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El Jarillo es el segundo pueblo fundado por alemanes en Venezuela

por Haiman El Troudi
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Rodeado de las hermosas montañas de los Altos Mirandinos, a unos kilómetros de la ciudad de Los Teques, está El Jarillo. Pintoresco y bucólico pueblo de la parroquia homónima del municipio Guaicaipuro, en el estado Miranda.

El privilegiado clima, los esplendidos paisajes, la calidez de su gente, las variedades de durazno cultivados en la localidad, que destacan por el rico sabor y jugosidad, el tradicional pan de prote; así como la posibilidad de volar en parapente mientras disfrutas de las espectaculares vistas, son algunas de las maravillas que ofrece a los visitantes.

Próximo a cumplir 133 años, El Jarillo es el segundo pueblo de Venezuela fundado por un grupo de alemanes que llegó al país como parte de un programa para reconstruir la agricultura y la cría, promovido por el gobierno del general José Antonio Páez.

A pocos kilómetros de la Colonia Tovar

El Jarillo se localiza en el tramo central de la Cordillera de la Costa, al Sur de la serranía El Litoral, entre los límites de los estados Miranda y Aragua. Se asienta a una altura de 1700 metros sobre el nivel del mar, su zona más alta, y a 1200 metros, la más baja.

Está a 30 kilómetros de la ciudad de Los Teques, aproximadamente, capital del estado Miranda y del municipio Guaicaipuro; así como a 23 kilómetros de la Colonia Tovar, primer pueblo fundado por inmigrantes alemanes en nuestro país, el 8 de abril de 1843.

Debe su nombre a la planta Escallonia Floribunda llamada “Jarillo” que abunda en los alrededores de este asentamiento poblado de los Altos Mirandinos.

Clima fresco y tierras fértiles

La fundación de El Jarillo se remonta al 14 de noviembre de 1890. Fecha en la que fue protocolarizado, en el Registro de Los Teques, el documento de la compra de las tierras fértiles donde se asentaron los colones alemanes.

Tres años antes, en 1887, Gregorio y Emilio Breidenbach compraron por diez mil bolívares, los terrenos que Altagracia de Tovar había recibido como herencia de su hermano Manuel Felipe de Tovar.

Los hermanos Breidenbach, oriundos de la región de Erfurtshausen, Hessen, en Alemania, llegaron a Venezuela en 1851, como parte del segundo grupo de inmigrantes fundadores de la Colonia Tovar. Ambos deciden separase de la comunidad aragüeña y se trasladan a El Jarillo, dando origen a este pueblo de vocación agrícola al que se unen otros colonos posteriormente.

La población se distribuye de forma irregular sobre un paisaje de laderas semiboscosas, con pequeñas sabanas inclinadas y abruptos riscos, propio relieve montañoso formando pequeños valles aluviales y terrazas con declive de la Cordillera de la Costa Central donde se asienta. Según el Censo 2011, El Jarillo tiene 2.415 habitantes.

Los duraznos de El Jarillo

Con un clima fuertemente influenciado por la altura, los vientos y la distancia del mar, se registra temperatura promedio de 18°C. Sistema climático que juntos a los suelos fértiles, hacen de esta parroquia del municipio Guaicaipuro, para diversidad de cultivos de frutales y hortalizas.

La agricultura es la actividad económica principal y si bien el durazno se constituyó en el mayor y más importante rubro, en este hermoso pueblo mirandino también se cultiva fresa, higo, tuna, manzana, diferentes tipos de hortalizas y flores, entre otros cultivos.

Las variedades de durazno, entre las que destacan las llamadas Jarillo Grande, Gran Jarillo y Jarilloven, son un logro del agricultor Lucas Gerik, quien con determinación dedicó años a la investigación y los injertos, cuyos resultados han dado renombre a estos exquisitos y jugosos frutos producidos en esta localidad.

Otro producto agrícola que evidencia la pasión de los agricultores jarillenses es el “Jarimelo”, un injerto de melón que se caracteriza por ser más dulce y jugoso que las acostumbradas variedades de esta fruta en el mercado venezolano.

La aventura de volar en parapente

Además de la arquitectura de sus casas que conservan las formas del estilo tradicional de las localidades alemanas de donde vinieron, sus hermosos paisajes y su oferta gastronómica, El Jarillo invita a vivir la aventura de volar en parapente.

Desde el sector La Enea, en un lugar conocido como El Despegadero, salen los parapentes. Quienes no tienen experiencia en esta práctica deportiva, con todas las medidas de seguridad, pueden iniciar con vuelo tándem, donde acompañado por el piloto podrá gozar de los hermosos paisajes que ofrece, desde las alturas, El Jarillo y sus alrededores.

También podrá apreciar el monumento a la Virgen del Carmen, escultura realizada en mármol con 10 metros de alto por 2,5 metros de ancho, obra de la artista Leda Scattolini, que mira hacia el valle, atenta, protegiendo a la parroquia de la cual es patrona.

 

Con información de Travel Feed y Bienmesabe

Ziegler Ruthman, Félix Guillermo. “El Jarillo: Un pueblo de origen alemán”. Fundación Fondo Editorial Simón Rodríguez. Edición digital, 2016. Publicada en Academia.

Fotos de Jose ILIDIO Spinola en Flickr


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