Investigaciones recientes revelan que el hidrógeno es una de las claves esenciales para solucionar los problemas medioambientales de las grandes ciudades que, son las principales responsables de la contaminación y emisiones de altos niveles de dióxido de carbono (CO2).
Más del 70% de los gases contaminantes son producidos en las grandes ciudades y centros urbanos, cifra que aumenta en paralelo con el incremento de la población mundial y la demanda de energía.
Ante este alarmante escenario, científicos han evaluado diversas alternativas para frenar este impacto negativo y preservar la vida en el planeta. El hidrógeno tiene papel integral en la transición al uso de energías limpias.
Para el 2050, el hidrógeno permitirá generar anualmente 1,500 TWh de electricidad, 10% del calor y la potencia que requieren los hogares, así como la fuerza para una flota de 400 millones de automóviles.
¿Conductor de la descarbonización?
Este elemento químico se perfila como el conductor de la transición hacia un nuevo modelo energético basado en las energías renovables y sin emisiones de CO2 a la atmósfera. Se trata de una fuente de energía flexible para reemplazar a los combustibles fósiles que se utilizan actualmente en la generación de calor, electricidad y movilidad.
Según el presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), Javier Brey, “el hidrógeno supone una parte significativa de la solución para incrementar las energías renovables y descarbonizar la industria porque permite almacenar de forma eficiente los excedentes de electricidad y utilizarlos para una movilidad cero emisiones”.
El experto asegura que los usos de esta fuente energética se pueden resumir de la siguiente manera: combustible para el transporte, combustible para la industria y como sistema de almacenamiento de energía.
Panorama alarmante
En la actualidad, las ciudades consumen más de dos tercios de la energía en el planeta y se calcula que emiten más del 70% de las emisiones globales de dióxido de carbono para producir el 80% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
El McKinsey Global Institute detalla que la producción económica de las 600 ciudades y regiones urbanas más grandes del mundo podría aumentar en 30 billones de dólares para el año 2050, por consiguiente, la demanda energética y las emisiones de CO2 crecerán a la par que el desarrollo económico.
Al mismo tiempo, según cifras del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), se estima que los niveles demográficos de las grandes ciudades, donde se congrega más de la mitad de la población, pasen de los 7.700 millones de personas a 10.000 millones en unos 30 años.
Sin embargo, más allá del crecimiento poblacional y económico, es vital dar prioridad al cuidado de la vida y la sostenibilidad, con especial atención en el ambiente, la protección de la biodiversidad y el impulso del uso de energías renovables, de lo contrario estaríamos acerándonos cada vez más a la destrucción del planeta y, por ende, de la humanidad.
Es allí donde aparece el hidrógeno como la principal opción para que las ciudades del futuro logren el objetivo de cero emisiones, a fin de detener el cambio climático y garantizar la existencia de vida en la Tierra.
Protector ambiental
El hidrógeno es un elemento de sencilla distribución que al usarse genera vapor de agua y oxígeno, en lugar de gases dañinos para el medio ambiente y los seres vivos. Además, es portador de energía, lo que contribuye a mejorar la resistencia de las fuentes de energía renovables, como la eólica y la solar.
Asimismo, la recarga de los tanques es rápida y no precisa mucho espacio para su almacenamiento, y al utilizar el excedente de electricidad para generar hidrógeno a través de la electrólisis -proceso químico por medio del cual se separan los elementos de un compuesto por la acción de la una corriente eléctrica- la energía se puede almacenar para su posterior uso.
La utilización de este elemento químico en nuestros día a día también reduce la contaminación acústica y del agua.
Combustible limpio y sostenible
Gracias a las investigaciones y avances tecnológicos, el hidrógeno se ha posicionado como una alternativa viable y muy eficiente al resto de los combustibles, pues representa una fuente de energía limpia y con experiencias exitosas en el sector transporte, tanto en el área automovilística, como ferroviaria o naval.
Actualmente, los vehículos de pila de hidrógeno se han hecho cada vez más populares, por su eficiencia y autonomía, en países como Japón, Alemania, Corea del Sur y Estados Unidos.
Según el Consejo del Hidrógeno, para 2050, este elemento químico permitirá generar anualmente 1,500 TWh de electricidad, 10% del calor y la potencia que requieren los hogares, y la fuerza para una flota de 400 millones de automóviles.
Asimismo, los requisitos de infraestructura facilitan su distribución a escala. Por ejemplo, dicha institución señala que las estaciones de servicio para cargas eléctricas ocupan lo mismo que 180 estadios de baloncesto, pero si utilizaran hidrógeno este espacio se reduciría a solo 12 campos.
Por otra parte, un solo kilogramo de hidrógeno permite recorrer más de 100 kilómetros en vehículo y recientemente anunciaron un automóvil que tiene una autonomía de hasta 1.000 kilómetros, parámetros que están muy por debajo a los que ofrece un vehículo eléctrico tradicional.
Con información de Energy News y La Vanguardia
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