Una nueva investigación muestra que la Tierra ha superado seis de los nueve límites planetarios, componentes del medio ambiente global que regulan la estabilidad y habitabilidad del planeta, alterando su resiliencia y capacidad para para sustentar a las civilizaciones modernas.
Los seis límites planetarios que han sido transgredidos son el cambio climático (calentamiento global), la integridad de la biósfera (la pérdida de biodiversidad), el cambio de uso del suelo (la deforestación), usos del agua (escasez de agua dulce, que incluye tanto el agua verde que es la contenida en el suelo y las plantas en granjas, bosques, etc., como el agua azul visible en ríos, lagos, etc., flujos bioquímicos (alteración de los ciclos de fósforo y nitrógeno), y contaminación química (exceso de plásticos y otros productos químicos sintéticos).
Exponen los investigadores que es preocupante la tendencia a una creciente transgresión de los límites planetarios, que apunta a que un séptimo, la acidificación de los océanos está a punto de superarse; así como también a un aumento de la presión sobre las seis fronteras ya superadas.
El estudio, realizado por un grupo de 29 científicos de ocho países diferentes y publicado la primera quince de septiembre en la revista Science Advances, es la tercera evaluación del marco de límites planetarios, desde que se llevó a cabo por primera vez en 2009. La novedad de esta actualización es que es la más detallada y presenta métricas para todos ellos.
Sin precedentes presión humana sobre el sistema Tierra
En la imagen de Science Advances se observan los seis límites planetarios transgredidos. La zona verde es el espacio operativo seguro (debajo del límite). Amarillo a rojo representa la zona de riesgo creciente. El violeta indica la zona de alto riesgo.
Las actividades humanas tienen cada vez mayor impacto en el planeta, aumentando el riesgo de desencadenar cambios dramáticos en las condiciones generales de la Tierra.
Y es precisamente la acción del hombre la que ha provocado la transgresión de seis de los nueve procesos o límites planetarios que definen un espacio operativo seguro para la humanidad.
“Esta actualización sobre los límites planetarios muestra claramente a un paciente que no se encuentra bien, a medida que aumenta la presión sobre el planeta y se traspasan los límites vitales. No sabemos cuánto tiempo podremos seguir transgrediendo estos límites clave antes de que las presiones combinadas conduzcan a cambios y daños irreversibles”, afirma Johan Rockström, el investigador del Centro de Resiliencia de Estocolmo, director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK) y coautor.
Por su parte Katherine Richardson, profesora en el Centro de Ciencias de la Sostenibilidad de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y autora principal del estudio señala que “cruzar seis límites en sí mismo no implica necesariamente que se produzca un desastre, pero es una clara señal de advertencia. Podemos pensar en la Tierra como un cuerpo humano y en los límites planetarios como la presión arterial. Más de 120/80 no indica un infarto determinado, pero sí eleva el riesgo y, por ello, trabajamos para reducir la presión arterial. Por nuestro propio bien necesitamos reducir la presión sobre estos seis límites planetarios”, enfatiza la investigadora.
Los nueve límites planetarios
El marco de límites planetarios aplica los conocimientos científicos más recientes sobre el funcionamiento del sistema Tierra para identificar un «espacio operativo seguro» para la humanidad al proponer límites al grado en que se puede permitir que las actividades humanas afecten los procesos críticos sin riesgo de desencadenar cambios potencialmente irreversibles en las condiciones de la Tierra que nos sustentan.
Fue en el año 2009 cuando un grupo de investigadores del Centro de Resiliencia de Estocolmo, liderados por Johan Rockström, identificó los nueve procesos clave que garantizan la estabilidad de la Tierra desde hace más de 12.000 años, así como los límites que, de sobrepasarse, en cada uno de los procesos, podrían causar un colapso que pusiera al planeta “fuera del espacio operativo seguro para la humanidad”.
Los nueve límites planetarios o procesos interconectados definidos por Rockström y su equipo son: el cambio climático, la integridad de la biosfera, el cambio de uso del suelo, el uso agua dulce, los flujos bioquímicos (que abarca sobre todo a los ciclos de fósforo y nitrógeno), la contaminación química, el ozono estratosférico, la acidificación de los océanos y los aerosoles atmosféricos.
En esa primera vez, los científicos establecieron que la Tierra había superado tres de los límites: el cambio climático, la integridad de la biósfera y alteración de los ciclos fósforo y nitrógeno). Una nueva revisión del estado de los límites realizada en 2015, evidenció que el cambio de uso del suelo había sido transgredido, elevando a cuatro las fronteras sobrepasadas.
Centrarse en la interacción de los límites
Prestar más atención a las interacciones entre los límites es una conclusión muy importante del estudio. “Centrarse en el cambio climático causado por el hombre no es suficiente si queremos proteger el sistema terrestre de daños irreversibles, explica Johan Rockström.
Después del cambio climático, señalan los autores, la integridad de la biosfera es el segundo pilar de la estabilidad de la Tierra. “Nuestra investigación muestra que mitigar el calentamiento global y salvar una biosfera funcional para el futuro tienen que ir de la mano”, subraya Wolfgang Lucht, jefe del Departamento de Análisis del Sistema Terrestre de PIK y el coautor del trabajo.
Otro hallazgo de la investigación indica que ante la necesidad de respetar los límites del cambio de uso de la tierra hay que poner atención en el creciente uso global de biomasa como alternativa al carbón, el petróleo y el gas.
La biomasa es el producto de la fotosíntesis, un proceso en el que las plantas suministran la energía que sustenta la biodiversidad. “Nuestro estudio muestra que los humanos se están apropiando del equivalente a ~30% de la energía que estaba disponible para sustentar la biodiversidad antes de la Revolución Industrial. Sin duda, la eliminación de gran parte de la energía que de otro modo habría estado disponible para la naturaleza debe ser un factor de pérdida de biodiversidad, precisa Richardson.
Proteger y reconstruir la resiliencia de la Tierra
Sin duda, el nuevo estudio subraya los estrechos y complejos vínculos entre las personas y el planeta. La ciencia de los límites planetarios proporciona una “guía para la acción” si realmente queremos asegurar la prosperidad y la equidad para todos en la Tierra, precisan los autores. “Esto va mucho más allá del clima, requiere modelos y análisis novedosos del sistema terrestre, y esfuerzos sistemáticos para proteger, recuperar y reconstruir la resiliencia planetaria.
“En última instancia, pone de relieve las consecuencias medioambientales de vivir en el Antropoceno y nuestra responsabilidad como futuros administradores del planeta”, concluye el coautor Ingo Fetzer, investigador del Centro de Resiliencia de Estocolmo.
Con información de Science Advances, Centro de Resiliencia de Estocolmo y Universidad de Copenhague
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