Con sus cinco estrellas, el hotel Humboldt ilumina una de las cimas del Parque Nacional Waraira Repano desde donde es visible una buena parte de Caracas, la capital venezolana, y La Guaira, el principal puerto del país, durante los días soleados.
Constituido en uno de los íconos de la arquitectura moderna venezolana, este edificio de 14 pisos, cuyo valor histórico forma parte del gentilicio caraqueño, se erige como una especie de faro descomunal que ofrece a sus visitantes una espectacular vista hacia el valle de Caracas y hacia el Litoral Central con alcance al mar.
Fruto del arquitecto Tomás José Sanabria, el hotel bautizado en honor al naturalista alemán Alejandro von Humboldt, fue inaugurado el 26 de diciembre de 1956. Esta deslumbrante obra, que hoy cumple 67 años, es fiel representante de un estilo integral que articula y armoniza la relación entre la arquitectura, la naturaleza y la ciudad.
Parte de un complejo turístico-recreativo
El hotel Humboldt forma parte de un proyecto para unir al Distrito Capital con el estado La Guaria, a través de un complejo turístico y recreativo con el sistema teleférico como medio de transporte. Así funcionó entre 1957 y 1961, año en el que sus instalaciones cerraron por la paralización del teleférico hacia el Litoral Central.
En 1965 el hotel fue entregado en concesión a la cadena hotelera Sheraton, pero el servicio fracasó en parte por las continuas reformas en su diseño. En los años 70 fue convertido en Hotel Escuela, luego de ser entregado al entonces INCE (Instituto Nacional de Cooperación Educativa), pero todo el complejo fue abandonado en 1977 por problemas operativos en el teleférico de Caracas.
Un nuevo rescate gubernamental del complejo ocurrió entre 1986 y 1989, años en los que el hotel fue usado para fiestas privadas y reuniones del mandato de turno. 11 años después tanto el Humboldt como el teleférico de Caracas volvieron a caer en manos privadas, pero la concesión a 30 años fue revocada en menos de una década, pues la empresa beneficiada causó daños al hotel y transformó sus espacios internos.
El Humboldt vuelve a ser signo indeleble de Caracas
A cargo del Gobierno Bolivariano el Humboldt ha vuelto a ser signo indeleble de Caracas. Con el fin de reactivar los servicios de hostelería y hospedaje, sus instalaciones fueron objeto de restauración desde el año 2012, bajo la dirección del arquitecto venezolano Gregory Vertullo, especialista en restauración de monumentos arquitectónicos.
La primera etapa del rescate del icónico hotel consistió en el desmontaje de todos los agregados que hicieron las administraciones pasadas, y el reforzamiento de parte de la estructura, así como de las vigas y columnas, con fibra de carbono, para garantizar la perdurabilidad del edificio.
Esta significativa restauración contó con una mano de obra directa de más de 300 obreros, que trabajaron en la incorporación de sistemas de agua, reforzamiento de calderas, sistema de incendios, telefonía, remodelación de sus 69 habitaciones y rescate de la Habitación Museable para las visitas guiadas.
Diversión y descanso entre las nubes
A 2.250 metros sobre el nivel del mar (msnm), el hotel Humboldt ofrece diversión y descanso entre las nubes, pues en determinados momentos y dependiendo de las variables climáticas, la estructura de cristal y aluminio luce flotando en una mar de algodones.
El edificio está concebido como una isla dentro de un todo, donde el entorno natural se fundió con la arquitectura para que las y los visitantes puedan apreciar la belleza que les rodea con las ventajas del confort. Para representar la bella naturaleza el hotel cuenta con un bimural del escultor Catalán Abel Vallmitjanam y una réplica exacta del mural de las gaviotas original.
Una réplica de la iluminaria colgante original fue instalada en el área de registro. El techo del lobby principal destaca por ser abovedado con losetas acústicas sujetas por un entramado de madera y acero. A su lado está el salón principal, cuyo piano es el mismo desde la fundación del hotel.
Un hotel de vanguardia
Ejemplo de las instalaciones que han hecho al Humboldt un hotel de vanguardia desde su inauguración es su discoteca, la cual carece de columnas que sostengan su techo, pues éste está suspendido desde el piso superior.
En el cuerpo alto del edificio, hay dos salones completamente amoblados y con servicios de cocina para la realización de fiestas, conferencias u otro tipo de eventos. El primero está en la Mezzanina. El segundo, en la parte más alta, es también un mirador desde donde se aprecian Caracas, Galipán y el mar Caribe, de acuerdo al lado donde se ubique el visitante.
De las áreas sociales ubicadas en la parte baja, destaca el gran comedor principal, con muchas mesas, sobre las cuales cuelgan réplicas de las lámparas originales que fueron diseñadas en 3D y fabricadas por un artesano en Caracas. Al lado oeste se encuentra un bar y el salón Boite para conferencias o espectáculos. Al norte está la cocina secundaria.
Adelantos tecnológicos conviven con el estilo de los 50
Con la rehabilitación, las instalaciones del hotel han sido dotadas con los adelantos tecnológicos, como wifi, mientras que en sus suites donde la terraza es el atractivo principal, conviven el mobiliario al estilo de los años 50-60 con las comodidades actuales, entre ellas baños dotados con ducha con columna de hidromasaje.
Ante las bajas temperaturas del Waraira Repano, la piscina del Humboldt es climatizada. Además, cuenta con dispositivos de emergencia para que su agua pueda ser usada en caso de incendio, mediante un sistema de bombas. El área cuenta con sanitarios y vestidores, así como áreas de masaje, sauna y un gimnasio.
La pista de patinaje sobre hielo constituye otro de los grandes atractivos asociados al hotel, pues no se encuentra dentro de sus instalaciones. En el recinto se presentan espectáculos sobre hielo y eventos privados. Además de los horarios para el uso público, allí funciona una academia para aprender este deporte.
Pese a su lejanía, llegar al hotel Humboldt no es difícil. Se puede tomar el teleférico de Caracas, desde la estación de Maripérez, aunque se ha anunciado la reapertura de la estación de Macuto para 2025. También es posible subir en vehículos de tracción de cuatro ruedas particulares, desde la ciudad capital o desde la subida a Galipán, en el estado La Guaira; o en los que se ubican en el hotel Ávila de la urbanización San Bernardino.
Con información de Venezuela Tuya, IAM Venezuela, Íconos de Venezuela y AVN
Fotos cortesía de Impacto Venezuela, El Estímulo, BBC y Wikipedia
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