“Tienen la luz de sus ventanas hechas para otras miradas”, con esta frase del escritor, periodista, poeta y humorista venezolano, Aquiles Nazoa inicia el recorrido de la propuesta interactiva de Venezuela en la 58ª Bienal de Venecia: “Metáfora de las tres ventanas, Venezuela identidad en tiempo y espacio”.
Desde su inauguración en mayo, la muestra ha causado impacto y ha atraído a miles de visitantes, que van desde público especializado, artistas, curadores, amantes de la plástica, hasta turistas, residentes locales, críticos y personal diplomático.
Cuatro artistas venezolanos ofrecen esta exposición interactiva que gira en torno a tres ejes temáticos: la explotación petrolera, la historia ancestral y el proceso migratorio, teniendo como eje transversal la rebeldía antiimperialista.
Los artistas tras la ventana
Un promedio de mil personas acuden cada día a disfrutar de la muestra en la que exponen sus trabajos los venezolanos Natalí Rocha Capiello, Nelson Rangel, Ricardo García y Gabriel López.
Natalí Rocha Capiello da la entrada al pabellón con la colorida propuesta de arte textil “De tripas corazón”, que habla de los muros fronterizos que a sangre y fuego separan familias, cuerpos, culturas, sueños y anhelos.
Mediante un armazón de corazones y raíces, Natalí refleja el sentimiento del ser humano que migra, que está sembrando corazón con sus raíces presentes.
Con “Las caras de la guerra”, Nelson Rangel Rangelosky, mediante experimentos ópticos, busca el alma de la cotidianidad en nuestros espacios urbanos. Una de ellas muestra a un niño llorando y cuando el espectador ve la imagen a través de unas gafas azules, se convierte en el rostro del causante de su sufrimiento: Donald Trump.
Ricardo García propone, por su parte, en un área con iluminación roja “Lo crudo de la bestialización”, la dicotomía civilización/barbarie, mediante retratos de gran formato hechos con asfalto sobre fondo rojo, que abordan la cultura del petróleo.
“El viento como palabra” de Gabriel López, cierra el recorrido con una instalación que muestra, a través de máscaras, las distintas etapas de nuestra identidad como pueblo.
Lo bueno se hace esperar
La exposición fue inaugurada el pasado 19 de mayo con una presentación de los cantos del llano venezolano en la voz y el cuatro de Ramón Vidal Colmenares.
Caballo Viejo, Linda Barinas, Fiesta en Elorza y los cantos de ordeño acompañaron la apertura de la muestra venezolana, ocho días después de la inauguración de la 58ª Bienal de Venecia, realizada este año bajo la temática “Ojalá te toque vivir tiempos interesantes”.
Y justamente los venezolanos estamos viviendo tiempos interesantes, en los que la férrea voluntad y la creatividad se suman al arte y la cultura para imponerse ante la limitación de recursos, logrando que hoy nuestro país pueda llevar su voz y su arte al mundo.
No sorprende entonces el entusiasmo de una Venezuela que ante las limitaciones económicas impuestas, responde con fuerza y determinación en una construcción colectiva en la que los propios artistas participaron barriendo, limpiando el pabellón y montando sus obras, logrando así abrir un poco tarde pero seguro, esta exposición que ha impactado a todo el que la visita.
Reconocimiento en tiempos interesantes
“Metáfora de las tres ventanas” se pasea por las distintas áreas y expresiones del arte contemporáneo. Medios digitales, escultura, performance, arte textil y artes gráficas se conjugan para dar el mensaje de la venezolanidad.
La muestra, que se trabajó entre Venezuela e Italia, ha llegado a un récord de 1.800 visitas en un día, y se mantendrá abierta hasta el mes de noviembre.
Al visitar la exhibición la revista italiana de arte Segno resaltó la propuesta del pabellón venezolano como elegante y atractiva. “Uno de los mejores en las últimas ediciones. Un Pabellón que no tiene nada que envidiar a los vecinos y que, de hecho, habría merecido y merece al menos una mención especial fuera del programa. Así lo esperamos!”, publicó el reconocido medio romano en su reseña sobre la exposición venezolana en la Bienal.
64 años de arte y seguimos
En 1954 Venezuela fue el primer país latinoamericano en entrar al reducido grupo de naciones expositoras en la primera Bienal de Venecia. Ya en 1956, tenía su propio pabellón, construido por el renombrado arquitecto italiano Carlo Scarpa, en el Jardín de las Artes, donde están los 30 pabellones más antiguos de la Bienal.
Los principales artistas del arte contemporáneo venezolano han pasado por ese evento.
Hoy, luego de 64 años de participación ininterrumpida del país en el principal evento de las artes del mundo, Venezuela sigue presente.
La identidad cultural venezolana y su diversidad son clave ante los obstáculos y la creatividad, se convierte en un arma para vencer las dificultades. Nuestros creadores, artistas, pintores, escritores, sienten más necesidad de expresarse en esos “tiempos interesantes”, y con voluntad y determinación, consiguen cómo hacerlo. El Pabellón de Venezuela en la Bienal de Venecia de este año es una muestra de esto, una exhibición de lo afirmativo venezolano en el mundo.
Con información de Alba Ciudad 96.3 FM, Telesur, MPPRE y MPPC
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