Un nuevo y gigantesco iceberg circula por la Antártida Occidental, luego de desprenderse de la plataforma de hielo de Brunt, en la referida zona. El iceberg, llamado A-81, mide 1.550 kilómetros cuadrados, aproximadamente el tamaño de la ciudad de Londres, y su espesor es de 150 metros. Se trata del segundo desprendimiento que se produce en el lugar, en los dos últimos años.
De acuerdo al reporte hecho por el British Antarctic Survey (BAS), institución de Reino Unido que investiga la Antártida y que opera la estación Halley en la plataforma de hielo Brunt, el enorme Iceberg se desprendió cuando la grieta conocida como Chasm-1 se extendió de forma natural en los últimos años por toda la plataforma helada. El desprendimiento ocurrió a una década de haberse detectado el crecimiento de grandes grietas en el hielo.
Este evento de desprendimiento se esperaba, por lo que no está relacionado con el cambio climático. La explicación fue dada por Dominic Hodgson, glaciólogo de BAS. El equipo científico continúa monitoreando, en tiempo real, la plataforma de hielo, para garantizar que es segura, a fin de mantener el trabajo de la estación Halley.
Plataforma de hielo Brunt, la más monitoreada de la Tierra
La plataforma de hielo Brunt, es la protuberancia flotante de glaciares que han fluido de la tierra hacia el mar de Weddell. En un mapa, el mar de Weddell es el sector de la Antártida directamente al sur del océano Atlántico. El Brunt está en el lado este del mar y es, probablemente, la plataforma de hielo más monitoreada de la Tierra. Una red de 16 instrumentos GPS miden la deformación del hielo.
Las estimaciones sugieren que el Brunt había logrado su mayor extensión en los últimos 100 años, cuando se produjo este desprendimiento. El desprendimiento de icebergs es una parte normal de la vida de una plataforma de hielo alimentada por un glaciar.
Cuando un gran iceberg se desprende de una plataforma helada, el hielo perdido se reemplaza en el transcurso de años o décadas. Sólo cuando el ritmo del desprendimiento de los glaciares se acelera significativamente durante un período prolongado de tiempo, se considera que el sistema está en retirada.
A-81: desprendimiento de extensión récord
El desprendimiento A-81, de 1.550 km2, se produce en medio de una extensión de hielo marino récord en la Antártida. En comparación, el A-68, que se desprendió de la plataforma de hielo Larsen-C, en julio de 2017, tenía 5.800 km2. Por su parte, el A-74 tenía 1.270 km2 cuando se desprendió de la plataforma de hielo Brunt en febrero de 2021; mientras que el A-76 tenía 4.320 km2 cuando se desprendió, en mayo de 2021, de la plataforma de hielo de Ronne.
A-81 es cinco veces el tamaño de Malta. Con tres largas fisuras, que se han estado desarrollando activamente en el sistema de la plataforma Brunt, el tiempo dirá si A-81 provocará que se separen otros pedazos.
El desarrollo de las grietas en algunas plataformas de hielo conduce a grandes desprendimientos, pero en otras no. La búsqueda de las razones de ambos escenarios puede explicar el por qué existen las grandes plataformas de hielo.
El desprendimiento de témpanos en el borde delantero de una plataforma de hielo es un comportamiento muy natural. Se trata de una forma que ésta tiene de equilibrar la acumulación de masas derivada de las nevadas, así como la entrada de más hielo procedente de los glaciares que se alimentan en tierra.
Disminución de la extensión del hielo marino antártico
La capa de hielo más grande de la Antártida se desmorona a un ritmo mayor de lo pensado, según confirman imágenes satelitales. Los investigadores afirman que la escasez de hielo marino se debe a una amplia franja de temperaturas del aire más cálidas de lo normal, que subieron hasta 2 °C por encima de la media sobre el mar de Ross y los fuertes vientos que han acelerado la disminución del hielo marino.
Pero también ha experimentado una extensión de hielo marino en las dos últimas décadas, oscilando salvajemente entre máximos y mínimos históricos. A diferencia del Ártico, donde los científicos afirman que el cambio climático está acelerando sus efectos, la extensión del hielo marino de la Antártida es muy variable.
De acuerdo a glaciólogos, si bien existiría una relación entre lo que ocurre en la Antártida y la tendencia general al calentamiento en el resto del mundo, es diferente de lo que se registra en los glaciares de montaña y en el Ártico.
Los datos satelitales de la Antártida, que datan de 1978, muestran que la región seguía produciendo una extensión récord de hielo marino en 2014 y 2015. Luego se desplomó, repentinamente, en 2016 y se ha mantenido por debajo de la media desde entonces. De hecho, a finales de diciembre de 2022, la extensión de hielo marino antártico, era la más baja de los 45 años de registros satelitales.
Con información de National Geographic, BBC Mundo, Libertad Digital y El Correo
Fotos cortesía de British Antarctic Survey, Telemadrid, Portal Ambiental y National Geographic
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