En las últimas semanas el término DANA se ha hecho tristemente célebre por las graves afectaciones que ha causado en España, pues, aunque las lluvias torrenciales y las tormentas son habituales en las regiones mediterráneas de ese país en los meses de septiembre y octubre, las que cayeron recientemente han roto todos los registros. Lamentablemente, las tormentas extremas asociadas provocaron graves inundaciones, granizadas y tornados en Valencia, Castellón, Málaga y Albacete, más de 200 fallecidos y un alto número de desaparecidos.
A final de octubre, en la provincia de Valencia cayeron hasta 500 litros de agua por metro cuadrado y en algunas de sus poblaciones llovió más en una hora de lo que suele hacerlo en todo el año. Una nueva ronda de lluvias torrenciales puso en vilo a la costa mediterránea de España a mediados de noviembre, cuando cayeron 150 litros de agua por metro cuadrado en pocas horas, lo cual hacía temer que se repitiera la historia.
Los expertos interpretan esta DANA como un fenómeno provocado por condiciones meteorológicas muy excepcionales, cuyas características pueden atribuirse principalmente al cambio climático provocado por el hombre.
El devastador efecto del fenómeno en España evidencia la gravedad de la crisis climática y la falta de previsión de la gran familia humana ante esta y otras situaciones. Si continúa la quema de combustibles fósiles será imposible evitar eventos extremos como este.
¿Qué es y por qué aparece la Dana?
Conocida anteriormente como “gota fría”, DANA es un acróstico que significa «Depresión Aislada en Niveles Altos». Se trata básicamente de una masa de aire frío que queda aislada y circula a gran altitud.
Ésta se forma a partir del chorro polar, una corriente de vientos muy intensos, entre 150 y 300 km/h, que circula en la parte alta de la atmósfera, a unos 9.000 metros de altitud. Su recorrido gira en torno al Polo Norte y de Oeste a Este (de Norteamérica a Europa y Rusia).
Este fenómeno atmosférico es habitual y especialmente peligroso en verano y otoño. Se producen cuando un sistema de bajas presiones se separa de las corrientes que rodean la Tierra y fluye de forma independiente.
Normalmente, esa masa circula por varios días, tomando trayectorias erráticas. Ahora bien, cuando esa trayectoria es vertical y hacia abajo provoca un descenso de la temperatura en las capas intermedias y bajas de la atmósfera. Al chocar con aire más caliente, lo que ocurre cuando acaba el verano en la zona del Mediterráneo, se genera una inestabilidad que deriva en tormentas extremas.
Existen otros fenómenos similares como la BFA (Borrasca Fría Aislada), que se aísla de modo distinto, pues mientras la depresión solo se genera en grandes altitudes, la BFA puede gestarse en la superficie, y su poder devastador resulta más inmediato y contundente.
Referencias históricas
El término DANA se acuñó a principios de la década del 2000, pero su origen se remonta a 1886, cuando los científicos alemanes introdujeron el concepto “kaltlufttropfen” o “gota de aire frío” para describir una perturbación a gran altitud, pero sin reflexión aparente en la superficie. El concepto de “gota fría” se consideró en algún momento obsoleto, y se propuso el acrónimo.
Por otra parte, el nuevo término rinde también homenaje al meteorólogo Francisco García Dana, jefe del Centro de Predicción del Instituto Nacional de Meteorología español, fallecido en 1984.
En España ha habido fenómenos de la DANA muy recordados por sus consecuencias catastróficas. En octubre de 1973, una tormenta afectó a Almería, Granada, Alicante y Murcia, cobrando la vida de al menos 150 personas.
Más temperatura más riesgo
Según los expertos la DANA se está produciendo con más frecuencia en los últimos años debido al progresivo aumento de la temperatura del Mar Mediterráneo. Sus condiciones facilitan que haya más energía y humedad, ocasionando mayor potencia.
Un estudio de la Sociedad Meteorológica Estadounidense detectó, en 2023, un incremento de las DANA desde la década de 1960 a escala global. Esto lo confirma un análisis del World Weather Attribution (WWA, por sus siglas en inglés), grupo de referencia global en el estudio del cambio climático. En su evaluación señala que las lluvias torrenciales han sido 12% más intensas y el doble de probables en comparación con el clima preindustrial, es decir, sin un planeta 1.3°C más cálido.
Asimismo, un grupo de especialistas de Climate Center asegura que el cambio climático en 2024 aumentó entre 50 y 300 veces la probabilidad de que las altas temperaturas del océano Atlántico añadieran humedad a la tormenta.
La más mortífera
La DANA más mortífera del siglo en Europa también será recordada por batir el récord de lluvia en una hora de España, concretamente en Turís, Valencia, con 179,4 litros por metro cuadrado, batiendo en 20 litros el anterior récord de España (Vinaròs, Castellón, en 2018). En tres horas llovió en Turís lo que cae en un año completo y a lo largo del día se acumularon en esa zona más de 618 litros/m2.
Las intensas lluvias saturaron rápidamente los suelos, generando súbitas crecidas en torrentes, cauces y ramblas que se desencadenaron en pocas horas, reduciendo el tiempo de respuesta. Videos publicados en redes sociales mostraron una lengua de agua y barro que se extendía por calles y veredas, incluso en zonas en las que no llovía.
Expertos señalan que la catástrofe podría ser la más grave en España desde 1962, cuando unas riadas dejaron un millar de muertos en la comarca del Vallés, en Cataluña. Pese a que la Agencia Estatal de Meteorología elevó al máximo el nivel de alerta y advirtió de “un nivel de riesgo para la población muy alto”, las autoridades no adoptaron medidas excepcionales.
La traumática situación ha dejado en evidencia el impacto de la desordenada ocupación del territorio en el litoral mediterráneo español, una de las zonas más densamente pobladas y turísticas del país, donde desde hace décadas se construye en zonas inundables. En la Comunidad Valenciana abundan los cursos de agua estacionales, habitualmente secos pero expuestos a crecidas ocasionales, y en ellos se han construido los barrios.
Cambio climático y DANA
La variabilidad del clima y el cambio climático coexisten en eventos extremos como la depresión en niveles altos o DANA en España. El cambio climático modifica la circulación atmosférica y aumenta la temperatura de los océanos. Esta energía adicional en la atmósfera, junto al calentamiento global, generan condiciones favorables para la formación de eventos intensos.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), ha advertido que el cambio climático incrementa la frecuencia y severidad de este tipo de fenómenos, aumentando el riesgo de desastres en zonas vulnerables como la costa mediterránea. Estos eventos no solo ponen en riesgo vidas, además generan un significativo impacto económico y social, exacerbando las desigualdades y revelando la vulnerabilidad de las infraestructuras urbanas actuales frente al clima cambiante, señala el informe.
En un artículo publicado por la revista BioScience en octubre y titulado The 2024 state of the climate report: Perilous times on planet Earth, advierten que diversos indicadores climáticos clave, como la temperatura de la superficie oceánica y la masa de hielo en el Ártico, están alcanzando niveles alarmantes.
Este año las temperaturas de la superficie del mar batieron récords históricos. Además, el Ártico está experimentando una reducción acelerada de su capa de hielo, lo cual genera un “efecto albedo” en el que menos luz solar es reflejada de regreso al espacio, contribuyendo aún más al calentamiento global. También la deforestación disminuye la capacidad del planeta para absorber dióxido de carbono, acelerando la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, mientras el consumo de combustibles fósiles sigue aumentando. Científicos advierten que, si se supera el umbral de 2°C de calentamiento, las consecuencias serían irreversibles.
Más confirmaciones
Un informe publicado en la plataforma europea Climameter, proyecto de investigación financiado por la Unión Europea y el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), indica que la intensidad de las precipitaciones sin precedentes, como los hasta 630 mm registrados en Turís, Valencia, en 24 horas, se pueden atribuir a la crisis climática.
“Este fenómeno meteorológico extremo estuvo impulsado por condiciones meteorológicas muy excepcionales, que se atribuyen principalmente al cambio climático antropogénico. En este contexto, la variabilidad natural del clima desempeñó un papel muy modesto”, revela el trabajo.
Dicho estudio se llevó a cabo utilizando un método de revisión por pares, que se basa en información meteorológica histórica de los últimos 40 años. El análisis también evalúa la contribución de diferentes fenómenos naturales como El Niño, la Oscilación Decadal del Pacífico y la Oscilación Multidecadal del Atlántico.
Según indica el equipo internacional que firma el trabajo, las condiciones son “hasta 4° C más cálidas en el presente en comparación con el pasado, lo que favorece la formación de tormentas sobre la cuenca mediterránea durante los eventos de la DANA”.
Una realidad cada vez más evidente
Actualmente el cambio climático es una realidad innegable que contribuye a la creciente intensidad de eventos climáticos extremos. Ante el evidente desequilibrio en el planeta, se subraya la necesidad urgente de tener sistemas de alertas tempranas, actuar de inmediato para mitigar el calentamiento global y adaptarnos al clima cambiante.
En las últimas semanas además de la DANA se han producido otros eventos extremos en Europa que han golpeado la región mediterránea en Italia con inundaciones, o la tormenta Kirk en Bélgica. La tendencia es que los fenómenos extremos sigan aumentando y tengamos que adaptarnos.
Estas evidentes consecuencias del cambio climático no parecen ser aún asumidas por las principales autoridades del mundo, mientras sus efectos nocivos parecen ya irreversibles y se han acelerado. En tanto, los recursos minerales se agotan.
Resulta tarde ya para simplemente reconsiderar el modelo de crecimiento y reducir el consumo de energía y agua. Cada día se hace más evidente que el sistema actual y el orden neoliberal trae desigualdad e incluso muerte.
Con información de Wired, BBC, Agencia SINC, Heraldo, El Salto Diario y Climática
Fotos cortesía de EFE y Europa Press
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