Una nueva investigación ha dado un paso adelante para convertir el agua en combustible de hidrógeno, mediante la transformación de fibras ópticas, y el uso de energía solar.
Si bien el uso de la fibra óptica, en los últimos años, ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de las telecomunicaciones, almacenamiento de datos y redes, ahora se ha descubierto que el control, sin precedentes, que tiene esta tecnología en la propagación de la luz, puede ser aprovechado para la generación de combustible a partir del agua.
Expertos del Centro de Investigación de Optoelectrónica de la Universidad Southampton, Inglaterra, con apoyo del Instituto Zepler de Fotónica y Nanoelectrónica, desarrollaron un proyecto por medio del cual lograron transformar las fibras ópticas en microrreactores fotocatalíticos, que convierten el hidrógeno en combustible utilizando la energía del Sol.
¿Cómo funciona esta tecnología?
Básicamente, lo que hicieron los científicos fue recubrir las fibras con óxido de titanio, decorado con nanopartículas de paladio, creando así un sistema capaz de combinar eficazmente fotones, líquidos y gases dentro de una estructura de sílice transparente, que hacen de este medio físico de transmisión, un fotocatalizador capaz de generar agua a través de la luz.
«Las fibras ópticas forman la capa física de la notable red mundial de telecomunicaciones de cuatro mil millones de kilómetros de largo, actualmente expandiéndose a una velocidad de más de 24.000 kilómetros por hora. Para este proyecto, reutilizamos esta extraordinaria capacidad de fabricación utilizando las instalaciones para fabricar microrreactores altamente escalables, hechos de vidrio de sílice puro con propiedades óptimas de transparencia óptica para la fotocatálisis solar», explicó Pier Sazio, coautor del estudio del Instituto Zepler.
Un potencial enorme
De acuerdo con Matthew Potter, investigador químico y autor principal de la investigación, se trata de una invención con un alto potencial que ejemplifica, perfectamente, cómo la ingeniería química puede desarrollar una tecnología verde a la altura del siglo XXI.
«Poder combinar procesos químicos activados por la luz, con las excelentes propiedades de propagación de las fibras ópticas, tiene un enorme potencial. En este trabajo nuestro fotorreactor único muestra mejoras significativas en la actividad en comparación con sistemas existentes”, añadió.
Actualmente los científicos están realizando estudios más amplios para demostrar la escalabilidad de este sistema. También investigan la posibilidad de lograr la conversión fotoquímica de dióxido de carbono en combustible sintético.
En sí, este nuevo uso de la fibra óptica, publicado en ACS Photonics, se plantea como una solución viable para las energías renovables, contribuyendo así a fortalecer la lucha por la preservación y cuidado del medio ambiente, la eliminación de gases de efecto invernadero y la producción química sostenible.
Con información de Europa Press, Ecoticias y Revista Vocé
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