El oso panda gigante ya no está en la lista de animales en peligro de extinción. Así lo declaró recientemente el gobierno de la República Popular China y con esta noticia ha renacido la esperanza de vida para las especies cuya supervivencia en el planeta está en riesgo.
Dando un maravilloso ejemplo de compromiso con la protección de la biodiversidad y la restauración eclógica, el gobierno chino logró salvar a su tesoro nacional con una política de conservación a largo plazo enfocada en la protección de reservas naturales y la expansión de su hábitat.
Fotografía de National Geographic
El oso-gato-grande, que es la traducción literal del nombre chino del panda, ya cuenta con 1.800 individuos viviendo en estado salvaje, según anunció el jefe del Departamento de Conservación de la Naturaleza y Ecología del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente, Cui Shuhong. No obstante, su situación sigue siendo vulnerable por lo que todavía permanece bajo el plan de protección estatal.
Los bosques de bambú son su paraíso
Fotografía de National Geographic
Como en la mayoría de los casos de especies en peligro de extinción, la expansión humana es la principal causa de la drástica reducción de la población de pandas gigantes que se ha registrado en China, desde la década de los 80. Los famosos osos pasaron de habitar todo el sur y el este de la nación oriental, a ocupar solo zonas donde existen bosques de bambú, constituidas en su gran paraíso.
Fotografía de National Geographic
Y es que el bambú, para los pandas, es un manjar que constituye casi el 100% de su dieta. Por ello los chinos han pasado años haciendo grandes esfuerzos por recrear los bosques de esta planta de importantes propiedades nutricionales de la cual comen entre12 y 38 kilogramos diarios.
Durante décadas, las autoridades chinas han invertido en la selección de terrenos para constituir y ampliar reservas naturales en las que los pandas puedan vivir y reproducirse. En este sentido destaca un nuevo Parque Nacional del Panda Gigante, que abarca el 70 por ciento del hábitat del animal, situado en su mayor parte en la provincia de Sichuan, lo que evidencia que cuentan con un gobierno comprometido con la conservación.
La simbología del panda gigante
Fotografía de National Geographic
Estos osos milenarios forman parte primordial en las tradiciones de los chinos para quienes simbolizan la fragilidad, la ruptura con antepasados o el pensamiento lateral. Sus colores blanco y negro, responden al equilibrio de las energías asociadas al yin y el yan, las dos fuerzas opuestas pero complementarias que son esenciales en el universo. Además, la toma del panda como tótem responde al fomento de la inteligencia, al desarrollo del alma y a la eterna juventud.
Expertos estiman que los pandas gigantes han sobrevivido más de dos millones de años, lo que contrasta con el hecho de que su procreación es realmente difícil, pues las hembras ovulan solo una vez al año en un período muy corto de tiempo, el cual debe ser detectado rápidamente por el macho.
Getty Images en National Geographic.
La temporada de apareamiento de estos osos de apariencia adorable para la mayoría de las personas, va de marzo a mayo, tres meses en los que, además, debe surgir una mutua atracción para duplicar la probabilidad de concebir tras el contacto sexual, de acuerdo a un estudio publicado en Nature Communications por la investigadora Megan Martin, de la organización de conservación PDX Wildlife.
Los retos del calentamiento global
Fotografía de National Geographic
Pese a que la última actualización de clasificación del panda gigante refleje sus mejores condiciones de vida actuales y los esfuerzos de China para mantener sus hábitats integrados, esta especie- como todos los seres vivos del planeta- deberá enfrentar los retos de sobrevivir al calentamiento global.
Si bien un estudio sobre los efectos del cambio climático en el bambú muestra que la tolerancia de los pandas y su principal alimento a las variaciones de temperatura y precipitaciones es mucho más alta de lo que anteriormente se pensaba, no deja de constituir un riesgo para la supervivencia del adorable oso blanquinegro.
Además, pese a que los chinos lograron controlar la casa indiscriminada del panda para obtener su hermosa piel, la continua deforestación y la ruptura de su hábitat los limita a menos de un uno por cierto de su territorio histórico. Y aparecen en el horizonte nuevas amenazas encarnadas en los takines de Sichuan y el jabalí del norte de China, especies que amenazan al bambú, su más importante fuente de alimentación.
No obstante, cabe prever un futuro alentador para los carismáticos pandas gigantes, pues el gobierno chino los mantiene en vigilancia como especie vulnerable bajo el plan de protección estatal junto otras especies raras y en peligro de extinción cuyas poblaciones han aumentado de manera notable, como el tigre siberiano, el leopardo lémur, el elefante asiático y el ibis con cresta.
Con información de BBC Mundo, Telesur, Actualidad RT y National Geographic
Fotos cortesía de BBC Mundo y National Geographic
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