Los recientes e impactantes desastres naturales lo han dejado claro. Para lograr la preservación del planeta, la humanidad se enfrenta a uno de los mayores desafíos de su historia: cambiar su forma de vida por una más sostenible, y para ello la educación ambiental resulta clave ante la crisis climática.
Además de generar conciencia y buscar soluciones a los actuales problemas ambientales, causados mayormente por actividades humanas, la educación ambiental es un mecanismo pedagógico que permite estudiar los efectos de la relación entre el hombre y el medio ambiente.
Y el reto para la humanidad consiste en formar una cultura conservacionista y aplicarla en todos sus procesos productivos fomentando un desarrollo sostenible, proceso que pasa por potenciar la educación ambiental en todos los niveles.
Ciudadanos marcan el camino
Las últimas conferencias y eventos mundiales, incluyendo la COP25, celebrada a finales de 2019 en Madrid, España, evidenciaron que comunidades y organizaciones pro ecológicas, incluyendo a los sectores juventud y educación ambiental, han impulsado un movimiento crítico que exige ser escuchado, dejando claro que requiere acción urgente frente a la emergencia climática.
Los ciudadanos en general están conscientes de la crisis, mostrando una voluntad que supera la de los representantes políticos, a quienes están dispuestos a exigir acciones concretas y, además, dictarles el camino a seguir.
Este tren está en marcha y la educación ambiental, clave ante la crisis climática, debe ser el motor que lo impulse, promovida por los movimientos juveniles, las organizaciones, formadores, educadores y la ciudadanía en general.
Día mundial de la educación ambiental
Cada 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, con el objetivo principal de identificar la problemática global y regional, así como de crear conciencia en las personas, y muy especialmente en los gobiernos, sobre la importancia de la participación para la conservación y protección del medio ambiente.
El germen de esta celebración está en la declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente celebrada en Estocolmo, Suecia, en 1972, en la cual se debatió la importancia de cuidar el medio ambiente. Allí se expuso la necesidad de establecer principios comunes que ofrecieran a la sociedad, una inspiración y guía para preservar y mejorar nuestro entorno.
Pero el término educación ambiental está en el tapete desde finales de la década de 1960, cuando se mostró, con más claridad, una preocupación por las condiciones ambientales en el mundo, por lo que se dice que la educación ambiental es hija del deterioro ambiental.
La fecha de celebración de esta efeméride mundial se concreta el 26 de enero de 1975, cuando se realizó en Belgrado, el Seminario Internacional de Educación Ambiental. En este evento participaron expertos de 70 países y se establecieron, mediante la Carta de Belgrado, los principios de la formación de esta área en el marco de las Naciones Unidas.
Bases de la educación ambiental
La declaración de la Conferencia de Estocolmo de 1962, establece en su Principio 19 las bases de la educación ambiental:
“Es indispensable una educación en labores ambientales, dirigida tanto a las generaciones jóvenes como a los adultos, y que preste la debida atención al sector de la población menos privilegiada, para ensanchar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades, inspirada en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en toda su dimensión humana”.
En la conferencia de Belgrado, tres años más tarde, se le otorga a la educación una importancia vital en los procesos de cambio, recomendándose la enseñanza de nuevos conocimientos teóricos y prácticos, valores y actitudes que constituirán la clave para lograr el mejoramiento ambiental. Allí se planteó una educación ambiental diferente a la tradicional, basada en una pedagogía de la acción y para la acción, teniendo como principios rectores la comprensión de las articulaciones económicas, políticas y ecológicas de la sociedad, así como la necesidad de considerar al medio ambiente de manera integral.
Más adelante, en la reunión de Moscú de 1987, surge la propuesta de una estrategia internacional para la acción en el campo de la educación y formación ambiental.
Los avances
En el Foro Global Ciudadano de Río 92, paralelo a la Cumbre de la Tierra, resalta entre los 33 tratados aprobados, el que se titula “Educación Ambiental hacia Sociedades Sustentables y de Responsabilidad Global”, en el cual se señala a la educación ambiental, como un acto para la transformación social no neutro sino político, y la contempla como un proceso de aprendizaje permanente, basado en el respeto a todas las formas de vida.
Ese mismo año, en el Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental realizado en Guadalajara, México, se estableció que la educación ambiental es eminentemente política y un instrumento esencial para alcanzar una sociedad sustentable en lo ambiental y justa en lo social.
Entre otras reuniones y conferencias celebradas en el mundo, con el objeto de impulsar la educación ambiental destaca Latinoamérica, con encuentros realizados en Chosica, Perú en 1976; Managua 1982, Cocoyoc, México 1984, Buenos Aires 1988; Brasil en 1989 y Venezuela 1988 y 1990.
Educación Ambiental 2.0
La educación ambiental debe proponerse establecer mecanismos más efectivos para comunicar el mensaje ambiental a todos, así como abrir espacios de discusión, intercambio y trabajo con los distintos actores sociales. Para ello es absolutamente necesario, colocar la agenda ambiental como tema prioritario ante la opinión pública y en los medios.
Así como la educación ambiental es clave ante la crisis climática, también resulta vital que los medios de comunicación eviten contribuir al deterioro del medio ambiente y apoyen la difusión de contenidos de carácter educativo y formativo sobre la necesidad de su protección y mejora.
En ese sentido, no pueden quedar por fuera los medios digitales y redes sociales, canales interactivos cuya influencia puede y debe ser usada, positivamente, para la educación ambiental.
Durante los últimos años se organiza el encuentro #EA26 en las redes sociales, mediante el cual todas las personas preocupadas y ocupadas en la materia, intercambian y debaten ideas no solo una vez al año, sino el 26 de cada mes, con la etiqueta o “hashtag” #EA26. Esto es tan solo un ejemplo de las acciones para fortalecer la difusión de contenidos que pueden hacerse a través de estos novedosos medios.
Clave ante la crisis climática
La Educación Ambiental es un proceso dinámico y participativo, que busca despertar en la población una conciencia que le permita identificarse con la problemática ambiental. Por lo que dar oportunidad a todas las personas por igual, de todas las edades y en todos los niveles de formación, de adquirir conocimientos, actitudes responsables y favorables hacia el medio ambiente, es uno de sus objetivos.
Promover la participación de los diferentes actores y su voz crítica ante estos temas, es un fin primordial. Como lo es también, promover nuevos patrones de comportamiento y responsabilidades éticas en la sociedad entera.
Tierra somos
Concebir la naturaleza como un ecosistema frágil con sus propias exigencias y realidades que se deben respetar, por interés propio e incluso por la supervivencia del planeta, y no como fuente inagotable de recursos, es el mayor desafío de la educación ambiental hoy.
Resulta esencial fomentar el amor por la naturaleza a partir del principio de que somos parte de ella. Enseñar desde lo natural como recurso educativo, aprehender conductas amigables hacia el medio ambiente es clave ante la crisis climática.
Como parte del planeta, el ser humano debe integrarse a la naturaleza en acción sinérgica y no compitiendo con ella, o peor aún, explotando sin control sus riquezas. El cambio debe comenzar ya, nos estamos quedando sin tiempo.
Con información de Educación Ambiental 26, Azul Ambientalistas Org, Recíclame y Comunidad ISM
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