Caracas, la capital de Venezuela, es una ciudad de historias y leyendas. Son muchos los mitos y cuentos que en más de 450 años que se han tejido alrededor de ella. Unos del período colonial y otros más contemporáneos, pero todos transmiten la esencia de esta urbe palpitante.
Varias historias y leyendas tienen como escenario el casco central de Caracas, que desde su fundación ha sido el epicentro de acontecimientos que marcaron el devenir del país y de la ciudad. En sus calles, esquinas y plazas, anécdotas y cuentos se confunden con sitios históricos y lugares de acontecimientos registrados.
Caracas, sus sitios emblemáticos, calles, puentes y esquinas están envueltos en historias y leyendas llenas de magia, de humor, de curiosidades.
Vamos a disfrutar de algunas de esas historias y leyendas que nos cuenta Caracas, la ciudad que vio nacer a Simón Bolívar, el Libertador, Francisco de Miranda, precursor de la Independencia, a los educadores Simón Rodríguez y Andrés Bello; Aquiles Nazoa, José Ignacio Cabrujas, Carlos Cruz Diez, Jacinto Convit, Luisa Cáceres de Arismendi, Teresa Carreño, Stefania Mosca, Morella Muñoz y muchos más.
Caracas de espanto
Caracas, que solía ser oscura y repleta de neblina, fue escenario para el nacimiento de innumerables historias y leyendas, inmortalizadas en los nombres de las famosas esquinas del centro de la ciudad.
Una de ellas tiene lugar en la parroquia San José.
Se cuenta que años atrás, cerca de la medianoche, se veía una luz con peculiares matices en una esquina cercana al Hospital Vargas. En ocasiones se podía distinguir la imagen de una mujer acompañada de un cortejo de fantasmagóricas figuras. La espectral imagen hizo que a esa esquina se le conociese con el nombre de Ánimas.
Caracas cuenta historias y leyendas como la del origen de la esquina El Muerto, ubicada en la parroquia Santa Rosalía, que se remonta a la Guerra de los Cinco Años. Todo ocurrió durante una tregua acordada entre federales y centrales para recoger los cadáveres que obstaculizaban el paso. Cuando los camilleros se disponían a retirar a uno de ellos, él se levantó y dijo “no me lleven a enterrar porque estoy vivo”.
Esquinas con nombre propio
Las historias y leyendas que cuenta Caracas sobre los nombres de sus calles y esquinas son muy peculiares. Unos obedecen a apellidos o nombres de personajes influyentes, otros honran santos o alguna leyenda.
La esquina del Chorro en la avenida Universidad es una de las que tiene un origen particular. Se dice que los hermanos Agustín y Juan Pérez, originarios de las Canarias, vendían guarapo en su casa ubicada en esa esquina. A medida que se fueron incrementando los compradores, Agustín, conocido como “el rey de los guaraperos”, diseñó un método para facilitar la distribución. Habilitó una serie grifos y una ranura para introducir monedas. Cuando el comprador ponía la moneda, Agustín halaba una cadena para permitir la salida de la bebida, que fluía como un chorro.
Pero la historia no termina allí y además encierra un misterio. Cuentan que cuando Agustín murió, brotó sangre de los grifos.
El carretón del diablo
Otra de las leyendas es la del carretón del diablo que varía en distintas zonas de Caracas. De generación en generación se contado la historia de un carruaje que aparece y se escucha el sonido de los cascos de los caballos y sus ruedas arrastrando largas cadenas. Se dice que en su interior trae calaveras de personas que han sido maldecidas por sus malas acciones. Lo guía un cochero con ojos rojos que produce grandes gritos.
Los más ancianos aseguran, se le ha visto deambular por la esquina de Carmelitas en la avenida Urdaneta, y también por la avenida Andrés Bello.
Esta leyenda se conoce también en la parroquia Antímano, pero allí aseguran que al verlo, el carretón desaparece. Los habitantes de esa zona asocian su aparición a algún trágico evento por ocurrir.
En San José también dicen haberlo visto, pero en este caso el carretón es tirado por un burro y conducido por un cochero sin cabeza.
Históricas apariciones
Entre los lugares más emblemáticos del casco central de Caracas están la Casa Natal del Libertador y el Museo Bolivariano. Estas estructuras contiguas conservan mobiliario, ropa y pertenencias de la familia Bolívar, así como historias y leyendas.
Cuentan que allí se producen manifestaciones que han sido presenciadas por quienes guía a los visitantes de estas históricas edificaciones. Dicen que se abren y cierran puertas, y se escuchan voces no identificadas. Incluso, algunos aseguran que una niña con ropa de la época ha sido avistada paseándose por patios y pasillos, como deambulando en pena.
El Museo Sacro, ubicado en los terrenos de un antiguo cementerio, también ha sido escenario de historias y supuestas apariciones de espectros.
Un poco más lejos, en la sede de la Biblioteca Simón Rodríguez, ubicada en la esquina de El Conde surge otra historia. Trabajadores dan fe de apariciones del aristócrata que le dio nombre: el Conde de San Javier.
Cerca de allí, vecinos del puente El Guanábano, famoso mucho tiempo atrás porque desde allí saltaban quienes deseaban quitarse la vida, aseguran que aún escuchan los gritos de los desesperados suicidas.
Cenizo, el perro de la plaza Bolívar
También Caracas cuenta historias como la del perro Cenizo, un popular perro que pasó buena parte de su vida en la Plaza Bolívar. Aseguran que no permitía que entraran otros canes a ella.
En una ocasión Aquiles Nazoa escribió que Cenizo fue el primer perro con figuración internacional, porque la autora española María Alvarez de Burgos, escribió: “a las tres de la mañana, frente a la escultura del Libertador, no hay más que dos personas: Cenizo y yo”.
En agosto de 1927, Cenizo comenzó a agonizar en el jardín sur de la plaza. Los transeúntes se condolían por su sufrimiento y se detenían para tratar de ayudarlo. El 29 de ese mes, los periódicos anunciaron su muerte.
A su entierro acudieron personajes renombrados como Andrés Eloy Blanco. Según consta en un acta levantada por el Club Inhuman del Paraíso, el 2 de septiembre a las tres de la tarde se depositaron los restos de Cenizo en una caja de metal soldada, la cual fue enterrada en una de las esquinas de la Plaza Bolívar.
Caracas cuenta muchas historias
Además, Caracas cuenta historias y leyendas que forman parte de la tradición oral de la ciudad. Muchas de ellas remiten a la época de los techos rojos.
Por ejemplo, afirman que en esa época cuando las familias comían pollo, solían echar los pellejos y huesos en las tejas de los techos de sus casas, lo que se convertía en un festín para las aves de carroña. De esa forma, cuando los vecinos avistaban zamuros rondando daban por hecho que la familia gozaba de buenas condiciones económicas.
También se cuenta que en Caracas, se acostumbraba encender las luces de las casas antes de que oscureciera. Esto se hacía a fin de que “entrara la Virgen a la casa”, trayendo tranquilidad y armonía.
Esto es un abreboca de las historias y leyendas que envuelven a Caracas. Cada parroquia tiene las suyas y se transmiten de generación en generación. Forman parte del patrimonio cultural capitalino y son esencia de lo afirmativo venezolano.
Con información de Caracas en Retrospectiva, Panamerican World y Cuéntame Caracas
Catálogo del Patrimonio Cultural, Municipio Libertador, Distrito Capital.
Tomo 5. 2008
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