La utilización desmesurada de pesticidas y químicos dañinos en el sector agrícola-ganadero, en detrimento a otras opciones para el control de plagas, constituye una de las mayores fuentes de contaminación ambiental en las últimas décadas, por lo que la biotecnología como respuesta a los agroquímicos, ha venido tomando auge en la búsqueda de soluciones sostenibles.
Si bien estos agroquímicos se utilizan para “cuidar” y maximizar el rendimiento de las cosechas, el mal uso o abuso de los mismos ha generado consecuencias negativas no solo en la naturaleza, sino además en la salud de los seres humanos.
Específicamente, estas sustancias han ocasionado la pérdida de diversidad biológica en las últimas décadas, así como el envenenamiento de animales y personas, la creación de plagas resistentes y la contaminación de suelos y aguas, tanto superficiales como subterráneos.
Alternativas a los agroquímicos
Ante este panorama, científicos e investigadores han estudiado el uso de productos biológicos derivados, generalmente, de microorganismos como alternativas para reducir el uso de pesticidas y plaguicidas, a fin de garantizar la protección del medioambiente y de los seres vivos que habitan la Tierra.
Estos bioproductos presentan una amplia gama de formulaciones, y pueden ser clasificados funcionalmente en bioestimulantes, biopesticidas o biocontroladores y biofertilizantes
– Los bioestimulantes, sustancias de origen biológico que promueven el crecimiento y desarrollo de las plantas, además de mejorar su metabolismo o características agronómicas. Esto último hace que las plantas sean más resistentes ante condiciones adversas, como por ejemplo, la sequía o las plagas. Los bioestimulantes no contienen hormonas activas, pero sí macro y micronutrientes en pequeñas concentraciones.
Las principales categorías de productos bioestimulantes son:
- Ácidos húmicos y fúlvicos. Estas sustancias son componentes naturales de la materia orgánica de los suelos. Se trata de un cúmulo de compuestos categorizadas de acuerdo a su peso molecular y solubilidad en huminas, ácidos húmicos y ácidos fúlvicos
- Aminoácidos y mezclas de péptidos. Se obtienen a partir de la hidrólisis química o enzimática de proteínas procedentes de productos agroindustriales, tanto vegetales como animales
- Extractos de algas y de plantas. El uso comercial de este tipo de sustancias o compuestos purificados -como polisacáridos de laminarina, alginato y carragenanos- ha experimentado un incremento exponencial en los últimos años.
- Quitosanos y otros biopolímeros. Se usan habitualmente en la alimentación, cosmética, medicina y recientemente en la agricultura. Poseen la cualidad de unirse a receptores específicos responsables de la activación de las defensas de las plantas.
- Compuestos inorgánicos. Favorecen el desarrollo de los vegetales, aunque no son demandados por la totalidad de la planta.
- El uso de determinados hongos como los micorrícicos ayuda en la promoción de la agricultura sostenible.
- La aplicación de bacterias beneficiosas en los cultivos también empieza a ser una práctica común dentro de los esquemas de la bioestimulación.
– Los biopesticidas, generalmente son bacterias, pero también hay productos derivados de hongos y son utilizados para el control de plagas en agricultura.
Una de las vías de reducción de plaguicidas es la introducción de insecticidas biológicos, como los entomopatógenos. Por ejemplo: La bacteria Bacillus thuringiensis (biopesticida) provoca una enfermedad en insectos de diversos géneros como Lepidoptera, Coleoptera y Diptera. La misma destaca por no tener apenas efectos en otros organismos y ser respetuoso con el medioambiente.
Existen numerosos bioinsecticidas de origen vegetal, entre ellos podemos citar: el piretro, rotenona, nicotina, aceites vegetales, azadiractina etc.
– Los bioelicitores, que estimulan el metabolismo secundario de las plantas, el cual está íntimamente relacionado con la protección del cultivo y la productividad. Además, favorecen la captura de los nutrientes.
Existen procesos patentados que utilizan microorganismos específicos, capaces de descomponer el extracto de algas (Ascophyllum nodosum) para obtener bioelicitores.
Sea cual sea la biotecnología que opte por aplicar, el ser humano debe procurar formas de manejo de la tierra que no generen alteraciones ni contaminación, buscando siempre mantener y potenciar la vida de la naturaleza, en beneficio de los seres vivos y el ambiente.
Con información de Ainia, Conicyt y Disper
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