Un novedoso invernadero inflable de bambú y goma laca, tipo origami, es una alternativa sostenible para hacer frente al exceso de desechos plásticos generados por los invernaderos comunes que utilizan láminas de polietileno y deben reemplazarse anualmente.
El diseño innovador, inspirado en la naturaleza, totalmente plegable y fácil de transportar, fue conceptualizado por la joven Eliza Hague, estudiante de Maestría en Arquitectura de la Universidad de Westminster, Inglaterra.
Con el objetivo de incentivar a las comunidades de Jaipur, capital del estado de Rajastán en la India, a cultivar sus propios alimentos Hague conceptualizó y completó el diseño, mientras cursaba el módulo Producciones Arquitectónicas.
La naturaleza inspiradora
A partir de pulpa de bambú como una alternativa sostenible y local a las láminas de plástico de polietileno de los invernaderos más populares en la India, la estudiante de la Universidad de Westminster desarrolló un material similar al papel de bajo costo.
Para hacerlo más duradero y resistente a la intemperie, Eliza Hague lo cubrió con goma laca, una resina natural. Luego las unió y las plegó como en el arte del origami, creando formas huecas, especies de cúpulas y vigas para la estructura del invernadero.
La planta Mimosa Pudica, conocida como mimosa sensitiva, vergonzosa, nometoques, moriviví, dormidera o dormilona entre otros nombres, inspiró la las bisagras de origami inflables de su proyecto de invernadero, las cuales imitan la reacción de esta especie vegetal al tacto, cuando dobla sus hojas.
Al calor del Sol
Todos los componentes son fáciles de transportar. En el caso de las vigas, éstas se pliegan para ser trasladadas como objetos planos. Una vez en el sitio seleccionado para cultivar, se inflan con aire para formar la estructura principal y luego se revisten las láminas arriba mencionadas.
Versiones más pequeñas de los módulos principales actúan como vigas de relleno para el sostenimiento de la estructura. Si se requiere de un refuerzo adicional, pueden usarse palos de bambú.
Los globos solares negros, colocados entre las vigas de relleno y el revestimiento, actúan como bisagras para las secciones «en forma de aleta» del papel de pulpa de bambú. Estos se expanden y contraen por calor del sol, lo que permite la ventilación dentro del invernadero.
Espacios para la vida sostenible
Analizar el significado de la sostenibilidad en la arquitectura y su impacto en el entorno, hizo que la estudiante se planteara desafiar “la idoneidad de los materiales ampliamente utilizados y los estilos de vida actuales”.
“A la luz de la pandemia, la idea de que la arquitectura puede proporcionar espacios para fomentar la vida autosuficiente se ha vuelto más frecuente ya que dependemos de los supermercados más que nunca. Esta noción estimuló el deseo de crear un diseño que no solo respondiera a su entorno local, sino que propusiera soluciones innovadoras a estos desafíos”, afirma Eliza Hague.
Eliza Hague aspira que el innovador Invernadero inflable de bambú aliente a las personas hacia una dieta vegetal autosuficiente. Esto, en su opinión, aliviaría la creciente demanda de una agricultura “destructiva” basada en la cría de ganado para la producción de carne, cuyo “consumo de carne a nivel mundial está aumentando constantemente”.
Los invernaderos inflables hechos con pulpa de bambú pueden ser compartidos por varias familias, proporcionando suficiente comida para ser autosuficientes. Esto posibilita crear «aldeas de invernadero» comunales en las áreas más rurales y aisladas de Jaipur.
La creadora de este novedoso invernadero ha establecido dentro del diseño, especificaciones para hogares de dos, tres y cuatro personas. También ha tomado en cuenta que cada individuo requiere 40 metros cuadrados de espacio de invernadero para cultivar suficientes alimentos para mantener la autosuficiencia.
Con información de Universidad de Westminster, Revista Dezeen y Avatar Energía
Fotografías cortesía de Revista Dezeen
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