La actividad humana se vigoriza. Las grandes economías del mundo se recuperan. Esto significa que las emisiones de CO2 repuntan luego de los descensos registrados durante los primeros meses de la pandemia por Coronavirus, lo que pone en riesgo la oportunidad histórica de frenar el calentamiento global.
Así lo pone de manifiesto el informe anual publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el cual alerta que, tras tocar un mínimo en abril del año 2020, las emisiones globales se recuperaron con fuerza y en diciembre de ese mismo año, llegaron incluso a situarse por encima de los niveles de diciembre de 2019.
Concretamente, este efecto rebote, producto de la relajación de las medidas de confinamiento, se traduce en que las emisiones de CO2 durante diciembre del 2020 ya eran 2% (¡unas 60 millones de toneladas extras de dióxido de carbono!) mayores que en el mismo mes del año anterior.
2020: el mayor descenso anual desde la II Guerra Mundial

Gráfico AIE
El confinamiento aplicado en el mundo, durante el año 2020, como forma de frenar el acelerado contagio por la Covid-19, provocó que las emisiones globales de gases de efecto invernadero se desplomaran en casi 2 mil millones de toneladas, el equivalente a eliminar todas las emisiones de la Unión Europea y la mayor caída anual en las emisiones relacionadas con la energía, desde la Segunda Guerra Mundial.
La desmovilización de la población, especialmente por vía terrestre y aérea, mermó el uso del petróleo, lo que redujo tales emisiones en 35%, unas 1.000 millones de toneladas; mientras que las correspondientes al sector eléctrico se redujeron en 450 millones de toneladas, tanto por una menor demanda de electricidad como por aumentos en la generación de electricidad mediante energía solar fotovoltaica y eólica.
Los datos que maneja la AIE ubican la reducción general de emisiones de CO2 durante el 2020 en el orden del 6%, siempre tomando en cuenta que las situaciones variaron según la región, el país y la época del año. Dos puntos menos de lo que había estimado la agencia en el informe publicado el 30 de abril del año pasado.
Urgen medidas políticas para impulsar la energía limpia
El estudio de la Agencia Internacional de la Energía también advierte que “faltaron medidas políticas significativas para impulsar la energía limpia”, ante el aumento de demanda de energía producto del progresivo desconfinamiento.
De acuerdo a Fatuh Birol, director ejecutivo de la IEA, “el repunte de las emisiones globales de carbono hacia fines del año pasado es una severa advertencia de que no se está haciendo lo suficiente para acelerar las transiciones de energía limpia en todo el mundo”.
En tal sentido ha alertado que “si los gobiernos no actúan rápidamente con las políticas energéticas adecuadas, esto podría poner en riesgo la oportunidad histórica mundial de hacer de 2019 el pico definitivo de las emisiones globales”.
De vuelta a los negocios intensivos en carbono
Si bien la pandemia golpeó duramente la economía mundial y arrastró en su caída a las emisiones de gases de efecto invernadero, desde la AIE se advierte que las recientes cifras muestran que las grandes economías “están volviendo a los negocios habituales intensivos en carbono” y con ello, los repuntes de las emisiones.
China fue el primer país con casos de Coronavirus en el 2019, pero también fue el primero en controlarlos y eliminar las restricciones. Desde abril de 2020 su actividad económica y sus emisiones se recuperaron, por lo que aumentaron 0,8%, vale decir 75 millones de toneladas, desde los niveles registrados en esa nación el año anterior.
En Estados Unidos, las emisiones cayeron un 10% en el 2020, pero ya para diciembre de ese año eran casi iguales a las registradas en el mismo mes del año 2019, por la progresiva recuperación de la actividad y el aumento del consumo de gas y carbón por el crudo invierno.
Por otra parte, la mejoría económica en India desde de septiembre del pasado año, ubicó el registro de las emisiones por encima de los niveles de la misma época en 2019. Mientras que en Brasil la demanda de petróleo creció por la reactivación después de abril del 2020, y el alza de la demanda de gas el último trimestre, empujó las emisiones por encima de los niveles registrados el año anterior.
¿Aún podemos ser optimistas?
Ante la alta probabilidad de que las emisiones globales aumenten este año, la AIE considera que todavía hay razones para ser optimistas. Entre éstas destaca que el gigante asiático, China, “se ha fijado un ambicioso objetivo de neutralidad de carbono”, vale decir que cuenta con un plan para descarbonizar su economía.
La reincorporación de Estados Unidos al Acuerdo de París, decidida en las primeras semanas de su nuevo gobierno, también constituye un motivo de optimismo para la AIE, pues devuelve el tema del clima al centro de su formulación de políticas.
Entre otras razones esperanzadoras citadas por el Presidente de la AEI están: la continuación del Pacto Verde por la Unión Europea junto a sus planes de recuperación sostenible; el “asombroso éxito de India con las energías renovables” y que el Reino Unido “está generando un impulso global hacia una acción climática más fuerte en la COP26 de noviembre”.
En este sentido la AIE publicará, el próximo 18 de mayo, la primera hoja de ruta integral del mundo destinada a que el sector energético alcance emisiones netas cero para 2050, con el fin de mostrar un camino sostenible hacia adelante.
Con información de Energy News, El Agrodiario y El Salto Diario
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