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Arístides Bastidas, el periodista que hizo amena la ciencia

por Haiman El Troudi
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Arístides Bastidas, el periodista que hizo amena la ciencia

Voluntad, compromiso, honestidad, solidaridad, pasión y optimismo definen, en toda la extensión de cada una de las palabras, a Arístides Bastidas, quien como periodista descodificó la información científica e hizo de la ciencia, un tema ameno al alcance de todos, sin menoscabo de la seriedad del mensaje.

El arte de divulgar con habilidad, gracia y humor los avances del conocimiento científico, quedó de manifiesto en su columna “La Ciencia Amena”, publicada en el diario El Nacional desde 1971 hasta su muerte, el 23 de septiembre de 1992.

 

Arístides Bastidas, el periodista que hizo amena la ciencia

 

Títulos como “La vida comenzó con la despreciable ameba y culminó con el hombre todopoderoso”; “Los monos no practican la discriminación racial”, “El verdadero paraíso no fue el de Adán y Eva sino el que había en el planeta antes de que llegara el hombre”, o “Los delfines vivieron en tierra pero vencidos por la nostalgia del mar retornaron a él”, dan cuenta de la maestría con que este precursor del periodismo científico en Venezuela, transformaba los complejos códigos del lenguaje de la ciencia para capturar la atención del lector y enriquecer su conocimiento.

«El lenguaje del periodismo científico es el mismo que habla el pueblo. El oficio de nosotros, los periodistas, no es el de oscurecer las aguas para que parezcan profundas, usando un lenguaje ininteligible; es todo lo contrario, llevar claridad a donde existe confusión y llamar las cosas por el nombre con el que la conoce el pueblo», afirmaba.

Acucioso reportero, incansable periodista

Arístides Bastidas, el periodista que hizo amena la ciencia

 

Sus padecimientos físicos jamás quebrantaron su amor y entusiasmo por el ejercicio del periodismo y la divulgación de la ciencia. A la artritis y la soriasis que padecía, se sumaron la pérdida de la visión y su imposibilidad de caminar, luego de que un accidente de tránsito lo confinara, los últimos 20 años de su vida, a una silla de ruedas.

Aun así, desplegó sus alas, voló con su imaginación y continuó, día tras día, produciendo mensajes reveladores para los lectores de La Ciencia Amena, la página científica de El Nacional y la veintena de libros que escribió, entre los que destacan «El átomo y sus intimidades», «Científicos del mundo», «Ciencia y tecnología, dos bienes sociales», «El anhelo constante», «La Ciencia Amena», «Aliados silenciosos del progreso», «La Tierra, morada de la vida y el hombre» y «Los Órganos del Cuerpo Humano».

Aristides Bastidas fue un periodista incisivo, lector voraz, acucioso investigador, autodidacta formado en las calles al rigor del reporterismo. Antes de encontrarse con el oficio al que consagró su vida, trabajó de quincallero, vendedor ambulante, repartidor de arepas a domicilio, colector de autobús, secretario de oficina y asistente de enfermería en un hospital psiquiátrico, para ayudar con la manutención de la familia luego de culminar el primer año de bachillerato en el Liceo Fermín Toro.

Se inició en Últimas Noticias, diario donde aprendió a hacer periodismo según el método de Kotepa Delgado, jefe del rotativo, quien lanzaba a los novatos a la calle tal y como “hacen los margariteños con los niños para que aprendan a nadar: los lanzan al mar sin salvavidas”, contó en una oportunidad.

Cubrió las fuentes Policial y de Información General al comienzo  y, posteriormente, Política Nacional y el Parlamento.

“Me he dedicado al periodismo primero por una extraña vocación que aún no alcanzo a entender muy bien, y después porque comprendí que a través de la comunicación social podemos penetrar en las raíces intimas de nuestro pueblo, en las raíces intimas de cada hombre, con el objeto de ayudarlo a fortalecerse (…), a enaltecerse y (…) a convertirse en el ser creador, en el ser responsable que va a transformar su sociedad”, sentenció.

Voluntad creadora

Arístides Bastidas, el periodista que hizo amena la ciencia

Arístides Bastidas durante una entrevista al médico y científico venezolano Marcel Roche. Fuente: Prodavinci.

 

Fueron muchos sus aportes al sindicalismo en Venezuela. En 1971 creó el Círculo de Periodismo Científico de Venezuela; fue fundador del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa y del Instituto de Previsión Social del Periodista.

El también periodista, antropólogo e historiador, Miguel Acosta Saignes, compañero de lucha en el Partido Comunista, lo definió como “un fervoroso militante sindical y político, arriesgado dirigente (…) de perseverante espíritu progresista que nunca ha dejado sus convicciones de luchador por la libertad de prensa, por la solidaridad de los oprimidos, por la transformación radical del país”.

Saignes lo describió como un “acucioso reportero, incansable periodista (…) Creó un estilo, convenció a los dubitativos, empezó a tener discípulos y seguidores (…), ha sido una lección de hombría, de voluntad creadora – ha creado un nuevo género de periodismo en Venezuela -”.

Un maestro apasionado por la ciencia

Su vocación de periodista científico nació luego de ingresar a El Nacional, en 1953, para escribir la columna “Entérese usted”, que hasta ese momento estuvo a cargo de la periodista Francia Natera.

La ciencia es el petróleo del porvenir, afirmó, pero con “la ventaja de que es meta y no medio (…) se puede renovar, mientras el primero se agota (…), la ciencia nos servirá algún día para sembrar por siempre la sonrisa en el rostro quebrantado del hombre contemporáneo”.

 

Arístides Bastidas, el periodista que hizo amena la ciencia

 

De allí su empeño sostenido por democratizar el acceso al conocimiento científico, determinante en “la lucha por alcanzar las cimas de un desarrollo social y humanizado”, y de crear conciencia sobre la importancia de vincular al sector científico y de investigación con el sector productivo.

Arístides Bastidas estaba convencido de que era posible formar desde los medios de comunicación. Consideraba que el periodista es “un educador con un aula inmensa” pero para ello, además de tener conciencia de su rol en la sociedad, debía superar dos obstáculos: “la información aburrida y tediosa, y sobre todo, la oposición de los empresarios ante los materiales que entran en contradicción con los intereses del sistema social o de la misma empresa”.

Uno de sus mayores legados fue siembra de conocimiento y ética en sus discípulos que lo acompañaban a diario en la «Brujoteca», como llamaban a su oficina en el rotativo donde ejerció el periodismo durante 39 años.

Profeta en esta y otras tierras

Arístides Bastidas, el periodista que hizo amena la ciencia

 

La gigantesca labor de este hijo ilustre de Yaracuy, oriundo de la población San Pablo donde nació el 12 de marzo de 1924, fue reconocida en vida con numerosas distinciones: Premio Nacional del Periodismo en dos ocasiones; Premio Municipal en repetidas ocasiones y todas las condecoraciones nacionales. En el ámbito internacional: Premio Latinoamericano de Periodismo Científico John Reietemeyer, y en 1982 Premio Kalinga de la Unesco, galardón otorgado a los divulgadores científicos.

Cuando recibió el título de profesor Honoris Causa de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en junio de 1976, dijo: “No soy otra cosa que un labriego contento de cultivar su huerto con la mayor dedicación. Y si algún mérito tengo, reside en la terquedad con que hago la siembra, y no en la abundancia de los frutos que cosecho”.

Con información de Blog La Ciencia Amena  y K-Personajes 


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