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La rica diversidad de la arquitectura tradicional venezolana

por Haiman El Troudi
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La rica diversidad de la arquitectura tradicional venezolana

Venezuela es una tierra única y llena de contrastes, enriquecida con todo tipo de paisajes y climas que ha forjado, a lo largo de su historia, una arquitectura tradicional que refleja su diversidad, acoplada a sus características naturales.

Sus pueblos, esparcidos entre extensas llanuras, montañas nevadas, costas repletas de playas  cristalinas, tranquilas lagunas, inmensas selvas  y áreas desérticas, han embelesado a todo el que la visita.

La rica diversidad de la arquitectura tradicional venezolana

Cuando los primeros conquistadores llegaron a la Laguna de Sinamaica, estado Zulia, lo primero que vieron fue un grupo de palafitos que les recordaron a la ciudad de Venecia.

Estos primeros desarrollos arquitectónicos fueron elaborados por los indígenas que milenariamente han habitado las costas del noreste de nuestro país. La arquitectura indígena era trabajada en dos espacios diferentes, el agua y la selva, respetando las características y el medio geográfico en el que se desenvolvían.

Los aportes arquitectónicos foráneos

La rica diversidad de la arquitectura tradicional venezolana

Con la llegada de los españoles, inicia un proceso de mestizaje étnico y cultural en el que éstos aportan materiales y técnicas de construcción, acompañados de costumbres y tradiciones que se mezclan con los sistemas autóctonos, conjugando lo que hoy es nuestra arquitectura tradicional.

El zaguán, el patio sembrado, las puertas y ventanas altas en la fachada, balcones con aleros, celosías, repisas, quitapolvos en las ventanas y la buhardilla, son sólo algunos de los elementos decorativos propios de la cultura española asumidos como parte de nuestro patrimonio arquitectónico.

La distribución de los espacios en manzanas, la ubicación de las plazas, iglesias, alcaldías, y gobernaciones en nuestros pueblos es otra muestra de la influencia ibérica extendida en toda nuestra geografía.

Los aportes foráneos a nuestra arquitectura tradicional también han incluido otras culturas como la holandesa, africana, inglesa, francesa y danesa, que a través de la influencia caribeña, a partir del siglo XVII, en las construcciones arquitectónicas de algunas de nuestras ciudades, como Paraguaná.

Los tiros de chimeneas y las cornisas en las fachadas, son algunos de los aportes decorativos y constructivos curazoleños, de origen holandés, que identifican a las viviendas paraguaneras.

La costa húmeda y la costa seca

La rica diversidad de la arquitectura tradicional venezolana

El clima y el paisaje también definen el tipo de vivienda típica de nuestras regiones costeras. La arquitectura tradicional venezolana en las costas, presenta diversas características vinculadas a los niveles de humedad, pluviometría, entre otros.

Es así como la arquitectura tradicional venezolana para la zona costera se divide en húmeda y seca, lo que la hace muy variada y diferente a las construcciones del resto del país, precisamente por la diversidad de paisajes y climas con los que contamos.

La costa húmeda venezolana se caracteriza por ser zonas de gran vegetación, mucha humedad, altas temperaturas y poca brisa. Es muy extensa, abarca toda la zona del Lago de Maracaibo hasta el este del pie de monte andino y el oeste de la Sierra de Perijá, así como Falcón hasta el Golfo de Paria  y desde Carúpano hasta el Delta del Orinoco.

La rica diversidad de la arquitectura tradicional venezolana

Este territorio se divide en tres tipos de costas. Las zonas de grandes ríos que contemplan la arquitectura caribeña propia de Ciudad Bolívar y sus pueblos vecinos. Las zonas de mar abierto en donde se evidencian las típicas construcciones de ciudades portuarias de origen español como las de La Guaira, Puerto Cabello, Carúpano y Cumaná.

Las edificaciones en zonas de aguas tranquilas son propias de los pueblos zulianos como Santa Rosa de Aguas, San Lorenzo y  San Timoteo en donde destacan construcciones indígenas como los palafitos, los cuales son construidos en ríos y ciénagas.

Por su parte, la costa seca se caracteriza por ser una zona árida y plana frente al mar en la que predominan fuertes vientos y llueve poco, por lo que la vegetación es escasa. Los Médanos de Coro son la mejor muestra de este tipo de región en la que podemos disfrutar de viviendas tradicionales de estilo español.

La Arquitectura tradicional en costas húmedas

Ciudad Bolívar es una fiel exponente de la arquitectura tradicional de costas húmedas en zonas de grandes ríos, y en la que predominó la influencia antillana durante el siglo XIX y mediados del XX.

Sus viviendas se caracterizan por ser casas construidas en madera y teja con techos planos, parapetos, corredores abiertos con arcadas, espacios interiores de doble altura, patios sembrados, zaguán y grandes ventanas con celosías y romanillas, de clara influencia caribeña.

El modelo impuesto por los españoles para la creación de ciudades portuarias cercanas al mar, predomina en las zonas de mar abierto. Se caracteriza por casas de bahareque, tapia, teja y madera. Son viviendas coloridas de gran altura, constituidas por pequeños patios internos, puertas y ventanas en fachadas y en las que destacan los balcones con alero.

Marcada influencia antillana en la costa oriental

Las construcciones ubicadas en los pueblos de la costa oriental del país, evidencian una marcada influencia antillana que se fusionó con los patrones de construcción autóctonos y españoles.

En pueblos y ciudades como Río Caribe, Macuro y Carúpano se observan casas altas de balcones corridos de aleros pronunciados, celosías en las ventanas y buahardillas que permiten el ingreso de la luz a la morada.

Los Palafitos son viviendas construidas sobre una plataforma de tablas separadas para que circule el aire, están sostenidas por postes de madera. Sus techos y paredes son hechos con enea. Diseñadas para zonas de aguas tranquilas, son las construcciones más antiguas de nuestro país.

De madera de mangle o vera son los pilotes anclados al suelo de la laguna y pueden resistir hasta cien años. Sin embargo, la vida útil de las casas suelen ser cortas ya que están sometidas a las inclemencias del medio ambiente y deben ser renovadas cada cierto tiempo.

Las construcciones en costa seca

Las viviendas de Falcón y La Guajira, ubicadas en zonas de costa seca, han sido construidas con materiales como el bahareque, la tapia, la madera y el hierro. De inspiración andaluza, sus casas cuentan con fachadas de pocas aberturas y portales en altorrelieve, decorados sobre muros lisos y ventanas con repisas y quitapolvos.

La casa paraguanera, también de la zona seca, se diferencia de las anteriores por la influencia caribeña de su construcción. Aunque los materiales utilizados son la tapia y el bahareque, su forma y tamaño difieren ya que éstas son muy bajas para evitar que se las lleve el viento, que en la zona suele alcanzar velocidades de hasta 60 kilómetros por hora.

Los techos de paja son curvos y simulan un chinchorro, gracias a la flexibilidad de la madera usada. En ellos se utiliza el sistema llamado retorta, una mezcla de paja, barro, leche y cal que produce una tapa térmica natural que repele los efectos del sol inclemente de la zona.

Además de conectarnos con nuestra historia, la arquitectura tradicional es parte de nuestro patrimonio cultural. En otra entrega abordaremos la arquitectura propia de los Llanos y las montañas.

Con información de Barinas, Mas que Verde  Digital y Venezuela Tuya

Fotos cortesía de Destinos Sucre, Titulares que lo dicen todo y Pinterest


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