Disfrutar la delicada dulzura del zapote es comprender por qué fue considerada por los colonizadores una «fruta de reyes». Su dulce y aterciopelado sabor, textura cremosa e intenso y particular aroma, lo convierte es una de las grandes maravillas de las frutas tropicales.
Con su piel marrón y el vibrante colorido de su sorprendente pulpa se disfruta, en toda Venezuela, fresco, en jugo o conserva. Además, por su rico contenido en fibras e hidratos de carbono, así como en vitaminas y minerales es un alimento completo.
Por si fuera poco, tanto el fruto, como hojas, semillas y corteza del zapote tienen múltiples propiedades medicinales. Y es que son muchos los beneficios que ofrece el zapote, fruto ancestral, legado de los pueblos originarios mesoamericanos. En la actualidad, es bastante común en América Central y en el norte de América del Sur.
Legado ancestral
El zapote es originario de Mesoamérica. La capacidad para crecer de forma silvestre facilitó su rápida propagación. Actualmente, el cultivo de su delicada dulzura se extiende desde el sur de Florida, Estados Unidos, hasta Ecuador y Brasil.
El consumo de este fruto tropical data de épocas prehispánicas, y desde siempre los pueblos originarios le atribuyeron poderes curativos, muchos de los cuales llegan hasta hoy en día.
La palabra zapote es de origen azteca, es una voz del náhuatl: tzapotl, nombre que se le daba a los frutos de forma esférica y semillas grandes, que abarca la familia completa de las sapotáceas. En nuestro país este fruto es conocido como zapote – mamey, mamey colorado y yuco, y se cultiva en las zonas bajas del norte y occidente, especialmente en Maracaibo.
El historiador Gonzalo Fernández de Oviedo, en su Historia general y natural de las Indias, describió a este árbol como uno de los más hermosos del mundo y lo denominó como»fruta de reyes», comparándola con melocotones de Castilla.
Zapote o mamey
Existen varios tipos de zapote dentro de la familia Sapotaceae, entre ellos: el zapote o mamey como también se le conoce, Pouteria sapota, chicozapote Manilkara zapota, y zapote amarillo, Pouteria campechiana. También suele llamarse zapote a otros frutos que no pertenecen a esa familia como el zapote blanco, Casimiroa edulis y el zapote negro Diospyrus digyna.
Con respecto a los nombres zapote y mamey, para la Real Academia de la lengua española los dos términos identifican al fruto y al árbol de especies de la familia de las sapotáceas. Mientras la palabra mamey tiene origen taíno, del pueblo precolombino de las Antillas. El del zapote es la palabra náhuatl “tzapol”, con la que se denominaban los frutos de sabor dulce.
Según la región del continente al zapote se le conoce con varios nombres, como mamey de Santo Domingo, mamey amarillo, mamey de Cartagena, mata serrano y zapote mamey. En inglés se le denomina mammee apple, Saint Domingo apricot y South American apricot. También abricote o pecego de São Domingos, en portugués; abricot d’ Amerique, abricot des Antilles o abricotier sauvage, en francés.
La dulzura del zapote
Pouteria sapota es el nombre científico del zapote, un árbol de la familia de las sapotáceas. Según su variedad, la pulpa puede ser blanca, negra, amarilla o rojiza. Tiene un sabor dulce y suave, una textura densa y un aroma particular. Entre los diversos tipos de zapotes que existen, en Venezuela los más populares son el zapote de piel café, ovalado, de pulpa naranja, y el “zapote mamey” que es más pequeño, redondo y achatado en sus extremos.
El fruto, de forma ovoide, puede pesar hasta un kilogramo y medir entre 8 y 20 centímetros de largo. La corteza es dura y de color marrón a rojizo. El color de su pulpa, sorprendente y vibrante, varía entre el naranja, rojo, amarillo o rosado, con una o dos semillas de color negro brillante de forma alargada.
Suele comerse fresco o en conservas. Para saber si un zapote está maduro, al tocar su cáscara esta debe estar firme pero suave al presionarla. La pulpa no debe tener ningún tipo de manchas.
Puede alcanzar una altura de 12 a 30 metros y el tronco recto tiene una corteza interna de un rosado intenso, con olor a almendras y sabor amargo, que produce una abundante cantidad de látex blanco. Las flores del zapote son blancuzcas y se propaga mediante semillas, pero debido a variaciones en las nuevas plantas, en la actualidad también se emplea la multiplicación por injerto de los árboles que producen los frutos más exquisitos. La planta necesita de siete a ocho años para producir. La cosecha se da de diciembre a abril, y para su óptimo desarrollo requiere de suelos húmedos y cálidos.
Valores nutricionales
Desde el punto de vista nutricional es uno de los frutos más balanceados y completos, pues contiene fósforo, hierro, calcio, vitaminas A, B, C y E; proteínas, carbohidratos y es bajo en grasas. Esta fruta también es una buena fuente de riboflavina, niacina, manganeso, potasio, magnesio, fósforo, zinc, folato y fibra dietética.
Además, investigaciones han identificado varios nuevos carotenoides en la fruta madura. Su poder nutritivo es tan alto que la tradición oral refiere que las tropas del conquistador español Hernán Cortés superaron la marcha de Ciudad de México hasta Honduras, gracias a su consumo.
Pierde sus propiedades organolépticas con el calor, por lo que se recomienda no cocinar el zapote. Sin embargo, su uso en la mesa es diverso: su pulpa jugosa y dulce es utilizada para preparar helados, batidos, gelatinas, mermeladas, pasteles, y una variedad de platillos agridulces y picantes.
Fuente de salud
La Sociedad Mexicana de Historia Natural refiere el uso medicinal del zapote como antipalúdico, antipirético y diurético. Pero sus usos curativos son extensos pues tanto el fruto como las semillas, la corteza y el tallo tienen propiedades beneficiosas, entre las que destaca el fortalecimiento del sistema inmunológico. Esta fruta tropical posee también propiedades antibióticas, y previene la formación de coágulos de sangre.
Por su riqueza en vitamina A, contribuye con una buena visión al evitar o retrasar la aparición de problemas con ésta. Gracias a su contenido de potasio, ayuda a regular la actividad eléctrica del corazón, protegiendo la salud cardiovascular y reducir los niveles de colesterol.
Como fuente de calcio fortalece los huesos y dientes. Las vitaminas B3 y B6 que contiene contribuyen a prevenir la anemia y cuidar el sistema nervioso central. Por su parte la vitamina C presente en el zapote, aumenta la absorción del hierro, elimina los radicales libres y estimula el funcionamiento de nuestro sistema inmune con sus propiedades antioxidantes.
Al ser antiséptico, se usa para sanar infecciones en la garganta, combatir diarreas y disenterías. También calma el dolor. Una infusión con hojas, corteza y semillas puede calmar el dolor de cabeza, de muela, de huesos, cólicos y otros.
Más beneficios del zapote
La cocción de corteza y cáscara del zapote blanco puede aliviar el insomnio y la ansiedad. De igual forma se aconseja tomar la infusión del zapote blanco para controlar la diabetes.
Por si fuera poco, estudios recientes asocian el consumo de zapote con la prevención del cáncer de colon, sugiriendo que tiene potentes efectos anticancerígenos.
Son diversos los usos que se le daban al zapote. Las infusiones de las semillas pulverizadas, la goma de la corteza y de la cáscara de la fruta verde, se empleaban como insecticidas para eliminar garrapatas y niguas en animales domésticos y seres humanos. Para ello, en Venezuela se mezcla la semilla molida con manteca o aceite de coco.
El aceite que se extrae de la semilla es utilizado para favorecer el crecimiento del cabello y como tónico para la piel.
Pero esta fruta también puede tener efectos adversos. Comer zapote en exceso podría causar estreñimiento y la semilla, por otra parte, resulta tóxica si se consume en grandes cantidades, pues provoca alergias cutáneas, especialmente en niños.
Con información de Palmas Amigas, Ecoagricultor y Cocina Zuliana
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