El gobierno británico ha confirmado que espera que la mitad de sus automóviles sean de baja emisión de gases para 2030, como parte de los planes de convertir al Reino Unido en el mejor lugar para construir y poseer un vehículo eléctrico. Las propuestas derivan del proyecto «Road to Zero«, que establece planes para permitir una expansión masiva de infraestructura verde en todo el país, reducir las emisiones de los vehículos que ya están en las carreteras del país e impulsar la no emisión de contaminantes en autos, camionetas y camiones.
Dicha estrategia permitirá al gobierno lograr elementos clave: liderar las industrias del futuro y desarrollar la competitividad del Reino Unido frente a las principales tendencias económicas mundiales. Además, buscará prepararse y capitalizar las oportunidades que surgirán de los profundos cambios en la forma en que las personas, los bienes y servicios se desplazan por el país.
Según lo establecido en el «Plan de Calidad del Aire» del gobierno, el Reino Unido eliminará progresivamente la presencia de vehículos de combustión interna en las carreteras a partir de 2040, año en el que todos los automóviles nuevos deberán ser eléctricos o híbridos con capacidad de recorrer, en modo totalmente eléctrico, una distancia de 50 millas o 80 kilómetros.
La necesidad de infraestructura de «Road to Zero»
El plan «Road to Zero» propone que la mayoría de los viajes a partir de 2040 sean con vehículos que utilizarán la energía eléctrica para propulsarse, con lo que la demanda de energía aumentará. Es decir, en 2040 todos los coches tendrán un enchufe y el gobierno espera que los usuarios lo usen más que ahora. Los conductores de eléctricos, obviamente solo tendrán esa alternativa. Actualmente, en Reino Unido hay 16.500 estaciones de carga públicas en las carreteras, un 20% del total de puntos de carga del país, porque el 70% de las cargas se producen en casa y el otro 10% en el trabajo u otros establecimientos.
Ahora mismo, la buena noticia es que hay casi tantos puntos de carga, contando los de las casas privadas, como vehículos eléctricos, haciendo que el mercado y la infraestructura avancen de la mano. Chargemaster, una compañía que instala estaciones de carga públicas, cree que en los próximos años el número de vehículos eléctricos y estaciones de carga seguirán aumentando paralelamente. De momento, la mayoría de compradores de eléctricos puede cargarlos en casa, pero se estima que el 43% de la población no tendrá esa suerte.
Entonces llega el gran problema para »Road to Zero», la infraestructura, ya que podría haber menos puntos de carga que vehículos. El escenario ideal, poco después de 2040, sería que hubiera 31,2 millones de puntos de carga, uno para cada automóvil, dada la velocidad de carga de los eléctricos, suponiendo que los puntos permitirán la carga rápida y la tecnología avanzará para reducir el tiempo de dicho proceso, no es viable un escenario parecido al actual con las gasolineras, donde un coche tarde entre tres y cinco minutos en completar todo el proceso de repostar.
La oferta de carga debe aumentar
Se estima que en Reino Unido hay un total de 130.000 cargadores (contando casa, trabajo y públicos) y el gobierno necesita ampliar su oferta en un más de un 23.000%. Expertos y fuentes del gobierno han explicado los medios que la infraestructura es el mayor reto para la transición eléctrica, porque los usuarios que necesiten cargar sus coches fuera de casa, al ver que no disponen de la infraestructura necesaria, seguirán apostando por los combustibles fósiles para sus viajes, justo lo que el gobierno quiere evitar.
De esta forma, el Reino Unido tiene un largo camino por delante para enfrentarse al reto de la eliminación de la combustión interna de sus carreteras. Un reto al que se enfrentará a todo el mundo, incluidas las grandes productoras de crudo. Cada paso es importante, y debe ser visto con atención por los países exportadores de petróleo, como Venezuela.
Con información de GOV.uk e hibridosyelectricos.com
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