El icaco es popular en Venezuela gracias a un rico y tradicional dulce de la región zuliana que se elabora con el fruto del Chrysobalanus icaco L, arbusto oriundo de América Tropical y África que se naturalizado en regiones similares.
Crece de forma espontánea desde Florida, Estados Unidos, hasta Venezuela y Ecuador, incluida la Cuenca del Caribe. Es conocido con varios nombres comunes entre los que destacan hicaco, caco, ciruela de algodón, ciruela blanca, ajurú-branco y ajurú-rosa (Brasil); zicaque (Antillas) y coco plum en inglés.
En nuestro país el icaco se utiliza como planta ornamental y medicinal. Mientras que los frutos, muy apreciados en la dulcería criolla, se consumen relativamente poco en su estado natural debido a que su pulpa es insípida y astringente.
Algunos estudios sobre esta especie resaltan su potencial agrícola e industrial. Indican, tras el análisis químico, que la pulpa puede ser usada como materia prima para elaborar jugos y néctar con azúcar o endulzantes añadidos. La semilla, por otra parte, es rica en ácidos grasos. Incluso hay registro de una investigación científica realizada para comprobar el efecto inhibitorio del extracto orgánico de las raíces contra el Virus de Inmonudeficiencia Humana (HIV-1) en células in vitro.
Una planta resistente y protectora
Chrysobalanus icaco L es un arbusto de entre uno y tres metros altura. También un árbol pequeño y tupido que puede alcanzar hasta seis metros. La corteza marrón rojizo, tiene una gran cantidad de lenticelas de color blanco (aberturas lenticulares cuya función es asegurar la entrada de oxígeno).
De color verde oscuro, brillantes, duras y flexibles con una textura similar al cuero, las hojas de la planta de icaco son ovadas y orbiculadas. Miden de cinco a ocho centímetros.
Las flores pequeñas nacen en racimos. Tienen cinco sépalos verdes y cinco pétalos blancos. Los estambres salen del receptáculo de la flor corto y compacto (Hipanto) que alberga el ovario esférico y piloso.
Aunque crece bien en zonas de clima caliente, también prospera en climas medios y no pasa de los 1.500 m.s.n.m. Además, se desarrolla perfectamente en las zonas costeras, donde los individuos son altamente tolerantes a la sal y por eso se siembran en los bordes de las playas para estabilizarlos e impedir la erosión. Los suelos de textura media, bien drenados, donde no falte la humedad son los preferidos por la planta de icaco.
Icacos amarillos, rosados, rojos y morados
El fruto de la Chrysobalanus icaco L es una drupa subglobosa u obovoide que mide entre dos y 5 centímetros de largo. Hay icacos amarillos, rosados, rojos y morados (purpura oscuro).
Su pulpa blanca y de una textura que semeja al algodón, es algo insípida, sutilmente dulce y astringente. Esta última característica se debe a su alto contenido de taninos. Por esta razón es poco frecuente que se consuma fresca y se disfrute más en preparaciones dulces. Bien sea en almíbar, jaleas y mermeladas. En algunos lugares se hacen bebidas refrescantes y se fermenta con azúcar para hacer licor.
Recomiendan que antes de cocinar el icaco, se abran las cubiertas de la semilla para que la preparación se impregne del agradable sabor de la almendra que contiene. Esta puede consumirse al natural o tostada como se hace con la nuez, el merey y cualquier fruto seco
La semilla es utilizada en la artesanía para elaborar zarcillos o pendientes, collares y pulseras
Propiedades y beneficios del icaco
Rico en vitamina C, principalmente, el icaco contiene calcio, hierro y fósforo. La semilla, por otra parte, se caracteriza por un alto contenido de polifenoles y ácidos grasos, algunos de ellos esenciales para el organismo.
Al icaco se le atribuyen propiedades antidiarreicas, astringentes, hipoglucemicas, antivirales, antiinflamatorias, antioxidantes y antibacterianas. Tiene un efecto orexigénico, es decir estimula el apetito.
Para uso medicinal suele emplearse infusiones de las hojas, secas principalmente, la raíz, la corteza y del licuado de la pulpa.
Comparto el poema del escritor boricua Andrés Díaz Marrero dedicado a esta fruta tropical muy apreciada en la dulcería criolla, y en la zuliana particularmente:
El icaco es colosal
ameno y suave su fruto,
sabor tierno que disfruto,
un tesoro tropical.
Bien se coma al natural,
en rojo dulce, o jalea,
quien lo mira lo desea
pues apela a los sentidos
uno se siente atraído,
de verlo, lo saborea.
Con información de Intagri, Revista cubana de Plantas Medicinales, Revista Agronomía Tropical y Revista Asa de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado.
Fotografías publicadas en Naturalista de México
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