Carmen Delia Bencomo creció escuchando el rumor del agua del río Mocotíes, así como canciones, cuentos y poemas de la voz de su madre, lo que despertó su tierna imaginación y la encaminó para convertirse en un valioso referente de la literatura infantil venezolana.
Nacida en el estado Mérida, en la población de Tovar, a la que destacó como cuna de escritores y pintores, entre otras ilustres personalidades, Carmen Delia Bencomo ha sido reconocida como maestra, bibliotecaria, secretaria, directora de suplementos infantiles, escritora de teatro, redactora de programas radiales, directora de revistas, columnista de periódicos y poeta íntegra.
Es a su pueblo natal al que catalogó como el “escenario propicio para el inicio espiritual de una niña nacida con un destino al cual se debería”. Pero su experiencia en otros estados y hogares también forjó su formación y contribuyó a la versatilidad de su creación artística.
Muñequitos de Aserrín, el primer libro
Con el nacimiento de sus dos primeros hijos llegaron los cuentos y poemas inéditos a la familia nuclear que formó, en el estado Zulia, con Raúl Fuentes, activista político y gremial. Su tercer hijo nació de la unión con el periodista y poeta Luis José García.
Las obras de su fértil imaginación, que creó porque ya eran insuficientes los poemas y cuentos aprendidos de niña, las recopiló en su primer libro: Muñequitos de Aserrín, el cual ilustró con los dibujos hechos por sus dos pequeños.
Desde entonces Carmen Delia Bencomo se convirtió en una de las pioneras de la literatura infantil, género que cultivó y desarrolló a lo largo de su longeva vida. Títulos como el poemario Los Luceros Cuentan Niños, la obra de teatro Los Papagayos y Cocuyos de Cristal, donde interpreta vivencias infantiles relatadas por niños de su entorno, forman parte destacable de su extensa obra.
La niña escritora
Contaba apenas con nueve años cuando se inició en la creación de historias infantiles, por lo que sus hermanos la llamaban “la escritora”. Primogénita de un total de cinco hijos del matrimonio Bencomo- Barrios, Carmen Delia fue receptora inicial y principal de los cuentos que narraba su madre, doña Delia, una prominente tejedora a quien le encantaba divertirse con su prole.
Con una crianza llena de historias y juegos junto a sus cuatro hermanos menores y la experiencia que desde adolescente vivió como maestra, no es de extrañar el amor de Carmen Delia Bencomo por los niños y las niñas, ni que les dedicara gran parte de su obra.
Su familia formó parte del éxodo que en Venezuela se dio en busca de mayores beneficios que, se esperaba, propiciara el bum petrolero. Así llegaron a Cabimas, donde Bencomo trabajó en la compañía Shell, cuyas publicaciones acogieron a su primer poema: Flora de mi País (1957) y a su primera obra de teatro, «Delina y los tres reinos» (1858).
Talento premiado en múltiples ocasiones
El talento de Carmen Delia fue premiado en múltiples ocasiones. En 1965, ganó el primer premio del Concurso de Cuentos Infantiles promovido por el Banco del Libro, con «La cigarra niña». Además, el Concurso auspiciado por la Dirección de Cultura de la UCV, le otorgó el primer premio Teatro Infantil por «Los papagayos» (1967).
También obtuvo el segundo galardón del Concurso de Poesías Infantiles del Banco de Libro con «Cartilla del aire», en 1970. Así como el primer premio de Cuentos infantiles de la Universidad de Carabobo, con «Un cuento blanco para Mary» (1983).
No le faltaron otros reconocimientos como la mención honorífica por la obra de teatro infantil, «La primera salida de la hormiga», distinción del Consejo Venezolano del Libro, (1969); así como placa y mención especial del Ministerio del Ambiente y Recursos Renovables, por su cuento «Las primeras lecciones del Pico de Plata» (1979).
Una activa vida cultural
La activa vida cultural de la artista merideña la llevó a pertenecer a la Asociación de Escritores Venezolanos, al Ateneo de Caracas, a la Asociación Cultural Maraven y al consejo inicial de la Fundación Casa de la Cultura Juan Félix Sánchez.
Carmen Delia Bencomo fue declarada Hija Ilustre del Estado Mérida por el Concejo de su Distrito Libertador, en 1973. Fue condecorada con la Orden Francisco de Miranda en su segunda clase, en 1977, y en 1983 recibió la placa de reconocimiento de la Orquesta Sinfónica de Maracaibo en agradecimiento a su gestión en pro de este Patrimonio Artístico Nacional.
Entre otras distinciones por su obra, destacan el diploma de honor acreditado por el Concejo del Distrito Libertador como Individuo de Número de la Biblioteca Bolivariana (1983) y la condecoración Orden Ciudad de Tovar, en su primera clase, (1995). En el centenario de su natalicio, su memoria fue honrada con la Orden 16 de Septiembre post mortem (julio de 2023).
También escribió para las y los adultos
La misma Carmen Delia contó en una ocasión que tanto los premios como los reconocimientos la animaron y apasionaron más en su oficio, por lo que también escribió libros y poemas para adultos. Más allá del silencio, Sortilegios, Poemas de entrecasa, Ecos de mi sangre, Mi bosque sorprendido y Soliloquios, están entre los más difundidos.
Además de escribir cuentos, novelas, poesía, ensayos y obras de teatro para niñas, niños, adolescentes y “mayores”, como ella llamaba a las y los adultos, Carmen Delia Bencomo es también reconocida por divulgar el trabajo de sus compañeras y compañeras creadores, a través de publicaciones periódicas, revistas y páginas literarias en distintos medios merideños y de otras partes del país.
Dentro del trabajo en publicaciones periódicas destacan el realizado en la Revista Shell de Venezuela, La Religión, Cultura Universitaria, Revista Nacional de Cultura, Churum Merú, Tricolor, Diario Crítica y El tren de Colores.
Gran exponente de lo afirmativo venezolano
Gran exponente de lo afirmativo venezolano, por el amor y promoción de sus raíces y su nación, Carmen Delia expresó la admiración por el genio del Hijo Ilustre de Caracas, al escribir el libro: Simón Bolívar visto por una mujer, Influencia de la mujer en la vida y obra de El Libertador.
De hecho, material de esos estudios también fue aprovechado para la conferencia: Influencia de la mujer en la vida y obra de Bolívar, que dictó en julio del año 2000 en las poblaciones merideñas de Tovar y Bailadores, a las que visitó por última vez en esa fecha y donde recibió nuevos y merecidos homenajes.
A los 79 años murió Carmen Delia Bencomo, era el año 2002. Este 2023 al cumplirse 100 años de su nacimiento, su legado ha cobrado vigor por la reedición de algunos de sus libros, el rescate de obras inéditas para su publicación y por la creación de la Bienal de Literatura Infantil y Juvenil bautizada con su nombre, declarada Patrimonio Cultural del estado Mérida para fortalecer las actividades creadoras de esa entidad.
Carmen Delia, la andinita, / que vio la luz en Tovar, / Muñequitos de Aserrín / bien sabe confeccionar. / Viste con dulce sonrisa / su Rostro de Soledad, / y se alumbra por las noches / con Cocuyos de Cristal. / Carmen Delia, la andinita, / ¡cómo le gusta soñar!; / por el páramo y la sierra / muchos la han visto volar. / Los Luceros Cuentan Niños / y ella cuenta sin contar, / es que con la poesía / todo se puede lograr. Enrique Hidalgo
Con información de Blog Carmen Delia Bencomo, Aporrea, Aporrea (2) y Cenal
Fotos cortesía de Revista de Poesía (Universidad de Carabobo), Letralia, Frontera Digital, Noticia al Día, Últimas Noticias, Wikimedia y Notitarde
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