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El Baile de La Hamaca, tradición centenaria del carnaval

El barrio San Millán de Puerto Cabello, estado Carabobo, la resguarda

por Haiman El Troudi
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El Baile de La Hamaca, tradición centenaria del carnaval

El barrio San Millán de Puerto Cabello, estado Carabobo, resguarda el Baile de La Hamaca, centenaria manifestación cultural que conjuga música, teatro, baile y canto, transmitida de generación en generación.

Durante la celebración de las festividades carnestolendas, sus habitantes, portadores de esta tradición que cumple 151 años, representan con orgullo esta tragicomedia que culmina al filo de la media noche del martes de carnaval.

Declarada como Bien de Interés Cultural de la Nación en 2018, el Baile La Hamaca, es un ritual que llegó a Puerto Cabello a través del comercio con la isla de Curazao y del contrabando que existía en la región.

La comunidad de San Millán se avoca a la preparación de esta festividad, que consiste en el velorio y entierro del muerto, representado por una hamaca adornada con flores que es colgada de un palo largo de vera.

¡Ya se murió! El velorio de La Hamaca

El Baile de La Hamaca, tradición centenaria del carnaval

“¡Hay que enterrarla, ya se murió, hay que enterrarla como se hacía en otros tiempos!” se escucha, una y otra vez, a lo largo del recorrido que hacen los sanmillaneros por las calles de Puerto Cabello, cada martes de carnaval, para enterrar a La Hamaca.

Este cortejo fúnebre es amenizado por los golpes de tambor, el sonido de las charrascas y otros instrumentos atípicos como los cuernos de ganado y las escardillas, instrumentos de labranza de la tierra.

La celebración del Baile de La Hamaca inicia en el barrio San Millán cerca de la media noche del lunes de carnaval, cuando un miembro de la comunidad anuncia a viva voz “ya se murió, ya se murió…”. La notificación marca el comienzo del velorio no sin antes realizar el juramento del hamaquero, que se realiza en la esquina de Los Templados y repite antes de la salida de la comparsa al día siguiente.

Acto solemne que representa el compromiso de los portadores de preservar la centenaria manifestación cultural, transmitiéndola a las nuevas generaciones. El velorio se efectúa en la casa de Viviano Pitre, descendiente de familiares nativos de Curazao y fundadores de la popular comunidad porteña, ya fallecido.

El baile y entierro de La hamaca

El Baile de La Hamaca, tradición centenaria del carnaval

Con la salida de la comparsa desde el barrio San Millán inicia, el martes del carnaval al mediodía, la representación del entierro del muerto, simbolizado por la hamaca, elaborada y decorada con flores de diversos colores días antes.

La Hamaca es llevada en hombros por las hamaqueras, que la bailan durante todo el recorrido con pasos siempre hacia adelante, nunca hacia atrás. Las mujeres, disfrazadas con coloridos trajes, representan a las amantes del fallecido y que lloran desconsoladamente su partida.

El Baile de La Hamaca, tradición centenaria del carnaval

Durante el trayecto, uno de los hombres y da un golpe en el suelo con un palo de vera, cerca de La Hamaca. En ese momento, las mujeres rodean el objeto y lloran dramáticamente al muerto. Casi de inmediato comienza una pelea con palos originada por los celos de un hombre ve a su esposa en el círculo de las mujeres que lloran al fallecido.

Los hombres gritan furiosos diversos improperios en papiamento, idioma curazoleño, para expresar el dolor que siente por la traición. Al término de la pelea y las manifestaciones de dolor, inicia el golpe de tambor y con él, el baile delirante en el que participa la multitud que se ha ido sumando a la comparsa a medida que avanza su recorrido por Puerto Cabello. Ambas dramatizaciones se repiten a lo largo de trayecto que culmina al caer la tarde, en el mismo lugar de donde salió.

La hamaca y los palos de vera

El Baile de La Hamaca, tradición centenaria del carnaval

Foto Luis Cebalos Bisamon

 

En la escenificación del Baile de La Hamaca se utilizan diversos objetos representativos que otorgan vistosidad, sonoridad y singularidad únicas, a esta centenaria manifestación cultural. Destacan la hamaca y los palos de vera.

La hamaca es confeccionada el fin de semana previo a los días de carnaval, con una tela blanca y suave, adornada con flores de diversos tamaños y colores. Con ésta envuelven retazos de ropa vieja y otros materiales disponibles para darle forma, consistencia y colgarla en un palo de vera pulida de tres metros de largo.

Culminado su velorio y entierro, La Hamaca se coloca en la Casa del Tambor, ubicada en el barrio San Millán, hasta el próximo carnaval.

Otro de los objetos son los palos de vera, más pequeños, que llevan los hombres y se utilizan en la representación de la pelea ocasionada por el esposo celoso. Bulnesia arbórea es el nombre científico del árbol de se obtienen las varas empleadas en el baile. Una especie que conoce como guayacán de bola, palo sano o vera, entre otras denominaciones.

La sonoridad de San Millán

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Foto Luis Cebalos Bisamon

 

Entre instrumentos musicales que acompañan el baile y el canto de esta expresión cultural, el tambor y el cuerno de ganado, tienen un rol protagónico. Para la fabricación de los tambores se emplea la madera del árbol de aguacate porque, en opinión de los porteños, le otorga mejor sonoridad; así como el cuero de chivo.

Mientras que los cuernos de ganado, provienen de matadero que existió hace muchos años, en el espacio que hoy ocupa la sede del Cuerpo de Bomberos.

Además de la charrasca y las maracas, se utiliza la escardilla, herramienta propia de las labores de labranza de la tierra, que emite un sonido parecido al de la campana.

Colorida estampa

El Baile de La Hamaca, tradición centenaria del carnaval

Tanto los vestidos con que se disfrazan las hamaqueras como las camisas que portan los hamaqueros, son elaborados con telas de estampados florales de diferentes tamaños y tonalidades.

Las camisas que llevan los hamaqueros se amarran a la cintura pues carecen de botones.

Mujeres y hombres completan su atuendo pintando su cara negro humo, un polvo que se consigue en las cercanías de los muelles de Puerto Cabello y se mezcla con grasa. Los dibujos de los rostros pueden ser color negro, rojo, azul, blanco y amarillo, o de la combinación de dos o más colores.

 

 

Con información de Catálogo de Patrimonio Cultural de los Municipios Juan José Mora y Puerto Cabello, Ministerio del Poder Popular para La Cultura, La Hamaca de San Millán e IAM Venezuela.


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