Qué formas tan pintorescas
son nuestras formas de hablar!
Para decirnos dos cosas
que en cualquier otro lugar
se dicen directamente
con dos palabras no más,
aquí estamos media hora
tratando de concretar,
y el pavoroso enredijo
que nos formamos es tal,
que el que nos está escuchando
no entiende ni la mitad,
ni nosotros entendemos
lo que él nos quiere explicar.
Y si quieren una muestra
De nuestros modos de hablar,
Acomoden las orejas,
Que allí van:
-Yo, chico, hablé con el hombre
Y él me dijo que si tal
que si qué sé yo qué cosa,
que si yo no sé qué más,
que si esto, que si lo otro,
que si lo de más allá,
que si patatín,
que si patatán…
¡Bueno, puej, me volvió loco
con ese tronco e macán!
Pero yo le eché coraje
y le dije:–para guan,
si usted me viene con curvas
que si tal que si cual
y que si yo no sé qué
y que yo no sé qué más,
conmigo estás bueno, puej,
¡Porque conmigo qué vá!
Si él me dice en un principio:
“Mira, Pedro, ven acá,
yo vengo a tal y tal cosa,
pero tal y tal y tal”,
pues entonces qué carrizo,
¿Pero así? ¡No oh, qué vá!
Y así como habla ese tipo
que acabamos de escuchar,
así hablamos casi todos
en la Caracas actual:
Un montón de frases mochas,
alguno que otro refrán,
cien mil mentadas de madre
y el resto, ni hablar, ni hablar!
Aquiles Nazoa
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