Conocido en Venezuela como cochino de monte, el pecarí o báquiro es una especie de cerdo salvaje tropical de nuestra América. Se distribuye desde el sudoeste de los Estados Unidos hasta Argentina.
Este colmilludo animal, con pinta malhumorado, normalmente es retraído, pero si es molestado o herido se enfurece y puede atacar al agresor. Son más peligrosos cuando están en manadas, las cuales pueden llegar a tener entre 50 y 200 individuos e incluso más.
Se ha dicho que esta especie de cerdo, desciende del ibérico, habita en América y particularmente en Venezuela desde la llegada de los españoles. En la actualidad puede decir que es el resultado de la herencia de las razas importadas de España, que se adaptaron naturalmente a la vida salvaje.
Uno de sus rasgos característicos es el olor que desprende cuando se alarma. En esos casos, libera un almizcle muy fuerte. Otro dato interesante es que puede llegar a ser criado con bastante éxito en granjas particulares, donde se adapta a vivir con el ser humano.
Especie tropical nuestramericana
También es conocido como como pecarí de collar, saino, taitetú, coyámel (nahuatlismo de coyámetl) saíno, sajino, cuche de monte, cochino de monte, chancho rosillo, chácharo o báquiro, es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Tayassuidae.
El báquiro de collar o cochino de monte es una especie distribuida ampliamente desde la América tropical hasta subtropical, desde el sudoeste de Estados Unidos hasta el norte argentino en Sudamérica.
En Venezuela se ubica en los estados llaneros Apure y Guárico, principalmente.
El cochino de monte
Vive en una gran variedad de hábitats, pero como su denominación de cochino de monte lo indica, prefiere vivir en los bosques tropicales húmedos tupidos y poco alterados. Tienen facilidad para desenvolverse en las zonas boscosas por su capacidad de hozar las raíces, aprovechar las semillas e ingerir los frutos caídos de los árboles. Debido a esto resultan muy útiles para el ambiente al dispersar las semillas de manera natural.
Este mamífero puede adaptarse a los montes xerófilos y desérticos, pastizales tropicales y subtropicales, sabanas, montes bajos, matorrales, sabanas y pastizales inundados, como otros hábitats de Suramérica.
Suelen recorrer los bosques en busca de su alimento por horas, donde la vegetación disimula su presencia. Sin embargo, por el uso reiterado de las mismas rutas se forman senderos que los delatan y facilitan la celada del cazador, ya sea el ser humano o animales como el jaguar o el puma.
De día y en manada
El cochino de monte es un animal diurno que vive en grupos de entre seis a nueve miembros generalmente, aunque se conocen casos de manadas de 50 y hasta 200 integrantes. Duermen por la noche en madrigueras, o bajo las raíces de los árboles con frecuencia.
Esta especie de cerdo salvaje tiene un tamaño mediano. La longitud de su cuerpo, incluyendo la cabeza, es de 90 a 130 centímetros. Mientras que la cola mide de 2 a 5 centímetros. Alcanza una altura hasta los hombros de 50 a 60 centímetros, y su peso varía entre 27 y 40 kilogramos. Los machos son más grandes y robustos que las hembras.
La cabeza es grande y de forma triangular, la nariz desnuda, muy parecida a la de un cerdo, las orejas pequeñas y las patas son delgadas. Posee un pelaje de cerdas de tonalidades marrones y negras, con una mancha blanca que semeja un collar en la base del cuello. En los individuos más viejos el pecho, el área alrededor de los ojos y la parte baja de las patas se tornan también blancuzcas. Los juveniles son de color café rojizo, con un parche café claro, poco distinguible en la garganta.
En el lomo tiene una cavidad glandular que secreta un aceite de olor almizclado que suele liberar cuando se siente amenazado. También la usan para marcar territorio e identificar a los miembros del grupo. Como a los cochinos domésticos, al báquiro careto le encanta un barrial.
Come de todo
Como el cerdo doméstico, el cochino de monte es omnívoro. Se alimenta de frutas, raíces, tubérculos, semillas, pastos y brotes. Sin embargo, puede completar su dieta con invertebrados, vertebrados pequeños y huevos de aves.
A provechan las horas más frescas del día por lo que son activos, primordialmente, en la mañana, el crepúsculo y las primeras horas de la noche. Pero algunas regiones de bosques densos pueden deambular durante todo el día. En las horas más calientes se reúnen cerca de los ríos, pantanos y quebradas donde se echan a descansar en las áreas fangosas.
Viajan en manadas que incluyen hembras y machos de todas las edades. Dependiendo del tamaño del grupo y de la disponibilidad de alimentos, se desplazan entre 60 y 200 kilómetros cuadrados en su búsqueda de provisiones, aunque es raro que se aventuren a explorar en lugares lejanos a las fuentes de agua.
Mientras se desplazan se comunican entre sí a través de gemidos de baja frecuencia y también hacen ruidos repetitivos con los dientes. Cuando hay peligro emiten un ruido fuerte parecido a un alarido y todos salen corriendo. Debido al fuerte olor que despiden, al ruido que hacen cuando avanzan y a su rastro, son seguidos por los cazadores fácilmente.
Crían todo el año
Los cerdos salvajes tienen crías durante todo el año. Las hembras entran en un período de celo que puede durar entre 18 y 21 días. La gestación dura alrededor de 160 días. Tiene dos crías, generalmente que pesan alrededor de 1 kilogramo y nacen con un pelaje de color rojizo. A los pocos meses este color se va haciendo más oscuro y cuando cumplen el año, adquieren la coloración de los adultos.
Las crías del cochino de monte maman hasta los 6 meses, pero ya desde antes han empezado a comer frutos y brotes tiernos. La madurez sexual parece depender de la abundancia de alimento y suele alcanzarse a partir el año y medio hasta los 2 años.
El báquiro ha sido criado con variable éxito en parques zoológicos y en granjas particulares en Venezuela y Brasil. Se ha reportado que si éstos son capturados desde jóvenes, se acostumbran al trato de los humanos y se hace más fácil la cría. Sin embargo, si ya son adultos, su temperamento imprevisible e irascible lo hace difícil de manejar. La reproducción en cautiverio es baja y el macho mata a menudo a sus descendientes.
Por otra parte, aunque usualmente ignoran la presencia humana, los pecarís podrían reaccionar si son amenazados, utilizando largos colmillos que se ven solo cuando abren y cierran su boca.
Con información de CICH, Portal Veterinaria y Native Alimentos
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