El Agave cocui es una planta endémica de Venezuela y nace de forma silvestre en las cordilleras del occidente del país, en especial al norte del estado Lara y al sur del estado Falcón.
Desde tiempos ancestrales ha sido muy importante para los habitantes de esas entidades del país pues gayones, ayamanes, jirajaras y achaguas, antiguos pobladores de esas zonas áridas, la utilizaban con fines medicinales, religiosos, alimenticios y artesanales.
Precisamente por su vinculación etnográfica con los pueblos originarios del noroeste del país, ha sido reconocida como patrimonio natural y cultural de Venezuela.
Y entre los muchos usos de esta planta, el más conocido es sin duda la producción del cocuy, una bebida etílica similar al tequila y al mezcal mexicanos, que fue reconocida con denominación de origen.
Para la protección de esta planta y del proceso de producción del cocuy, en junio de este año fue introducido y aprobado, en primera discusión, el proyecto de Ley para la Protección y Promoción de la Producción del Cocuy.
Endémica y pariente del agave mexicano
Agave cocui Trelease, planta perteneciente a la familia Asparagaceae y pariente cercana de los emblemáticos agaves de México. En Venezuela se puede encontrar en las zonas xerofíticas del norte, en la franja norte costera y en las zonas áridas y semiáridas que cubren el 40 % de la superficie del país. Se concentra en el norte y en la región centro occidental, específicamente en los estados Falcón, Lara, Vargas y Sucre, no obstante, tiene poblaciones importantes en los Andes venezolanos.
Su tallo es tan corto que no supera el nivel de la tierra y parece que sus hojas nacen a ras del suelo. Es una planta suculenta, es decir que almacenan agua, y está desprovista de pelos y glándulas. De color verde intenso y forma elíptica lanceolada, de 10 a 25 centímetros de ancho y de 60 a 90 centímetros de longitud. Tiene aguijones laterales y una espina terminal en el ápice, dispuestas en forma de roseta en espiral.
Una planta adulta alcanza entre 1,2 y 1,5 metros de diámetro, y una altura de entre 60 a 70 centímetros. Su sistema radical está constituido por un eje central grueso y un manojo de 15 a 20 raíces secundarias, relativamente gruesas y extensas, que le permiten anclarse y crecer sobre sustratos variados, además de captar de manera eficiente la humedad.
Su inflorescencia, a la que se llama maguey en Venezuela, es de 10 a 17 metros de altura. Las flores son amarillas y están dispuestas de forma abierta. La reproducción es tanto asexual, a través de hijuelos vivíparos en la inflorescencia, como sexual, mediante semillas viables. Presenta un metabolismo ácido, con fijación nocturna de carbono, que le posibilita un uso eficiente del agua; así como sobrevivir en condiciones muy adversas de humedad y temperatura.
Patrimonio ancestral con denominación de origen
Esta especie endémica de las zonas áridas y semiáridas de Venezuela, ha sido declarada patrimonio natural y cultural de Venezuela debido a su vinculación etnográfica con las comunidades indígenas del noroeste del país. De ella se pueden obtener alimentos, fibras, azúcares y se destila el cocuy de penca, un fino licor 100 % agave, similar al mezcal y al tequila, rescatado de la injusta ilegalidad que favorecía a los procesos industriales, pero que hoy cuenta con denominación de origen.
En los memoriales e inventarios de los cronistas de Indias el agave cocui aparece como una de las primeras plantas descritas. Su uso y aprovechamiento se remonta a la época prehispánica donde las pencas de cocuy horneadas eran empleaban por las etnias que poblaba dicha región, Caquetias, Jiraharas, Ajaguas y Gayones, como alimento. Ocupaba el lugar preponderante en su dieta, la cual complementaban con maíz y yuca.
Para procesarlas abrían en el suelo un agujero de tamaño regular, colocaban en el fondo una camada de leña y unas rocas arriba de ésta. Una vez que se prendía la leña y se las piedras se calentaran, las pencas de cocuy se colocaban sobre éstas hasta que el hoyo quedara cubierto y tapaba con tierra por dos o tres días.
Pero, no solo como alimento los pueblos ancestrales aprovecharon al cocuy, de sus hojas más jóvenes y mediante un proceso manual sencillo, obtenían una fibra muy resistente pero más suave que la del sisal, llamada dispopo o hispopo, que empleaban para hacer chinchorros, cuerdas y calzado. Se ha documentado también su uso medicinal como antiséptico para heridas y para lavar la ropa.
La versátil agave cocui
“El cocuy es útil y buena hierba, porque se hacen de ella muchas cosas: hilo, cuerdas y sogas. En tiempos de necesidad, a falta de maíz y casabe, es manjar para suplir el hambre y no tiene mal sabor”, narraba ya en los tiempos de la colonia el español Gonzalo Fernández de Oviedo. Y es que desde tiempos ancestrales esta planta ofreció muchos beneficios.
Por una parte, el agave cocui tiene una fibra corta, delgada y muy suave llamada dispopo, con la que se pueden elaborar diversos tipos de tejidos: chinchorros, calzados, bolsos, muñecas, cuerdas, entre otras artesanías. Mezclada con barro se utiliza también como aglutinante en la construcción de placas y paredes.
Con el corte del maguey se obtienen centenares de flores y botones, denominados “bicuyes”, empleados para la elaboración de conservas o encurtidos. Además, los magüeyes también se utilizan como vigas en los techos y ventanas de las casas.
Pero el uso más conocido de esta planta es la producción de licor de cocuy de penca, bebida artesanal de características similares al mezcal, tequila y raicilla, “cuyos aromas, composición de alcoholes superiores y características organolépticas, aunado a la forma de elaboración artesanal, manual y orgánica”, le valieron que en 2001, le otorgaran la primera “Denominación de Origen” dada a una bebida elaborada en Venezuela, la cual fue ratificada en 2016.
Bebida ancestral
Aunque existen unas 200 especies de agave en Latinoamérica, solo alrededor del 30% de ellas se aprovechan en la obtención y procesamiento de bebidas alcohólicas. Es el caso del agave cocui, del cual se obtiene un líquido azucarado denominado cocuy.
Las bebidas tradicionales representan el alma y la cultura de los pueblos. El ron en el Caribe, el tequila y el mezcal en México, la cachaça y la caipirinha en Brasil, el pisco de Perú y el singani, bebida nacional de Bolivia, son algunos de estos licores que han llegado a ganar prestigio. Pero, bebidas como el cocuy y el aguardiente no han corrido con la misma suerte.
En Venezuela el cocuy no ha sido muy conocido, debido a su regionalismo y a ser constantemente minimizado, aunque en la actualidad se han hecho esfuerzos para expandir la aceptación de esta bebida. Debido a la conquista, el sometimiento y la pobreza sufrieron los indígenas después del despojo europeo, la bebida llegó a ser empleada como producto de intercambio. Sobre esto escribió el cronista italiano Galeotto Cey: “Estos indios solo atienden al cocuy para hacer hilos o hamacas en las que duermen y para venderlo a los cristianos a cambio de maíz. Solo licor de cocuy beben, porque el agua nunca la ven ni la tienen. Los cogollos del cocuy los dejan cocer y estofar, después los sacan y los comen; el cocuy les sirve de pan y agua”,
Luego, la corona española, a través de la Capitanía General oficializó la producción de alcoholes para apoderarse de ellos. Además, los españoles introdujeron el alambique en la producción de cocuy, una especie de caldera utilizada para preparar perfumes, medicinas y alcohol.
Cocuy, cocuiza y maguey
Esta planta fue descrita por Henry Pittier, quien estableció una diferenciación entre el cocuy, Agave cocui Trelease, y la cocuiza, Fourcroya humboldtiana. Por otra parte, señaló como la misma planta al “maguei de cocui”, identificado por Humboldt y Bonpland en los alrededores de Caracas y Cumaná. Por esta razón Pittier aseveró que los términos cocuy y cocuiza se confunden, “y hasta parece que desde los tiempos de la colonia se han trocado los nombres”.
Aunque antiguas fuentes refieren que las denominaciones maguey, cocuiza y cocuy significan lo mismo, para unos cronistas cocuiza es el nombre del vegetal y cocuy es la planta horneada y, por extensión, el líquido fermentado que se extrae de él. Mientras, para otros, cocuy es el apelativo indígena de la planta y sus derivados, y cocuiza es otra planta cuyas fibras largas se obtienen para la confección de cordeles o cuerdas.
Por otro lado, hay quienes atribuyen la base de esta diversidad de términos a las diferentes etnias indígenas de la que procedía su nombre. Así, el termino maguey es caribe y el término cocuiza es de origen caquetío. Ambos podrían designar lo mismo según el área.
Con información de Correo de Lara, Venaven Tours y Desde la Plaza
DIAZ, MIRIAM; YEPEZ, LIANETTE y GOTOPO, ENILDETH. «Agave cocui: un noble de las zonas áridas de Venezuela». Centro de Investigaciones en Ecologia y Zonas Áridas de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda. Publicado en https://www.cicy.mx.
Fotografías de Correo de Lara, Desde la Plaza y Universidad Experimental Francisco de Miranda.
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