Algunos bosques del sureste de Brasil han dejado de absorber CO2 y comienzan a convertirse en fuente de este gas de efecto invernadero. Así lo revela un estudio científico publicado, a mediados de diciembre de 2020, en la revista Science Advances.
En la investigación se estudió la dinámica de absorción y liberación de dióxido de carbono en 32 áreas de bosques tropicales estacionales no amazónicos, del suroeste de Brasil, monitoreados entre1987 y 2020, para identificar las tendencias a largo plazo.
El análisis de los datos, obtenidos durante el monitoreo, indicó a los científicos «una disminución a largo plazo en el sumidero de carbono neto», como consecuencia de la disminución de 2,6% en la absorción de dióxido de carbono por año y un aumento de 3,4 % de las emisiones de CO2.
El estudio, titulado “El sumidero de carbono de los bosques tropicales estacionales en el sureste de Brasil puede verse amenazado”, fue realizado por un grupo de científicos de las universidades Federal de Lavras y del Estado de Minas Gerais, así como de los institutos federales de Educación, Ciencia y Tecnología Sur de Minas Gerais y Goiano.
De sumideros de CO2 a emisores de carbono
Los resultados evidencian que los bosques del suroeste brasileño están liberando más carbono del que absorben. Esta tendencia se observa con mayor intensidad en los bosques más secos, las zonas de transición entre el bosque atlántico y otras áreas como la caatinga (bosque blanco), un bioma exclusivo de Brasil.
En condiciones normales los bosques, sumideros terrestres naturales de CO2, absorben dióxido de carbono del aire mientras los árboles crecen, retienen el carbono y liberan el oxígeno. Función muy importante que tiene impacto en el clima global porque contribuye a mitigar el calentamiento del planeta.

Los 32 sitios muestreados pertenecen a tres tipos de bosques: bosques caducifolios (n = 11), bosques siempreverdes (n = 5) y bosques semideciduos (n = 16) (imagen Sentinel-2).
Sin embargo, en los últimos siglos ha aumentado la proporción de CO2 en la atmósfera debido a la actividad humana, particularmente por la quema de combustibles fósiles.
Durante el período en que se estudiaron los bosques, la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera no paró de aumentar, al tiempo que se incrmentaba la temperatura y disminuían las lluvias.
La deforestación y los fenómenos climáticos
De acuerdo a los investigadores, hasta 2013 hubo un aumento de las reservas de carbono en los bosques estudiados. A partir de ese año comenzaron a perder más CO2 del que estaban absorbiendo.
Este fenómeno obedece, en opinión de los autores, a la deforestación, la disminución de las precipitaciones, las olas de calor y las sequías.
Los bosques semideciduos y deciduos – aquellos que pierden parte o la mayor parte de sus hojas en los meses con poca lluvia – han pasado de sumideros de carbono convertido en fuente de CO2 a la atmósfera.
Cambio climático y eventos extremos
Vinisius Andrade Maia, investigador del Departamento de Ciencias Forestales de la Universidad Federal de Lavras y autor del estudio, advierte que aunque es necesario profundizar más sobre las causas de este fenómeno, es indiscutible la necesidad de tomar medidas urgentes para detener las emisiones de gases de efecto invernadero.
Resalta también, la importancia de restaurar y proteger los bosques tropicales estacionales.
En ese sentido, Rubens Manoel dos Santos, profesor de la Universidad Federal de Lavras y coautor del estudio, señala que las personas no piensan que el cambio climático está ocurriendo en su entorno, en su ciudad sino que es “algo que solo afecta a lugares lejanos como el Amazonas o África. Pero nuestro trabajo muestra cómo esto ya es parte de la vida cotidiana”.
Con información de Science Advances, Folha de Sao Paulo y Spunik News
Fotos cortesía de Science Advances
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