Un material similar al papel, derivado del polen de girasol, con propiedades que lo hacen único por su potencial sustentable, es una alternativa ecológica viable al papel a base de pulpa de madera, descubierta por Científicos de la Universidad Tecnológica de Nanyang de Singapur (NTU Singapur), que reduciría el daño ambiental generado por la industria papelera con la deforestación.
El papel derivado del polen de girasol es una opción al papel clásico por ser más flexible, traslúcido y resistente. Posee una muy notable capacidad de rendimiento y de compatibilidad con los sistemas de impresión convencionales; además de un significativo potencial de reutilización, ya que se puede borrar lo que se fije en su superficie y aprovecharse químicamente hasta ocho veces.
Este nuevo papel se dobla y riza en función de los niveles cambiantes de humedad ambiental. Por otra parte, al tener la capacidad de alterar sus características mecánicas, puede ser útil en una amplia gama de aplicaciones como en robots blandos, sensores, músculos artificiales, generadores eléctricos, actuadores naturales programables responsables de mover y controlar un mecanismo.
Cómo se fabrica el papel de polen
La fabricación del papel a base de polen es similar al de la elaboración tradicional de jabón, que es sencillo y requiere menos energía. Comienza con el uso de hidróxido de potasio para eliminar los componentes celulares encapsulados en los resistentes granos de polen de girasol, los cuales se convierten en suaves partículas de microgel.
A continuación, se utiliza agua desionizada para eliminar las partículas no deseadas del microgel de polen resultante, lo que se vierte en un molde plano y se seca al aire en una lámina de unos 0,03 mm de grosor, vale decir, la mitad del grosor del cabello humano. Posteriormente, se aplica una solución de ácido acético con el objetivo de hacerlo insensible a la humedad y evitar que pueda incidir en la composición.
El resultado no es un papel cualquiera, sino uno con propiedades superiores al convencional a base de pulpa de madera: tiene una mayor flexibilidad, es más traslúcido, y puede imprimirse con una impresora láser común con un tóner. Su resistencia llama la atención: aunque se aplique y retire cinta adhesiva o el papel se ponga en agua, el texto y las imágenes permanecen en el papel.
Borrable y reutilizable
Otra propiedad destacable del papel a base de polen es su carácter reutilizable. Si se sumerge y se frota un par de minutos con una solución alcalina, el gel procedente de los granos de girasol se hincha, provocando que la capa de tóner se desintegre y desprenda. El papel, ahora en blanco tras el proceso de desimpresión, se coloca en etanol durante cinco minutos para que el gel vuelva a su estado anterior, luego se seca al aire y se trata con ácido acético, así queda listo para imprimir de nuevo.
El proceso puede repetirse hasta un mínimo de ocho veces sin que se pierda la integridad estructural del papel ni la calidad de las imágenes impresas. Esto supone una ventaja con respecto a los sistemas que requieren disolventes fuertes o luz intensa, proceso que daña más el papel con el paso del tiempo.
Aprovechar este tipo de papel podría contribuir de manera admirable a una disminución del consumo del papel convencional, pues promete un gran rendimiento, es válido para la impresión tradicional, puede borrarse la tinta en su superficie y, además, facilita el reciclaje con medios rudimentarios si se trata de hojas impresas desechadas.
Papel para mitigar la huella de carbono
En un mundo en el que la deforestación conduce directamente a la pérdida de biodiversidad, interrumpe el ciclo del agua y altera las precipitaciones, hallazgos como el papel derivado del polen de girasol constituyen alternativas significativas para mitigar la huella de carbono.
Hoy el consumo mundial de papel excede los 268 millones de toneladas al año. Para una sola tonelada de papel, deben cortarse alrededor de 14 árboles. El polen de girasol es de fácil acceso, pero podría emplearse el de otras plantas como el loto, la camelia o la combinación de varios tipos para fabricar este insólito papel que es una alternativa ecológica viable al papel convencional.
La nueva técnica podría ayudar a reducir las emisiones de carbono y el uso de energía asociados al reciclaje convencional del papel, que implica el repulpado, el destonificado y la reconstrucción.
El innovador material, fabricado a partir de cultivos de girasol, también podría contribuir a reducir la tala de árboles para darle paso a la era del polen y escribir la nueva historia de la humanidad en hojas sustentables, evidencia del legado de un porvenir ecológico más seguro.
Con información de Science, Scienceaq, Ecoinventos, Invdes y Business Indider
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