En pleno casco urbano del este de Caracas se esconde un oasis dedicado a la cultura, el Centro de Arte La Estancia. Tiene como escenario la antigua casona de una hacienda de café, rodeada de amplias áreas verdes y cuidados jardines, en medio de grandes edificios.
Más de dos siglos de historia tiene la Hacienda La Floresta, testigo y sobreviviente del terremoto de 1812, la gesta independentista, la crisis económica derivadas de las fluctuaciones en los precios internacionales del café; así como la abrupta caída de la agricultura durante la Guerra Federal y el proceso sociopolítico de transformación y modernización de Venezuela en el siglo XX.
Enclavada en la avenida Francisco de Miranda, la antigua hacienda fue declarada Monumento Histórico de la Nación el 15 de octubre de 1990, según la Gaceta Oficial Nº 34.573.
Hoy es testimonio arquitectónico único de una unidad de producción agrícola de los siglos XVIII y XIX. Sus espacios conjugan el legado de la época colonial, expresado en su planta física, con lo más innovador en diseño y tecnología. La casona, sus patios, corredores y jardines constituyen el escenario de diversidad de eventos culturales y recreativos.
Centro de Arte La Estancia
El Centro de Arte La Estancia abrió al público en 1995, como espacio alterno para la acción cultural de Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Además del estudio y la difusión del diseño y la fotografía, se perfiló como escenario para la realización de actividades relacionadas con la música y las artes escénicas. Su programación alternativa le ha permitido cumplir un importante papel en la vida de Caracas, al ofrecer exposiciones y espectáculos gratuitos de gran calidad, parte destacada de la agenda cultural y artística de la ciudad capital.
Uno de los bellos y cuidados jardines que forman parte de la casona, es protagonista de este centro cultural. Azucenas, cayenas, calas y llamativos bastones del emperador, entre otras hermosas flores, pueden ser apreciadas por los visitantes.
Entre los espacios que ofrece este centro de arte para el disfrute y la contemplación están el Patio de las Caballerizas, el Patio de Secado del Café, las plazas Andaluza y Las Flores, el Gazebo, un parque infantil y un gimnasio al aire libre. En la imponente casa colonial, que se encuentra ubicada en el corazón del lugar, están dispuestas las salas. Tiene salas de reunión y seminario, el Centro de Información La Estancia (CILE), con servicios de documentación y consulta. También, espacios flexibles para presentaciones de en jardines, pasillos y corredores.
Ubicado muy cerca de la estación Altamira del Metro de Caracas, el Centro de Arte La Estancia mantiene sus puertas abiertas de martes a domingo, con entrada libre, para que los caraqueños puedan disfrutar de su variada programación cultural.
Tradición cafetalera
En los antiguos terrenos de la Hacienda Santa Ana se estableció en 1783 la Hacienda La Floresta. Pertenecía la propiedad a don Francisco Domínguez, quien la compartió con la familia Palacios y Sojo.
Según el primer plano de la hacienda, que data de 1792, colindaba al norte con el Camino Real de Petare (hoy avenida Francisco de Miranda), al oeste con la quebrada Seca, al sur con el río Guaire y al este con la quebrada Sebucán. Se ubicaba en las inmediaciones del pueblo San José de Chacao, fundado en 1768, famoso por sus plantaciones de café y de caña de azúcar. Mapas y documentos de 1855 registran al menos 13 haciendas de caña y 44 de café en esta zona de las afueras de Caracas.
La hacienda contribuyó con el propósito introducir el café en la ciudad capital de la Capitanía General de Venezuela. En ella se inició la producción del café en Caracas, junto a las vecinas Haciendas Blandín y San Felipe. Allí funcionó, a mediados del siglo XIX, la Oficina de Beneficio del Café.
En 1915 la propiedad fue adquirida por la familia Sosa y se mantuvo dedicada a la actividad cafetalera hasta 1944. En 1952 se empezó a proyectar la Urbanización La Floresta, la cual fue construida en la parte norte de los terrenos de la hacienda, pero se conservó la antigua casona y parte de sus terrenos, que fueron adquiridos en 1988 por Pdvsa.
La restauración y readecuación
Bajo la dirección del arquitecto Ramón Paolini se realizó, en dos etapas, el proyecto de restauración y readecuación de la Hacienda La Floresta, con la asesoría de la extinta Fundación para el Rescate y Conservación de Inmuebles, Localidades y Bienes de Valor Histórico, Religioso y Cultural (Funreco). Participaron también los arquitectos Germán Mantilla y Francisco Pérez Gallego en los proyectos de las áreas de producción y la casa de hacienda, respectivamente.
Una vez concluida la fase proyectual en 1991, las obras comenzaron en 1992. Habiendo iniciado los trabajos de restauración y readecuación, Pdvsa decidió dedicar el inmueble exclusivamente al desarrollo de funciones culturales. Esto condujo a un ajuste en las áreas de habitación, previstas en el proyecto inicial, para convertirlas en espacios adecuados para la realización de actividades expositivas
Durante las labores de restauración se realizaron excavaciones en las que aparecieron restos de pisos y muros, así como trozos de loza. Las estructuras originales, como los elementos del patio de secado, el tanque de lavado, los muros y coladores, el canal de desagüe y restos de pisos de piedra y de ladrillo se exhiben al público.
Espacio para la cultura y las artes
Inserta en tres hectáreas de jardines, con exuberante vegetación y más de 120 especies botánicas, la recuperación, conservación e intervención de este espacio combina restos originales restaurados con elementos nuevos.
El conjunto conserva la casa de hacienda principal, la casa del capataz, el espacio de la trilla, el espacio de clasificación del café, además de los patios de secado. Desde la década de 1990, la restaurada casona exhibe corredores, patios interiores, habitaciones, el patio de caballerizas, la antigua cocina, el almacén de granos junto a un paisajismo con grandes árboles centenarios.
Las estructuras originales se exhiben al público, destacando en algunas columnas y paredes el rojo puro del almagre, resultado de una mezcla de tinturas con sangre de toro.
La estancia se divide en tres zonas: la oficina de beneficio del café junto a sus patios, la casa con su corredor exterior y patio posterior, y los espacios intermedios.
Multifacético escenario
Tras 28 años de vida, el Centro de Arte La Estancia se ha erigido como un lugar de difusión del acervo cultural y las tradiciones venezolanas. Pero la hacienda La Floresta ha sido desde mucho tiempo atrás, una referencia cultural venezolana. Allí se impartieron algunas de las primeras lecciones de música en Caracas, pues uno de los miembros de la familia Sojo, el joven presbítero Pedro Ramón Palacios y Sojo, fue el principal impulsor de la Escuela de Chacao, movimiento musical que formó más de 30 compositores y 150 instrumentistas de Venezuela en el siglo XVIII.
Hoy en día, en este multifacético escenario de la cultura y las artes, se muestran los valores del país, enalteciendo sus raíces y reafirmando lo afirmativo venezolano. Allí se han realizado miles de eventos culturales: festivales, conciertos, ferias artesanales y de gastronomía, actividades infantiles, talleres de formación, obras de teatro, foros, charlas, exposiciones, conferencias y exhibiciones cinematográficas, cine, clases de yoga y mucho más.
Su programación celebra el calendario de tradiciones venezolanas. Entre sus festivales destacan los de Carnaval; Cruz de Mayo; tambores, santos y diablos, jazz, red urbana, música latinoamericana, joropo, parranda, aguinaldos y gaitas. Además, cada fin de semana, el Centro de Arte La Estancia ofrece actividades para niños y niñas, como payasos, magos, mimos, títeres, teatro infantil, talleres, actividades deportivas, circo, y más.
Con información de Más de arte, Guía de Caracas, Alba Ciudad, Icomos Venezuela y PDVSA
Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2005. Municipio Chacao, estado Miranda. Instituto del Patrimonio Cultural, 2005.
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