Desde lo alto de La Asunción, capital del estado Nueva Esparta, el Castillo de Santa Rosa se mantiene desde el siglo XVII como imponente protagonista de las memorias de la isla más grande de Venezuela y orgullo histórico del pueblo margariteño.
Formalmente bautizado Fuerte de Santa Rosa de La Eminencia y también conocido como Castillo de la Asunción, esta edificación colonial fue refugio de las y los pobladores de la ciudad cuando era atacada por piratas y corsarios a quienes se repelía con sus cañones.
Hoy, el mayor valor del Castillo de Santa Rosa es ser un símbolo de la fortaleza de la mujer venezolana, porque entre sus historias destaca la de Luisa Cáceres de Arismendi, heroína de la guerra de independencia contra el imperio español, quien padeció tortura y vejámenes sin doblegarse ante el enemigo.
Una fortaleza contra los piratas
La construcción del Castillo de Santa Rosa se inició luego de que piratas comandados por el marqués de Maineton, al servicio del rey francés Luis XIV, saquearan la actual capital margariteña, en enero de 1677. La ejecución de la fortaleza, estuvo a cargo del Maestre de Campo Don Juan Fermín de Huidrobo.
Los planos originales describen un Castillo de cuatro baluartes y 130 pies de lado interior con murallas, parapetos, aljibe, cuarteles y capilla. Don Juan Fermín consultó el costo al ingeniero militar de La Habana, Don Francisco Pérez, quien lo calculó en 25.000 pesos, de los cuales 12.000 fueron aportado por el Maestre de Campo en calidad de préstamo, sin intereses.
Si bien la obra, para cuya ejecución se trasladaron pertrechos desde Araya, fue concluida a finales de enero de 1682, de acuerdo a un informe de Don Juan Fermín al Rey, requirió urgentes reparaciones al poco tiempo porque se usaron malos materiales, según peritaje realizado.
Privilegiada vista desde una estrella
La planta del Castillo de Santa Rosa tiene forma de estrella, con cinco torres dispuestas irregularmente. Desde su estratégica y privilegiada ubicación en uno de los cerros de la Asunción, sus visitantes pueden apreciar la costa de ese lado de la isla, el camino de Pampatar a la ciudad, el valle de Atamo, y las faldas de los cerros Guayamurí y Matasiete.
La fortaleza presenta en su estructura dos niveles comunicados por una rampa. Los cañones están ubicados en la parte alta con dominio visual de la ciudad y sus alrededores. Las habitaciones, hechas de piedra, cal y barro, las celdas, el almacén de municiones y pólvora, así como un aljibe, se encontraban en la parte baja.
Actualmente, en esas instalaciones que se organizaban en torno a la parte central del nivel inferior del castillo, se ubican seis salas de exposición, complementadas por el espacio de entrada al fuerte, un depósito, una cocina, un calabozo a dos niveles llamado “el cuarto del olvido” y la rampa empedrada de acceso al nivel superior.
Escalinatas sustituyeron el puente de acceso original
Una escalinata ha sustituido al puente de acceso original al Castillo de San Rosa. Sobre el dintel de la entrada destaca un escudo conmemorativo a la construcción de la edificación, realizado en dos piezas e inscripciones en bajorrelieve.
En detalle, la parte más prominente del castillo es el baluarte central. Allí se ubican cañoneras. Además, se encuentran dos garitas de planta circular con remate de media naranja que se ubican en los ángulos de los baluartes noreste y sureste.
La muralla que mira hacia el valle fue trazada en forma angular para obtener mayor campo de acción. En esa esquina aparece una garita, al parecer de más reciente construcción pues no aparece en los planos originales del castillo.
De fortaleza a prisión de la heroína Luisa Cáceres
El Castillo de Santa Rosa pasó de ser una fortaleza a convertirse en una prisión durante la guerra de independencia, con la heroína Luisa Cáceres de Arismendi como su más destacada prisionera.
Esposa del general en jefe revolucionario, Juan Bautista Arismendi, con tan solo 16 años, Luisa Cáceres fue detenida y encarcelada junto a otras distinguidas damas, en el Castillo de Santa Rosa para presionar la rendición de Arismendi. Pero de nada valieron para lograrlo, las torturas y vejámenes que padeció durante los 18 meses que estuvo allí. Ni siquiera la muerte de su hija al nacer, doblegó su patriotismo.
Más de 200 años después, la digna y heroica historia de Luisa Cáceres constituye uno de los mayores atractivos turísticos de la isla de Margarita en general y del Fuerte de Santa Rosa de La Eminencia en particular. En una inscripción colocada en la especie de cueva de bahareque, ladrillo y barro que era su celda, se lee: “Calabozo Luisa Cáceres de Arismendi y su virtud, valor y martirio para su esposo y patria; cautiva en este calabozo a los 16 años”.
Pero no solo los patriotas padecieron prisión en el Castillo Santa Rosa. En mayo de 1810 apenas proclamada la independencia venezolana, estuvieron presos allí el tirano Pascual Martínez y 45 de sus más allegados colaboradores, quienes fueron fusilados tres meses más tarde.
Monumento Histórico Nacional desde 1965
Declarado Monumento Histórico Nacional el 26 de octubre de 1965, el también llamado Castillo de La Asunción, ha sido restaurado en varias ocasiones. Después de la Guerra de Independencia recibió algunas reparaciones y se utilizó como cuartel, mientras que las primeras mejoras de envergadura fueron hechas en 1901, por decreto del Gobernador Luis Mata.
En 1996, el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) realizó un diagnóstico del edificio y planteó una propuesta de intervención y de revitalización arquitectónica y urbana. Este 2023 se ejecuta un proyecto, en conjunto con el IPC, para recuperar el baluarte del castillo, dañado por dos derrumbes producto de los fuertes aguaceros de 2022, y para rehabilitar otras áreas que requieren atención.
El Castillo de Santa Rosa funciona actualmente como un museo, donde se pueden apreciar las armas que utilizaron los españoles, diferentes retratos como el de Luisa Cáceres de Arismendi y su esposo, Juan Bautista Arismendi, así como una pintura que revive el instante cuando la heroína es trasladada al lúgubre calabozo donde estuvo presa.
Llegar al Castillo de Santa Rosa es sencillo, pues cuenta con una carretera asfaltada, señalización y estacionamiento. Décadas atrás, algunos lugareños organizaban expediciones para subir el cerro rumbo a la fortaleza, ruta en la que se disfrutaban la flora, fauna y los pozos del río de la zona. Vale destacar que la esencia del castillo está conservada en 90 por ciento de su estructura y puede ser visitado de lunes a domingo.
Con información de Cronistas de Nueva Esparta, Temporadista, La Verdad y Wiki
Fotos cortesía de Venelogia, Emilio Jacinto Mauri, Bgabel en Wikiviajes Shared, Margarita en tus manos, Wikimedia, La Verdad y Temporadista
No te pierdas
> Fortín El Salto, un lugar histórico en pleno Waraira Repano
> Casa Guipuzcoana, joya arquitectónica de La Guaira
> Casa Codazzi, un icono de la Colonia Tovar
> Hacienda El Toboso en Petare fue la casa del pintor Tito Salas