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El cacique Catia nunca se rindió

por Haiman El Troudi
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El cacique Catia nunca se rindió

Murió en combate, porque nunca se rindió ante los invasores del imperio español. El cacique Catia, aliado del gran Guaicaipuro, fue un formidable guerrero que transmitió sus destrezas a muchos combatientes indígenas, entre quienes destacó el valiente Tiuna.

Gran estratega, Catia derrotó a las huestes del conquistador Garcí González, en el valle de Los Guayabos, actual Catia La Mar, en el estado La Guaira. También fue quien propuso unificar todas las tribus del centro de Venezuela para enfrentar a los invasores españoles, que lideró Guaicaipuro.

Además de sus dotes para el combate, el cacique Catia también era considerado un guardián del cuerpo y el espíritu, pues era Piache por sus dotes de hechicero y habilidades para sanar.

Un cacique de la montaña y el mar

Los dominios de Catia iban desde la fila que ocupaban los mariches, siguiendo toda la serranía que circunda a Caracas hasta las orillas del valle de las Guayabas, actual Catia La Mar, estado La Guaira, y desde el río Maya hasta Tacagua. Era, entonces, el cacique de la montaña y el mar.

Sobre el significado de la voz indígena Catia, se habla de una muy posible relación con el nombre Cata, cuyo significado es orilla. También podría ser, un apócope de la forma Cata-uyan o Cata-uya, que significa mi orilla. Incluso podría referirse también a un lindero, a un límite, como el existente entre la montaña y el mar de los terrenos de este gran cacique.

Los Toromaimas y los Catia eran las tribus de los valles de Caracas. Tanto la amplia extensión del territorio a cargo de Catia, como su sabiduría, le dieron prestigio ante caciques contemporáneos como Guaicaipuro, Maiquetía y Guaicamacuto; así como ante colonizadores, como Diego de Losada.

La Confederación Indígena

Guaicaipuro unificó el poderío indígena para la resistencia al invasor

Cacique Guaicaipuro, el Guapotori (jefes de jefes).

Se atribuye al cacique Catia la estrategia de unificar el poder de todas las tribus del centro de Venezuela para enfrentar la expansión de los invasores españoles, a mediados del siglo XVI. Eventualmente, esto se convirtió en la Confederación Indígena o Confederación Indígena de la Provincia de Caracas.

Liderada por Guaicaipuro, quien fue nombrado Guapotori (jefes de jefes), la Confederación Indígena estaba integrada por los señoríos tribales que dominaban Guaicamacuto, Terepaima, Tamanaca y Aramaipuro; además de las tribus del valle de Caracas que no pertenecía a señorío alguno, dirigida por Paramaconi (Toromaimas), Catia y Chacao.

Esta confederación, por su extensión y por los pueblos que la integraron, representó el mayor peligro de la permanencia de los españoles en tierra venezolana, entre los años 1567 y 1577. Derrotarla significó el uso de elevados recursos económicos por parte de la monarquía española en envío de armas, personal, y el pago de infiltrados.

Tiuna: el orgullo de Catia

El generoso caique Catia enseñó sus destrezas en la lucha a muchos jóvenes guerreros, entre los que destacó el cacique Tiuna. De la tribu de Los Caracas, este cacique fue formado bajo su tutela durante la infancia y seguramente fue el gran orgullo del maestro por sus valientes y heroicas actuaciones al crecer.

Tiuna se convirtió en un implacable hostigador de los agresores españoles. Entre sus logros destacan el de Villa del Collado, actualmente Caraballeda, y el de Cayapa, donde derrotó al cruel Rodríguez Carpio. Los conquistadores pusieron precio a su cabeza.

Este guerrero de la tribu de Los Caracas murió en la Batalla de Maracapana, no sin antes haber puesto en jaque a los españoles haciéndolos retroceder, tras desafiar al mismo Diego de Losada y pese a tener la mitad de una espada clavada en él. Su muerte junto a la de Terepaima, ambas a causa del ataque de un traidor por la espalda, finalmente desmovilizó a las fuerzas indígenas que quedaban en la lucha.

Catia convocó para retomar la reunificación

Diego de Losada.

Luego del asesinato de Guaicaipuro a manos del invasor Francisco Infante, Catia asumió el liderazgo de las tribus Tarmas. También convocó a sus caciques amigos para retomar el proyecto de reunificación y continuar la lucha contra los colonizadores. Pero estos no aceptaron, desmoralizados por la muerte del Guapotori y cansados de combatir contra las poderosas armas del enemigo.

El guerrero, famoso por haber derrotado las huestes del usurpador español García González en la actual Catia La Mar, entre otras hazañas, continuó combatiendo y así murió. Solo pudo detenerlo un cañonazo que le atravesó el pecho, mientras luchaba contra las tropas de Diego de Losada, en Los Teques.

Hoy, el cacique Catia es reconocido debido sus dotes de estratega y guerrero, pero también es venerado por haber sido un Piache con grandes conocimientos de hechicería, magia y artes curativas, a quien encomiendan protección con una oración, cuya primera parte dice:

“Pido a la Corte Celestial y a Dios, luz positiva y superación para el gran Cacique Catia por siempre/ Cacique Catia, en este momento te invoco, te invoco, te invoco, para que atiendas mis súplicas hermano y guerrero/ Te pido que elimines, revientes y devuelvas toda brujería, hechicería, invocación o magia, que en contra mí hayan hecho/ Te pido que desates cualquier nudo, amarre o sortilegio que contra mí pretendan”.

 

Con información de Nuestra Historia Venezuela, Monografías, Ecured y Wikipedia

ACEVEDO J. Israel. Toponimia Indígena del Municipio Vargas. Fondo Editorial Urimare. Alcaldía del municipio Vargas. La Guaira, 2005.

 

Fotos cortesía de Saberes Africanos, Nuestro rincón venezolano y Rufino Uribe


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