Entre los parques Guaracamal y Sierra Nevada, está el Parque Nacional Ramal de Calderas. Mágico y biodiverso espacio que ha sido estudiado por décadas, debido a que constituye el hábitat del único oso autóctono de Suramérica, conocido como oso frontino o Jukumari.
El recientemente creado parque alberga territorios extensos y muy bien conservados. Conforma un corredor o puente biológico que integra un conjunto de áreas naturales protegidas, incluidos los parques nacionales Sierra Nevada, La Culata y Guaramacal; así como el Monumento Natural Teta de Niquitao-Güirigay y la Zona Protectora de las cuencas hidrográficas de los ríos Guanare, Boconó, Tucupido, La Yuca y Masparro.
Declarado como área protegida a principios de agosto, este espacio natural de 50 mil 555 hectáreas compartidas por los estados Trujillo, Barinas y Mérida, es el parque nacional número 45 de Venezuela.
La creación del ahora denominado Parque Nacional Ramal de Calderas – Dr. José Gregorio Hernández, favorece el desarrollo sustentable de sus áreas, la conservación de importantes especies, la mejora de las características ecológicas y la protección de las fuentes de agua.
Decreto para la vida

Oso frontino localizado en el Eje Sur de la Sierra de Trujillo. Fotografía de la Fundación Oso Andino Guaramacal.
Ubicado entre los estados Trujillo, Barinas y Mérida, fue declarado Parque Nacional mediante el Decreto N° 4.546 publicado en la Gaceta Oficial Nº 42.182, de fecha 3 de agosto 2021.
El área ahora protegida conecta al Parque Nacional General Cruz Carrillo de Guaramacal y la Cordillera Andina a través del Ramal de Calderas, un puente o corredor ecológico que resguarda el hábitat del oso frontino. Para ello establece el control de actividades como la ampliación de las zonas agrícolas, pero respetando las existentes. La declaratoria protege además las cuencas hidrográficas.
El parque abarca un territorio ubicado en los municipios Boconó y Urdaneta del estado Trujillo; Bolívar y Cruz Paredes del estado Barinas y Cardenal Quintero y Pueblo Llano del estado Mérida.
La medida de protección es parte de una política integrada de gestión ambiental para proteger los ecosistemas estratégicos a gran escala, mediante un manejo sistémico que permita el desarrollo sustentable. Esto permitirá la conservación de importantes especies y la protección de las fuentes de agua con fines de abastecimiento a los poblados adyacentes y al sistema hidroeléctrico nacional.
La biodiversidad del Parque Ramal de Calderas
El Ramal de Calderas está en el tramo nororiental de la cordillera de Mérida, sobre su vertiente llanera, en el Estado Barinas. Integra un conjunto de áreas naturales protegidas como son los parques nacionales Sierra Nevada, La Culata y Guaramacal, el Monumento Natural Teta de Niquitao-Güirigay y la Zona Protectora de las cuencas hidrográficas de los ríos Guanare, Boconó, Tucupido, La Yuca y Masparro.
La zona alberga diferentes unidades ecológicas: selvas submontanas, selvas semicaducifolias, selvas nubladas y páramos que le confieren una alta biodiversidad y la existencia de valioso número de especies endémicas.
De allí el valor estratégico fundamental de este corredor biológico para la conservación de las especies del piedemonte andino, en particular el oso frontino.
Protección para el único oso suramericano

Oso frontino localizado en el Eje Sur de la Sierra de Trujillo. Fotografía de la Fundación Oso Andino Guaramacal.
El oso frontino es característico de los andes venezolanos. Pertenece a la familia Ursidae, única especie viviente de su género y único también en Sur América. Habita en los bosques altos del sistema montañoso andino de Táchira, Mérida y Trujillo. También se encuentra en Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
Lamentablemente su presencia ha disminuido tanto en los últimos años y muchos de los pobladores de la cordillera andina de Trujillo, dudaban incluso de su existencia. En nuestro país el oso frontino ha sido declarado en veda indefinida y como especie en peligro de extinción, debido a la destrucción, fragmentación de su hábitat y la cacería. Ha sido calificada en Suramérica como especie vulnerable.

Oso frontino localizado en el Eje Sur de la Sierra de Trujillo. Fotografía de la Fundación Oso Andino Guaramacal.
Por ahora, el único censo que hay de la población de osos andinos en Venezuela refiere la existencia de mil osos, pero este fue realizado de acuerdo al territorio disponible. De allí la importancia de la creación del Parque Nacional Ramal de Calderas, un corredor biológico de casi ocho mil kilómetros, que se constituye en un espacio de protección para el único oso autóctono de Sudamérica, conocido por su nombre científico como Tremarctos ornatus.
La zona se suma a las Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE), por lo que se espera que las acciones concretas desarrolladas a partir de las medidas de protección de este corredor, alejen a esta especie del riesgo de extinción.
Un santuario animal
Además del oso frontino, la declaratoria como parque ofrece protección a muchas otras especies. Una de ellas es el venado Matacan Candelillo o Locha, Mazama bricenii, una especie de cérvido que habita únicamente en Venezuela y Colombia, un ciervo amenazado en nuestro país.
Una evaluación rápida de la biodiversidad realizada en 2008, permitió la identificación 74 especies de mamíferos agrupadas en siete órdenes, 21 familias y 58 géneros. El trabajo de campo se realizó en ambientes boscosos con diferentes grados de intervención; ecosistemas de selva nublada y páramo, y un cafetal de sombra de selva semicaducifolia.

Ratón de neblina, especie endémica de los Andes venezolanos.
El mencionado estudio indicó que el área alberga todavía una elevada riqueza de especies importantes para el funcionamiento de estos ecosistemas, a pesar de las perturbaciones causadas por la acción humana.
Destacan entre las especies encontradas el ratón de neblina, Nephelomys meridensis, endémica de los Andes venezolanostres; lobito de río, Lontra longicaudis, trigrillo o leopardo tigre, Leopardus sp., y el puercoespín, Sphiggurus pruinosus, declarada como las vulnerables.
La investigación permitió ampliar la distribución conocida del murciélago lanudo orejón, Chrotopterus auritus, y del roedor Oecomys flavicans a la vertiente llanera de los Andes de Venezuela. También determinó la alta abundancia de murciélagos frugívoros.
Ecologistas celebran

Río Masparro
La creación del parque fue una buena noticia para los ecologistas de Venezuela, quienes vieron cristalizado así un trabajo de investigación de más de tres décadas.
Se trata del mismo espacio reseñado por el profesor de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar, Edgar Yerena, en su libro Corredores Ecológicos de Los Andes de Venezuela. Área de casi ocho mil kilómetros cuadrados, cuya declaración como Área Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE), bajo la categoría de parque nacional, permite controlar la deforestación y la consiguiente degradación de los ecosistemas y pérdida de la biodiversidad.
El ecologista Marcos Hidalgo explicó que es una línea recta que une a un territorio clave para la conservación de los osos en Venezuela. Esta declaratoria constituye un gran paso del país y la resalta como un logro de la lucha de distintos actores unidos por la meta de ofrecer protección integral al territorio del oso Andino.
Más de tres décadas de trabajo

Río Guanare.
Desde 1990 el biólogo venezolano Edgar Yerena se ha dedicado a investigar las áreas no protegidas habitadas por los osos de anteojos. Esta investigación aportó datos para la creación del Parque Nacional Ramal de Calderas.
En su libro “Corredores Ecológicos de los Andes de Venezuela” propuso con miras a la protección integral del territorio del oso andino, la interconexión de los parques que conforman el hábitat de esta especia, mediante la estrategia de corredores ecológicos.
Además del trabajo de Yerena, está el realizado por la Fundación Andígena, creada en 1999, como proyecto de conservación y protección del oso frontino.
Años más tarde, en 2016, surgió en Boconó el Proyecto Oso Andino Guaramacal, una iniciativa para el estudio de la conservación del oso frontino y su hábitat en el Eje Sur de la Sierra de Trujillo. En cinco años ha logrado impulsar y visibilizar en el país la situación de esta especie, conocida también como el oso, ucumari o jukumari.
Recientemente, los datos recopilados por el investigador Marcos Hidalgo también han contribuido al estudio del hábitat esta especie única. Mediante cámaras trampa el ecologista registró la población del oso frontino en el estado Trujillo. Destacó de manera especial la grabación de dos cachorros jukumari junto a su madre, un hallazgo que confirmó la efectividad de la reproducción de esta especie amenazada.
Con información de Saber ULA, Mamíferos del Ramal de Calderas, Últimas Noticias y Sputnik News
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