Una agenda de soluciones para revertir la acechanza planetaria demanda su elaboración. Está claro que no existe una única acción salvadora, la humanidad ha de acometer un memorándum integrador que englobe todas las experiencias exitosas y las acciones promisorias, en un marco universal cuya resultante derive en un sistema cuyo desenvolvimiento asegure la preservación del planeta.
Ya no se trata de especular respecto a la posibilidad de ocurrencia de fenómenos naturales que depauperarán la humanidad y el resto de especies vivas, con quienes compartimos el mundo. La evidencia del deterioro ambiental nos da en la cara y solo el insensato coro de quienes se aferran a la formación de riqueza, basada en sus negocios contaminantes, persiste en controvertir una realidad tan inminente como desalentadora para el porvenir de la vida conocida.
En ese ánimo, se ofrece de partida un listado con 13 iniciativas sistematizadas a la luz de programas existentes, tecnologías disponibles, estudios realizados e ideas audaces que circulan dispersas y en mayor medida sin conexión.
Hacerse del propósito de ordenar dicho estado del arte y garabatear una potencial hoja de ruta que posibilite un accionar estructurado, coherente y planificado, en pos de sostener la vida en las épocas venideras, es el propósito que posee de telón de fondo la siguiente enunciación:
1. Plan Tierra a Salvo
Es momento de trascender las consignas y exhortos, ya no bastan los acuerdos y tratados generalistas con metas insuficientes, sin garantías de efectividad y al que las naciones se adhieren o retiran unilateralmente. El futuro del planeta demanda un plan realista y ambicioso de salvación y un sistema de gestión que gobierne su implementación.
Un plan que apunte a los aspectos verdaderamente medulares, prevenga las causas, atienda las consecuencias de los desequilibrios naturales, y cuya ejecución sea vinculante e inapelable. Una revolución a escala universal deberá ponerse en marcha. Una revolución en este caso dispuesta a la salvación del colectivo planetario, que unifique todas las voces, movimientos y gobiernos del mundo en pos de erigir una hoja de ruta integradora y eficiente, a ser implementada en todas las naciones del mundo y sin excepciones. El único motivo que puede justificar el uso de la fuerza es el aseguramiento de la vida en el planeta.
2. Fondo Planeta
Fotografía: https://elperiodicodelaenergia.com/
Los recursos necesarios para asegurar la consumación eficaz del referido Plan para la preservación terrestre, estarían amarrados a instancias de un Fondo Global constituido a partir de la obligatoria aportación de un diezmo universal. Todas las naciones tributarían el 1% de sus reservas internacionales durante 10 años, los ricos del mundo 10% de su fortuna distribuida en igual período de tiempo, lo mismo los fondos internacionales de su reserva monetaria y las empresas de sus utilidades. A instancias de lograr un movimiento de toda la humanidad, los trabajadores, asalariados y autónomos también aportarían, pero en menor cuantía.
A la postre, un cálculo conservador estima obtender, al termino del período propuesto, más de 10 millones de millones de dólares. Estos dineros resultan suficientes para desterrar las amenazas del cambio climático.
3. Transición energética
Con los dineros del fondo se financiaría el cambio del patrón de consumo de energías fósiles por renovables, lo que supone sustituir las 8 mil plantas generadoras de electricidad, repartidas por el mundo, basadas en combustión de petróleo, gas y carbón, por sistemas basados en energías limpias como el hidrógeno, eólica, solar, hidroeléctrica, o geotérmica, en dependencia de las especificidades locales y nacionales.
La transición energética mundial también demanda la democratización de las tecnologías disponibles, tales como celdas solares para la masificación de su uso a bajos costos, erradicar la pobreza energética y asegurar el acceso universal a la electricidad limpia, entendida como derecho humano inalienable. El Plan Tierra asegurará la fabricación a bajo coste y la instalación de sistemas domésticos de energía renovables.
4. Conciencia verde
Fotografía: https://www.shutterstock.com/
Ha de desarrollarse con enérgica vitalidad una política ecuménica en la que se eduque en valores medioambientales a la ciudadanía universal, se promueva el cambio de hábitos y patrones de consumo basado en el derroche desorbitado por la cultura del reciclaje, reutilización y reducción para cuidar nuestros ecosistemas. Todo ello demanda voluntad política plasmada en las agendas y planes de los gobiernos, a fin de institucionalizar, en todas las escuelas del mundo, la educación verde y la conformación de una potente institucionalidad especializada en el cuidado medioambiental en cada país. El Plan Tierra delimitaría los criterios de mundialización de la cultura medioambientalista.
5. Economía descarbonizada
Ilustración de Leonard Beard en www.elperiodico.com
Una nueva economía sin huella de carbono ha de abrirse paso pese a la reticencia de los amos del mundo. En tal sentido, se precisa migrar los procesos manufactureros y los enfoques gerenciales hacia formas de preservación del medioambiente, erradicando las emisiones de gases efecto invernadero y lluvia ácida.
Esta revolución socioeconómica planetaria supone una reconversión industrial radical apoyada en tecnologías abiertas, sin patentes, ni dogmas apegados al lucro sino a la satisfacción de necesidades reales. El empuje transformador ha de posibilitar la redistribución de la riqueza planetaria para costear más investigación científica solidaria, producción de alimentos, agua, lucha contra la desertificación, limpieza de océanos, abolición de la obsolescencia programada, etc. En suma, erradicar la pobreza y la desigualdad, y asegurar medios de vida digna para toda la humanidad.
6. Reenfoque político-institucional
Los Acuerdos globales (Kioto, París…) han de reorientarse radicalmente a fin de brindar concreción al Plan Planeta Tierra. Para ello su conversión en regulaciones públicas y derechos medioambientales universales es imperativa, con sus respectivos correlatos en las legislaciones nativas. Las naciones han de garantizar internamente el cumplimiento de metas tales como: reducción de polución, aumento de áreas protegidas, ampliación de reservas naturales, empleo de tecnologías disponibles y asequibles para filtrar chimeneas industriales, etc., como su incorporación a programas mundiales y grupos de tarea global para, por ejemplo, el saneamiento de los oceánicos, la reforestación y protección de bosques, manglares y cuencas hidrográficas, etc.
7. Protocolos de manejo universal de recursos
En el marco del Plan Tierra se han de formular políticas normativas de obligatorio cumplimiento y con esquemas de penalización para el aprovechamiento sostenible de la Amazonía y todas las selvas tropicales, la taiga y todos los bosques de coníferas, las turberas, los manglares, nacientes y cuencas hidrográficas, los océanos, mares, lagos, ríos y demás cuerpos de agua, y todo ecosistema susceptible a la depredación humana.
8. Movilidad verde
Se ha de acelerar la marcha en pos de sustituir toda la flota mundial de vehículos basados en combustibles fósiles por eléctricos o hidrógeno, y deberá asegurar que la energía de recarga esté basada en fuentes limpias. La industria automotriz del planeta habrá de recibir un ultimátum para su reconversión y las naciones asegurar la modificación de las estaciones de servicio de repostaje. Del mismo modo, financiarse vía recursos públicos, inversiones privadas y Fondo Planeta, colosales programes de transporte verde en todas las ciudades del globo terrestre.
9. Eco-ciudades
Las escuelas de arquitectura e ingeniería y los profesionales del área, deberán basar sus enfoques en sistemas urbanismo sostenible. Las urbes del plantea habrán de adoptar planes maestros de ordenación territorial, a fin de irse convirtiendo en eco-ciudades con amplias zonas verdes, sin especulación inmobiliaria afianzada en el lucro, con desarrollo económico con justicia social, eficientes energéticamente, con gestiones eficaces del agua, con sistemas eficientes de movilidad sostenible, gestión de residuos y alcantarillados, etc.
10. Fomento de la investigación comprometida con la Pachamama
Debe darse soporte a fondos de investigación especializados en hallar soluciones útiles a la civilización humana y al planeta, antes que al bolsillo de las trasnacionales. Se ha de democratizar y masificar el uso de tecnologías ya probadas, por ejemplo, enterrar el carbono, biotecnología y biomateriales, entre tantas otras soluciones innovadoras que existen y las que vayan apareciendo, puestas al alcance de todos e implementadas en todas las latitudes.
Una poderosa y amplia red de investigadores ha de articularse como base de apuntalamiento para el empleo de tecnologías disponibles, para el intercambio creador – investigativo y para el apoyo a los desarrollos populares a lo largo del orbe.
11. Gestión pública sostenible
Las naciones precisarán instrumentalizar acciones de gobierno que tributen a la preservación del medio ambiente: velar por el desarrollo de adecuados sistemas de manejo de desechos, ampliar las fortalezas de las policías ambientales, tomar medidas para evitar los incendios forestales, hacer controles vehiculares, implementar mecanismos de estímulo y sanciones a industrias, comercios y residencias a fin de filtrar el humo y las aguas, tratar desechos, etc.
12. Soluciones climáticas naturales
Zonas forestales y bosques. Fotografía: Pixabay.
La naturaleza ofrece una forma simple y sostenible de ayudar ostensiblemente contra el calentamiento global, pudiendo absorber cerca del 40% de las emisiones globales en poco más de una década, lo que es equivalente a que se contrarresten las emisiones anuales de todos los vehículos del mundo y, todo ello, gracias a que los gases de efecto invernadero pueden ser absorbidos por bosques, humedales y tierras agrícolas.
En el marco del Plan Tierra, se han de adoptar soluciones climáticas naturales tales como incrementar la tasa de reforestación y un mejor manejo de la floresta, implementar sistemas agro-silvopastoriles, cambiar patrones de monocultivo extensivo, propiciar el retorno de humedales costeros, manejar agua de inundaciones y combinarlas con técnicas de reforestación de desiertos, a fin de detener la desertificación, etc. El Fondo Planeta financiará la reforestación de todas las tierras susceptibles de ser repobladas preferentemente con sus especies nativas.
13. Mitigación de riesgo y desastres naturales
Como quiera que el daño a diversos ecosistemas ya ha sido infringido y las consecuencias, se palpan en perturbaciones climatológicos como consecuencia del calentamiento global, se organizarán sistemas de contención, mitigación y atención de desastres naturales que protejan nuestras sociedades: a instancias del Plan Tierra y el Fondo Planeta, se implementarán sistemas de alertas tempranas ante emergencias por cada comunidad; se desarrollarán programas de adecuación de las infraestructuras y equipamientos urbanos (ampliación de la red de drenajes, alcantarillados, canalizaciones, muros de contención, etc.) en cada ciudad y centro poblado, comenzando por los más expuestos a riegos; se constituirán Brigadas Comunales de atención de emergencias; se reubicarán los asentamientos humanos en las zonas de alto riesgo; se acometerán programas de prevención y mitigación de inundaciones y erosión en las zonas costeras y de baja altitud; se implementarán programas de salud pública que supongan sistemas de atención de ancianos y niños ante eventos de altas temperaturas o bien por frío, en dependencia de las características del territorio; se crearán bases de acción rápida y centros de atención de emergencias frente al colapso de infraestructuras; se dotará y ampliará, robustamente, la Protección Civil.
Todo lo arriba plasmado es realizable, pertinente e impostergable, los 13 puntos descritos dan luz respecto a la viabilidad de detener nuestra sostenida marcha rumbo al abismo de la extinción ¿Qué esperamos para emprender la revolución salvadora de la especie?, ¿Acuerdos, dinero, voluntad política, iniciativas? Hacerlo posible requiere el movimiento organizado de la masa crítica planetaria, revolucionarios, intelectuales, medioambientalistas, concilios ecuménicos del mundo, mujeres y hombres de buena voluntad, ¡unámonos y actuemos!
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