,5 kilómetros, desde Altamira hasta la catarata es un descenso en plena vegetación de bosque tropical, siguiendo estrechos senderos de tierra combinados con pasos de agua del río, lodo y piedras resbalosas.
La pequeña travesía puede hacerse entre una y dos horas. Con el debido cuidado y respetando las recomendaciones de los guías, es posible disfrutar del paisaje, refrescarse en los pequeños pozos o cascadas existentes y hasta tomar fotos o videos.
Amantes de la ornitología suelen participar en el paseo
Entre la vegetación destacan árboles de Nuez, Guama, Bucares y Cedros, algunos de los cuales sirven de sombra a pequeñas siembras de café, cacao o aguacates. La fauna que más se deja ver son las aves, por lo que amantes de la ornitología suelen participar en estos paseos.
Conscientes de la importancia de cuidar a las y los turistas, la comunidad de la zona se ha organizado para señalizar varios tramos de la ruta. Así, se cuenta con avisos sobre donde hay cobertura telefónica y números de atención de emergencias.
Como el regreso es subiendo la montaña, es preciso llevar equipaje con poco peso. Comida ligera que incluya algún alimento para subir el potasio, como cambures, y solo la hidratación necesaria es lo más recomendable para la comodidad de las y los viajeros.
Escenario relajante y encantador
El escenario donde se encuentra la Cascada del Silencio es encantador y relajante. La caída de agua de unos 30 metros, con mayor caudal del cristalino líquido en algunos meses del año, termina en un pozo de unos tres metros, donde el placer es nadar.
Pese a que el agua es fría, no constituye un obstáculo para las y los bañistas, a quienes les encanta nadar a través de la cortina líquida que cae de la cima para sentarse en la cavidad de la montaña a disfrutar de las vistas y luego regresar al pozo.
Los más atrevidos practican el cañonismo o barranquismo (Canyonig), lo que también entretiene a los excursionistas. Siguiendo las indicaciones de los expertos, deportistas de aventura bajan a rapel la cascada del Silencio con sus cascos, un arnés, una cuerda especial y bloqueadores mecánicos. Un buen chapuzón es gratificante al final del difícil descenso.
Otro pozo ideal para clavados
El balneario cuenta con una caída de agua más pequeña acompañada de un pozo adicional, a poca distancia más abajo, con una profundidad calculada en seis metros, lo que lo hace ideal para que las y los bañistas se diviertan practicando clavados.
Además de recomendarse la compañía de guías locales para ir a la Cascada del Silencio porque el r
ecorrido presenta dificultades, es indispensable constatar las condiciones climáticas, especialmente en la época de lluvias, para verificar el comportamiento del cauce del río ante posibles crecidas que obstaculicen o imposibiliten la salida de la zona.
También se recomienda no ingerir bebidas alcohólicas y hacer un debido manejo de los desperdicios para facilitar la recolección de la basura en los sacos que llevan los guías y así mantener limpio a este paraíso natural.
Con información de Steemit, Fama, Luis Fonseca Blog, Wikiloc y Venezuela Tuya
Fotos cortesía de Steemit, Luis Fonseca Blog, Wikiloc y Ewuar Canelon (@yoswar) publicadas en Peakd
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