La Basílica Santa Teresa es el templo caraqueño más visitado cada Miércoles Santo por ser el hogar del Nazareno de San Pablo, reconocido por el pueblo por sus innumerables milagros, los cuales agradece la feligresía, con profundo fervor, en decenas de misas coronadas por una multitudinaria procesión.
Perteneciente al estilo neoclásico, esta iglesia es considerada la obra más famosa de su creador, el arquitecto Juan Hurtado Manrique, el más grande y mejor diseñado de los templos venezolanos del siglo XIX y la obra más ambiciosa de la arquitectura caraqueña de ese período de tiempo.
El templo, ubicado entre las esquinas La Palma y Santa Teresa, fue inaugurado el 28 de octubre de 1881 tras cinco años de construcción. El 9 de diciembre de 1959 fue declarado Monumento Histórico Nacional y fue elevado al rango de basílica por el papa Pablo VI, en 1974.
Construida en estilo neoclásico
Construida en el terreno donde por más de un siglo estuvo el oratorio de San Felipe Neri, en la actual Basílica de Santa Teresa están integradas dos iglesias de estilo neoclásico, el favorito del entonces presidente Antonio Guzmán Blanco, porque era la tendencia en muchas capitales europeas.
La fachada oeste está dedicada a Santa Ana y la oeste a Santa Teresa. Ambas imágenes coronan el lado que les corresponde. La de Santa Ana consta de un pórtico en el cuerpo central debido a que cuatro columnas se proyectan dos metros hacia adelante y lo sostienen.
Estas columnas son lisas, de grandes proporciones, con bases independientes y rematadas por capiteles metálicos. Un par de torres campanarios con base cuadrada, divididas por una columna de cenefas sencillas, completan la entrada oeste del templo.
La fachada de Santa Teresa tiene tres entradas
En la fachada este se erige la imagen de Santa Teresa. Consta de tres entradas divididas entre sí por pilastras semicirculares estriadas de grandes dimensiones, las cuales poseen adornos metálicos sobre un basamento común para las columnas del cuerpo central.
Los tres vanos con las puertas de acceso al templo están compuestos por arcos rebajados. Encima se ubican otros tres vanos coronados por membranas, pero con ventanas, definidos por molduras lisas y arcos rebajados de los cuales son triangulares los laterales y circular es central.
La parte alta consta de un entablamento ornamentado con motivos florales y vegetales, donde se sostiene un frente triangular en cuyo tímpano se encuentran unas llaves en alto relieve. Cúpulas elípticas conforman todo el techo, donde destaca una cúpula central debajo de la cual está situado el altar mayor.
La famosa historia de la Basílica de Santa Teresa
Además de su evidente belleza y de la devoción al Nazareno, la Basílica de Santa Teresa es también atractiva por la historia sobre su creación. Aunque existen varias versiones, la más famosa refiere que fue el mismo Jesús de Nazareth quien se le apareció al presidente Antonio Guzmán Blanco y le reprochó haber ordenado la demolición de la Iglesia de San Pablo, su hogar inicial, para crear el Teatro Municipal de Caracas.
De acuerdo con otra de las historias, fue la esposa de Guzmán Blanco quien le pidió construir el nuevo templo en compensación por la eliminación de la iglesia de San Pablo, hecho con el cual no había estado de acuerdo.
El proyecto fue encargado al ingeniero y arquitecto Juan Hurtado Manrique, quien realizó la obra en dos etapas. Inicialmente el objetivo era sustituir el antiguo oratorio de San Felipe Neri cuyo nombre se conservaría para la nueva iglesia.
Trabajos del templo comenzaron por el sector este
Los trabajos comenzaron en el sector este de la actual basílica y llegaban hasta un poco más de la mitad que hoy posee. Poco tiempo pasó para que se evidenciara que con escasos metros se completaría la manzana, por ello los terrenos fueron comprados y Juan Hurtado Manrique proyectó la segunda parte del templo.
Gracias al espacio extra el arquitecto logró una original distribución en la que destaca la poco convencional ubicación del altar mayor al centro del templo en el que logra un dinámico movimiento de volúmenes, empleando cúpulas elípticas, bóvedas, torres y fachadas diversas.
Quienes creyeron que se trataba de una restauración del viejo edificio del oratorio de San Felipe Neri pronto notaron que la obra era construida en sentido este- oeste y no de norte a sur como las instalaciones que eran sustituidas.
La mejor diseñada de las iglesias venezolanas del siglo XIX
La Basílica de Santa Teresa es reconocida como la más grande y mejor diseñada de las iglesias venezolanas del siglo XIX, distinguida por sus dos fachadas neoclásicas y una volumetría acentuada con numerosas cúpulas. También es considerada la obra más importante de Juan Hurtado Manrique.
Nacido el 23 de enero de 1837, este artista caraqueño fue el encargado de importantes proyectos arquitectónicos desarrollados en Caracas durante la segunda mitad del siglo XIX, obras en su mayoría construidas durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco, entre las que se cuentan la Santa Capilla
Calificado como uno de los proyectistas más fecundos del siglo XIX, Hurtado Manrique expresó en el conjunto de su obra características de un marcado eclecticismo, pues utilizó con gran habilidad el repertorio clásico, neobarroco, neogótico y, en general, las formas relacionadas con la arquitectura francesa.
Infortunios en Miércoles Santo
Este templo ha sido sede de dos infortunios que sucedieron un Miércoles Santo de años diferentes. El primero, el 26 de marzo de 1902. El segundo, el 9 de abril de 1952. Ambos se iniciaron con un grito de alarma que originó la estampida de las y los feligreses.
El grito de la mañana del Miércoles Santo de 1902 alertó sobre un temblor. La reacción obvia fue la de una muchedumbre que corrió presa del pánico para tratar de salir de la iglesia. De acuerdo a la noticia hubo 30 heridos. Algunos medios de comunicación llegaron a publicar que dos mujeres fallecieron, pero nunca hubo cifras oficiales de lesionados o muertos.
La estampida del Miércoles Santo de abril de 1952 se originó cuando se oyó un grito de alarma por un presunto incendio. Eran casi las 5 de la madrugada, la feligresía que estaba en la tradicional misa del Nazareno de San Pablo entró en pánico. El incidente ocasionó la muerte de 46 personas por asfixia o gravemente golpeadas por la multitud, 23 de los fallecidos eran menores de edad, la cifra de heridos o lesionados fue de 115 personas.
Pese a las adversidades y a períodos con daños en su estructura, este monumental templo que cumple 142 años, se ha convertido en ícono religioso de Caracas, en especial por acoger a las y los devotos que antes y durante la Semana Santa, veneran al Nazareno de San Pablo, advocación de Jesucristo que es bajada de su sitio sagrado antes de la Semana Mayor para ser sacada en procesión el Miércoles Santo.
Con información de Guía CCS, Caracas en retrospectiva e IAM Venezuela
Fotos cortesía de Ciberturista, Wikipedia, El Universal, Universidad Monteávila y Crónica Uno
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