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La arquitectura sostenible sigue ganando terreno

por Haiman El Troudi
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La arquitectura sostenible sigue ganando terreno

La arquitectura sostenible, también conocida como ecológica, se ha convertido en una de las opciones más sustentables para disminuir las emisiones de carbono y el impacto medioambiental en medio de la crisis climática que enfrentamos, gracias al calentamiento global provocado por la actividad humana.

Se trata de un modelo de construcción que se fundamenta no sólo en el diseño de edificaciones que se integren y sean respetuosas con el medioambiente, sino que además permitan la optimización, conservación y reutilización de los recursos materiales y naturales a la largo de los años, proporcionando bienestar y calidad de vida a las personas.

La idea de una casa o estructura sustentable ha ido ganando cada vez más aceptación y popularidad, frente al despilfarro de dinero y energía que supone la arquitectura tradicional, la cual ha traído graves consecuencias a la Tierra. Una casa ecológica es aquella que está perfectamente integrada en su entorno, construida con materiales naturales y reciclados, además de aprovechar los recursos naturales como fuentes de energía.

Este tipo de vivienda proporciona a sus habitantes elevados niveles de comodidad con la mínima demanda de consumo destinados a su climatización. Hablar de este tipo de arquitectura va más allá de incluir elementos de la naturaleza en el diseño y la decoración, pues implica usar de manera eficiente materiales sostenibles en la construcción, para no generar un alto impacto en el ambiente.

Ventajas de la arquitectura sostenible

La arquitectura sostenible sigue ganando terreno

 

Distintos beneficios ambientales y sociales como resultado del uso responsable e inteligente de los recursos  puede proporcionar la arquitectura sostenible, aquí algunos de ellos:

– Específicamente, la construcción ecológica contribuye a reducir la dilapidación  de las riquezas naturales, especialmente del agua y la energía, a través del reciclaje y la reutilización de insumos, que están pensados para garantizar la sostenibilidad de la edificación a lo largo de los años. En promedio un edificio verde usa 30% menos que un edificio convencional y suelen requerir un 25% menos agua.

– Muchos edificios ecológicos pueden costar menos que un edificio tradicional, debido a que este tipo de tecnología permite reducir sistemas eléctricos, mecánicos y estructurales. Además, se utilizan materiales reciclados, que están destinados al aprovechamiento energético y que suelen ser de bajo costo, en comparación con los insumos tradicionales de construcción.

– Tiene un impacto mínimo en el medioambiente durante todo el ciclo de vida del edificio, desde su diseño y construcción, hasta su operación, mantenimiento y desmontaje. Específicamente, la arquitectura sostenible o ecológica, al usar menos energía, genera menos CO2, los materiales usados poseen mínimos riesgos para la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), por ende, contribuye a la lucha contra el calentamiento global y la protección de la capa de ozono.

– La buena calidad del ambiente donde se desenvuelven las personas es de suma importancia. Las instalaciones ecológicas poseen cualidades que promueven el bienestar de la salud de los residentes de estos edificios, entre ellas: luz y ventilación natural, controles de insolación, confort térmico, además de la reducción en el uso de materiales tóxicos, como pinturas, adhesivos, maderas, productos químicos.

– Impulsan el incremento y la protección de la biodiversidad y demás ecosistemas.

– Proporciona instalaciones in situ para su reciclado, reduciendo al mínimo los residuos que se envían a los rellenos sanitarios. La disminución de los desechos es otro de los aspectos clave de la arquitectura ecológica, y también en este punto las inversiones iniciales acaban resultando ventajosas, ya sea gracias a la producción de compost natural o a sistemas de reciclaje que no sólo son beneficiosos para el entorno sino también para nuestro bolsillo.

– En ciertos casos la construcción ecológica rehabilita áreas contaminadas o espacios degradados en el tejido urbano, ofreciendo

Las tecnologías más usadas 

Techos fríos: Este tipo de techos permiten reflejar un mayor porcentaje de rayos solares que los tradicionales, al tiempo que tienen una menor emisión térmica, lo que evita que la edificación se caliente excesivamente en verano o pierda calor en invierno. Además, favorecen el ahorro de dinero al no tener que hacer mayor inversión en calefacción o aire acondicionado.

Aislamiento reciclado: El aislamiento verde utiliza materiales reciclados para revestir las paredes de la casa. Ejemplo de ello es el aislamiento de celulosa, que se produce por medio de la trituración de papel de periódicos que son excedentes de producción de las tiradas diarias.

– Riego inteligente: A todo el mundo le gusta vivir en una casa con jardín pero sabemos que su mantenimiento puede ser caro. Por suerte en la actualidad existen sistemas de riego por aspersión que minimizan el consumo de agua en todo tipo de césped y jardines.

– Materiales biodegradables: El uso de productos reciclados, como el aislamiento de fibra de vidrio reciclado, por ejemplo, es un buen comienzo para ser amable con el medioambiente, pero los productos que se degradan naturalmente sin liberar toxinas en la Tierra son aún mejores. El cáñamo es uno de estos materiales, y puede usarse desde los cimientos hasta el aislamiento.

Tierra apisonada: En esta técnica de construcción, una mezcla húmeda de tierra y sustancias duras como arcilla o grava se combinan con un elemento estabilizador como el hormigón y se comprime para formar paredes duras y densas. Después la tierra apisonada debe “curarse” durante meses, o hasta dos años, en un clima húmedo para endurecerse por completo. Se trata de una técnica que existe hace miles de años, y con ella se construyeron partes de la Gran Muralla China.

Calefacción geotérmica: La calefacción geotérmica aprovecha la energía natural de la Tierra para generar energía. Una mezcla de agua y anticongelante se bombea a través de tuberías enterradas bajo tierra para recolectar energía térmica. La mezcla luego se dirige a una bomba de calor que toma esa energía y la usa para calentar o enfriar la casa.

Vidrio inteligente: El vidrio inteligente, o vidrio electrocrómico, usa una pequeña ráfaga de electricidad para cargar iones en una capa de ventana y cambiar la cantidad de luz que refleja. Aunque ya existen ventanas de baja emisión que bloquean parte de la radiación solar, el vidrio inteligente ofrece a los habitantes de la casa la capacidad de elegir cuánta luz desean bloquear.

 

Con información de Arquitectura Sostenible, Ecointeligencia, Ecología Verde  y Las Ciudades Inteligentes


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