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Tres historias no tan conocidas de esquinas de Caracas

por Haiman El Troudi
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Tres historias no tan conocidas de esquinas de Caracas

Entre las historias no tan conocidas de algunas esquinas de Caracas, hay algunas con curiosas y pintorescas referencias que han dado origen a sus nombres. Algunas de ellas se remontan a cientos de años y a personajes no tan conocidos que han dejado huella en la idiosincrasia de la ciudad.

La capital venezolana se caracteriza porque sus esquinas tienen nombre propio, arraigados en el corazón de los venezolanos. Además, resulta curiosa y hasta sorprendente la costumbre caraqueña de identificar las calles por los nombres de sus esquinas.

Como lo dijera Santiago Key Ayala, ensayista e historiador venezolano,estos nombres populares recuerdan cómo la ciudad escribe su historia menuda, la que habla de sus creencias, de sus tradiciones, y sus personajes.

Entre tantas historias resguardadas para la posteridad a través de la memoria oral de los habitantes de Caracas, resulta tarea difícil seleccionar algunas.

A continuación se muestran tres esquinas cuyo origen se remonta al siglo XIX y a hechos no necesariamente históricos, pero si referenciales. Historias no tan conocidas de esquinas de Caracas como la de Canónigos, Pele el ojo a Peligro y Cristo al revés.

La primera de tres historias no tan conocidas

Tres historias no tan conocidas de esquinas de Caracas

Fundaciones del antiguo Cementerio de los Canónigos. Fotografía: La nomenclatura caraqueña de Rafael Valery S.

Destaca, entre las historias no tan conocidas la de la esquina Canónigos, cuyo origen proviene de un cementerio que lleva más de 70 años desmantelado.

Refiere Aquiles Nazoa que en esta esquina había un pequeño cementerio que fundaron, a principios del siglo XIX, los hermanos de la Cofradía de San Pedro. Era el último sobreviviente de una larga lista de camposantos desaparecidos.

Los canónigos son los miembros del Cabildo Catedral que velan por los sagrados cánones y disposiciones eclesiásticas. Entre éstos hay doctorales, asesores jurídicos del Cabildo; lectorales o teólogos; magistrales, que son los predicadores propios del Cabildo; penitenciarios o confesos y los regulares, quienes viven en el convento, bajo las reglas de San Agustín.

Escribió Arístides Rojas que la Cofradía de San Pedro, formada por los Canónigos de la Catedral, era parte de unas 40 agrupaciones y hermandades religiosas que tenía Caracas para la época de la Independencia. Estas cofradías, compuestas por hombres libres y esclavos, tenían a su cargo el culto de alguna imagen o la edificación de algún templo. En este caso fue la Capilla de San Pedro (primera de las capillas laterales de la Catedral), construida por esta cofradía entre 1683 y 1685.

Cementerio de Los Canónigos

Tres historias no tan conocidas de esquinas de Caracas

Titulares de 1949 acerca de la exhumación de cuerpos en el Cementerio de Los Canónigos.

Una  referencia interesante acerca del lugar que ocupó el antiguo cementerio de los Canónigos, es que allí se plantaron las primeras rosas traídas a Caracas en 1637.

Ubicado en la parroquia Altagracia, el Cementerio de Los Canónigos o San Pedro estuvo en uso desde 1828 hasta 1858. En él fue enterrada en 1842, Doña María del Socorro Berroterán, esposa del cuarto y último Marqués del Toro. El callejón que partía de la calle Este 3, cerca de la esquina del Abanico y daba acceso al cementerio, se denominaba San Pedro.

En 1698 el Obispado de Caracas decidió que los cementerios se establecieran junto a las iglesias parroquiales, debido a esto, los conventos destinaban un camposanto para los integrantes de sus órdenes religiosas y a personajes cuyos deudos pagaban la bóveda.

Debido a la construcción del nuevo cementerio general de Caracas los camposantos como el de Canónigos fueron clausurados. Los restos humanos del antiguo cementerio de San Pedro, unos 90, fueron exhumados en 1949, tras lo cual fue demolido en 1951. Pero décadas más tarde, el nombre de Canónigos permanece como recordatorio de esas historias no tan conocidas de esquinas de Caracas.

Pele el ojo al Peligro

Tres historias no tan conocidas de esquinas de Caracas

El sector de Caracas que ahora conocemos como parroquia La Candelaria era, hacia el siglo XIX, un campo abierto con chozas y viviendas rurales, donde el ganado pastaba de día. Para 1856 esta esquina era conocida como Juego de Pelota, dado que en ese entonces el terreno baldío era utilizado para actividades de recreación.

Tres historias no tan conocidas de esquinas de Caracas

Esquina Peligro, La Candelaria.

De noche el sitio era solitario y oscuro, por lo que solía ser asediado por bandas de malhechores que robaban a los que se atrevían a pasar por allí. Debido a esto la zona fue conocida como El Peligro.

Otra versión de una de esas historias desconocidas de esquinas de Caracas indica que el nombre “Peligro” proviene del apellido de un español, llamado Bartolomé, quien acumuló una gran fortuna de dudosa procedencia.

Tres historias no tan conocidas de esquinas de Caracas

Esquina Pele el ojo, siglo XIX.

Por otro lado, la tradición popular refiere que en la esquina opuesta un bodeguero estableció su negocio. Para llamar la atención de los clientes colocó un letrero que lo identificaba con el nombre: “Pele el ojo al peligro”, advirtiendo así a los transeúntes que se mantuvieran alerta en el lugar.

La costumbre hizo que con el paso del tiempo, una de las esquinas se conociera como Peligro y la otra como Pele el ojo, nombres que se mantienen hasta el día de hoy.

El Cristo al revés

Relata la periodista Carmen Clemente Travieso que el singular nombre de esta esquina, tiene su origen en un humilde zapatero que vivió a mediados del siglo XIX, en esa zona de Caracas.

El hombre, honorable y trabajador, se dedicaba día y noche a coser media-suelas a los zapatos de los vecinos, así como a crear zapatillas de tacón o botas para los soldados del cuartel cercano.

Este zapatero que contaba con una buena clientela, exhibía en lo alto de su habitación una burda imagen de un Cristo de madera bendecido por el cura de la parroquia, a la cual le tenía mucha fe.

Un día el trabajo comenzó a bajar debido a que un competidor se instaló cerca de su puesto, por lo que el zapatero decidió colocar al revés la figura de Cristo, fiel a su creencia de que castigando al santo de su devoción, obtendría más rápido sus favores. En este caso, más clientela.

Lucas Manzano, escritor, periodista y militar venezolano, relató que cuando comenzaron a llamar a esta esquina El Cristo, los vecinos de la primera esquina bautizada con ese nombre protestaron ante el Prefecto, haciéndole ver su derecho a mantenerlo.

Ante esto, el Prefecto impuso a los vecinos de La Pastora identificar la suya con el nombre del Cristo al revés.

Esta es solo una muestra de las historias poco conocidas sobre las esquinas de Caracas. Relatos que hablan del pasado de la ciudad, de sus valores y referencias.

 

Con información de Actualidad RT, Otilca Radio y Conociendo las esquinas de Caracas

“La nomenclatura caraqueña”, Rafael Valery S. Caracas. Ernesto Armitaño, Editor, 1978.


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