La iconografía de la gesta independentista de Venezuela tiene en Martín Tovar y Tovar, uno de los más importantes y significativos exponentes.
Este sobresaliente y prolífico artista plástico caraqueño ha sido considerado un retratista incomparable, el más grande muralista latinoamericano del siglo XIX, un precursor del paisajismo y del uso de la fotografía como base para la elaboración del retrato al óleo.
Sus obras pictóricas, que plasman un período trascendental de la historia patria, las figuras de los héroes de la lucha emancipadora, las grandes batallas del Ejército Libertador, son íconos de nuestra identidad y esencia de lo afirmativo venezolano.
Cronista plástico de la historia
Con un excelente dominio de las técnicas, gracias a su formación académica en España y Francia, así como a su gran capacidad de observación del espíritu humano y de la naturaleza, Martín Tovar y Tovar inicia en 1874 la realización de una serie de retratos de los héroes de Independencia para la galería del Palacio Federal Legislativo, aún en proceso de construcción, por encargo del entonces presidente de Venezuela, Antonio Guzmán Blanco.
En sus lienzos, creados en Paris, quedan plasmadas las figuras de Simón Bolívar, Francisco de Miranda, Santiago Mariño, José Félix Ribas, Juan Bautista Arismendi, José Francisco Bermúdez, José Antonio Páez, Rafael Urdaneta, Antonio José de Sucre, Gregorio Mac Gregor, Francisco de Paula Santander y Antonio Ricaurte, entre otros próceres.
Otro encargo del gobierno de Venezuela, una gran obra para la exposición conmemorativa del Centenario del Nacimiento del Libertador, que se realizaría en 1883, reveló al gran muralista. La Firma del Acta de la Independencia, creación precedida por tres bocetos o versiones, el segundo de ellos exhibido en el Salón de los Artistas de París, fue traída por Tovar y Tovar a Caracas.
Francisco de Miranda es el protagonista de esta magnífica pintura que se llamaría, inicialmente, El constituyente de 1811. Obra con la que ganó el primer premio de la exposición, seguido de Arturo Michelena y Cristóbal Rojas, quienes obtuvieron el segundo y tercero, respectivamente. La Firma del Acta de la Independencia puede ser disfrutada en Salón Elíptico del Palacio Federal Legislativo, donde también se encuentran las pinturas murales de las batallas de Carabobo, Junín, Boyacá y Ayacucho.
Las batallas de Carabobo, Boyacá y Junín
La escenificación de las grandes batallas inició en enero de 1984, también por encargo del gobierno de Venezuela. En esta ocasión, le solicitaron al pintor siete lienzos. Martín Tovar y Tovar debía representar las hazañas del Ejército Libertador en Carabobo, Boyacá, Junín y Ayacucho, además del Tratado de Coche y dos alegorías: la de la paz y la del progreso.
De lo solicitado, el artista plástico alcanzó a concluir los tres primeros. La batalla de Ayacucho fue realizada, con base a un boceto de Tovar y Tovar, por Antonio Herrera Toro, discípulo y asistente.
El mural alegórico a la batalla de Junín se desprende del techo del Salón Elíptico 1901. Su autor delega la reposición de la obra a Herrera Toro, quien se guía, para tan importante encomienda, por los bocetos del artista.
De todas estas obras la más importante es, sin duda, es la plasma la Batalla de Carabobo. El artista a través de episodios culminantes, con un lenguaje plástico legendario, épico y romántico, hace que el espectador concurra a la gesta del 24 de junio de 1821 con solo girar la mirada y recorrerla. “Tovar y Tovar en su mural de la bóveda del Salón Elíptico muestra sin duda alguna al más grande muralista latinoamericano del siglo XIX y uno de los más brillantes del mundo”, afirmó el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros.
Sus inicios en el dibujo
Martín José de Jesús Tovar y Tovar nació en Caracas, el 10 de febrero de 1827. Es hijo de Antonio de Tovar, oficial español, y la mantuana caraqueña Damiana Tovar Liendo.
Se inicia en el dibujo, a los 12 años, con las clases que impartía el maestro Antonio José Carranza. Aprendizaje que continuó con Carmelo Fernández, dibujante, pintor, litógrafo, pedagogo y militar, quien era profesor de pintura en el Colegio La Paz, donde obtuvo el título de bachiller. Pero, además, asistió al curso de Celestino Martínez, en el Colegio Roscio, durante esa época.
A los 17 años, apremiado por su situación económica, el bachiller MartínTovar y Tovar, en sociedad con Carmelo Fernández, Rafael Meneses y Pedro Correa, establece una empresa de servicios litográficos que adquiere las máquinas los alemanes Johann Heinrich Müller y Wilhelm Stapler e inicia operaciones en la casa de Antonio Damirón, conocedor del oficio y el negocio.
España y Francia
Con 23 años viaja a España con el propósito de estudiar pintura y ampliar su formación artística. En 1850 ingresa en la Academia de San Fernando en Madrid. Allí estudia con José de Madrazo, colorido y composición; Federico de Madrazo, arqueología y ropaje; Antonio Esquivel, anatomía pictórica; Patricio Rodríguez, perspectiva, y Francisco José Fabre, historia y costumbres.
Pero además de asistir a la academia, Martín Tovar y Tovar es un visitador asiduo de los museos. Particularmente del Prado, donde escudriña la obra de los artistas clásicos (Velázquez, Goya y Murillo, entre otros); así como “los usos de sus contemporáneos”.
En 1852 parte a Paris, donde se inscribe en la Academia particular de León Coignet, cuyas enseñanzas tuvieron una influencia decisiva en la revelación de su talento. Permanece en la capital francesa dos años y regresa a Venezuela en enero de 1955.
El retratista y el maestro
Entre 1855 y 1860 el artista se dedica fundamentalmente a pintar retratos. Recién llegado de París era lo único que le ofrecía Caracas en materia de arte. Al respeto escribió su discípulo Antonio Herrera Toro en El Cojo Ilustrado: “(…) retratos que maravillaron por la extraordinaria semejanza, por la frescura del colorido, por la manera nueva, enteramente diferente de las que hasta entonces eran aquí conocidas”.
Sus mejores retratos son de esa época y entre ellos destaca el que realizó de su hermana Ana Tovar y Tovar de Zuloaga. Vuelve a Paris en varias oportunidades, la primera de ellas en 1962. Permanece allí por un año y seis meses. Posteriormente viaja a Londres, donde participó con dos lienzos en la Exposición Internacional del Crystal Palace, con buenos comentarios en los periódicos ingleses de la época.
Regresa a Caracas y en 1864 funda, asociado con José Antonio Salas, un estudio con el nombre “Fotografía Artística de Tovar y Salas”, ubicado en la esquina Principal, de la Plaza Bolívar. Un lugar muy visitado posteriormente que, se convirtió en un centro de reunión de escritores, políticos y hombres de gobierno, incluso el propio Antonio Guzmán Blanco.
Promovieron el local con un aviso que informaba los tipos de trabajos fotográficos que podían realizar. «(…) Desde las más pequeñas dimensiones hasta el tamaño natural, iluminaciones al óleo, a la aguada, al pastel, a la tinta china, etc., etc. Retratos al óleo hasta el tamaño natural y de cuerpo entero, pintados sobre tela expresamente preparada y no sobre papel entelado. Se hacen también toda clase de reproducciones aumentadas o disminuidas. Se garantiza toda obra que salga del establecimiento. Parecido perfecto en todo retrato.”
También se dedicó a enseñar. En 1859 ingresa como profesor de dibujo natural, lineal y topográfico. Diez años después, en 1869, Martín Tovar y Tovar asume la dirección del Instituto de Bellas Artes, creado el 28 de octubre de 1868, donde también imparte clase y entre sus alumnos está Antonio Herrera Toro.
Los paisajes de Martín Tovar y Tovar
Si bien lo que más se ha destacado en la trayectoria de Tovar y Tovar son sus obras épicas que narran hitos de nuestra historia durante la gesta independentista, el artista plástico caraqueño también pintó paisajes. Sus obras paisajísticas suman unos 40 lienzos. Paisajes de Caracas, con el Cerro El Ávila como fuente inspiradora; de Macuto y sus caribeñas playas. Vale mencionar pintura Escena del llano, realizada en la capital del país en 1860, y con la que participó en la exposición del Crystal Palace en Londres.
El paisaje también está presente en algunos de sus retratos y con mayor preponderancia en sus épicos murales que representan las batallas de Carabobo, Boyacá, Junín y Ayacucho.
Destaca en la magnífica obra ubicada en la bóveda del Salón Elíptico del Palacio Federal Legislativo la inmensidad de la llanura carabobeña que fue plasmada con rigurosidad, algo inusual para la época de postulados de la escuela del romanticismo. El paisaje, que enmarca todos los episodios pictóricos culminantes de la Batalla de Carabobo, unifica la composición, ofrece al lector una panorámica del campo de lucha con verdadero realismo.
El poeta, pintor y crítico de arte venezolano Juan Calzadilla, refiere que la importancia de Tovar y Tovar como paisajista se hace notoria en 1885, y se reafirma en 1888, con la pintura mural que enaltece la confrontación militar más importante de la gesta independista de Venezuela. Un monumental paisaje que «significa el descubrimiento de la luz».
Reconocimientos
Además de exponer en el Crystal Palace en Londres, en 1867, el artista plástico caraqueño participa en la Exposición Universal Internacional de París, en la que se hace acreddor de medalla. Luego, en 1872 exhibe tres óleos suyos, La miseria, Retrato de Isaac J. Pardo y un Estudio del natural, en la Primera exposición anual de bellas artes venezolanas, organizada por James Mudie Spence y Anton Goering, realizada en el Café del Ávila de Caracas.
Contrajo matrimonio con Teotiste Sánchez en 1873, en la mitad de sus 40. Martín Tovar y Tovar falleció, el 17 de diciembre de 1902, a los 75 años en Caracas. Desde el 22 de septiembre de 1983, sus restos reposan en el Panteón Nacional, resinto donde también descazan algunos de los héroes de la gesta emancipadora que imortalizó en sus lienzos.
Su obra pictórica, patrimonio inmensurable de la venezolanidad, nos conecta con nuestra historia y lo que nos identifica como pueblo, con lo afirmativo venezolano.
Con información de Biblioteca Fundación Empresa Polar, Sothebys, Vereda ULA y Soloartes
– «La independencia en los procesos de formación del arte venezolano durante
el siglo XIX». Juan Calzadilla. Artículo publicado en Revista Estudios Culturales, Universidad de Carabobo.
– «Civiles: Tovar y Tovar, la historia es un río», artículo de Rafael Arraiz Lucca. Publicado en Efecto Cocuyo.
– Calzadilla, Juan. «Pintores Venezolanos». Colección Vigilia. Ministerio de Educación, 1963. Publicado en digital por Vereda ULA.
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