Las actividades humanas continúan alterando el equilibrio de todos sistemas de la Tierra, al traspasar varios límites planetarios. Ahora le correspondió el turno al agua dulce.
Una nueva evaluación, que amplía el enfoque de los límites planetarios para el uso del agua e incluye, por primera vez, la denominada agua verde (lluvias, humedad del suelo en las zonas donde están las raíces de las plantas, así como la evaporación a través de éstas), descubrió que ese límite seguro fue superado de forma considerable y es probable que la situación empeore.
Evidencias revelan que el sistema de la Tierra está perdiendo su capacidad para absorber las perturbaciones humanas debido, principalmente, a los cambios en el ciclo del agua, señalan los investigadores del Centro de Resiliencia de Estocolmo (Stockholm Resilience Centre, SRC), autores del estudio.
De las nueve fronteras que señala el Marco de Límites Planetarios, publicado en 2009 por un grupo de científicos y actualizado periódicamente, el uso del agua dulce es el sexto que sobrepasa la humanidad. Los otros límites superados son el cambio climático, el flujo bioquímico (contaminación de nitrógeno y fósforo por alteración del ciclo); la integridad de la biósfera (biodiversidad), cambios en el uso de suelo y la contaminación química (plásticos y otras sustancias de origen artificial).
Alteración del ciclo de agua terrestre
Hasta ahora se pensaba que el uso agua dulce estaba dentro de la zona segura. Para establecer el límite planetario en el caso del agua, los investigadores consideraban el consumo humano permitido, fijado a 4000 km3 por año de agua utilizada y que no volvía en forma de escorrentías; así como la extraída ríos, lagos y el agua subterránea, denominada “agua azul”.
Por primera vez se incluye la llamada agua verde (lluvia, humedad del suelo y evaporación) para estimar el límite de uso del agua dulce. La nueva evaluación usa la humedad del suelo en la zona de las raíces de las plantas para medir el límite de agua verde porque es la que recibe los efectos directos de las presiones humanas y, además, tiene un impacto a gran escala en las dinámicas ecológicas, climáticas, biogeoquímicas e hidrológicas.
Explican los científicos que, si se toma en cuenta el agua verde, también estamos poniendo en riesgo el ciclo hidrológico de la Tierra. Su alteración tiene su origen en diversas acciones humanas, más allá de la extracción para su consumo: cambio climático antropogénico, la gestión de las tierras, la degradación de los suelos, la deforestación, entre otros.
El ciclo del agua de la Tierra cambió profundamente a partir de la actividad humana, afirman los investigadores, y esto trae como consecuencia que el planeta sea menos resiliente a los efectos ambientales. Su modificación, por otra parte, conlleva el riesgo de que la amplificación otros procesos alterados por las presiones humanas, es cada vez mayor.
Cambios alarmantes
Los resultados de esta nueva evaluación del límite del uso de agua dulce, ha encendido las alarmas y no es para menos. Son impresionantes los cambios en la humedad del suelo que se observan, desde los bosques tropicales hasta los boreales. Otro de los hallazgos es que los suelos anormalmente húmedos y secos, son cada vez más comunes.
Una de las consecuencias es que al variar la cantidad de humedad a la que están habituadas las plantas, se pone en riesgo la supervivencia de muchas especies y de ecosistemas completos. También, afecta la producción global de alimentos básicos en alrededor de 60% e impacta el 80% de la tierra cultivada que depende de la lluvia. Incluso los cultivos de regadío más industrializados, dependen en cierto grado de la lluvia y las aguas verdes.
El impacto del cambio climático en el ciclo del agua es complejo. La relación entre las emisiones de gases de efecto invernadero y el aumento de las temperaturas globales, es clara y ha sido demostrada. Esto origina, a su vez, la intensificación del ciclo hidrológico.
Por otra parte, los eventos meteorológicos extremos, provocados por el cambio climático antropogénico, generan aumentos de las sequías e inundaciones graves. Por otro lado, los cambios en el uso de la tierra para la agroindustria y la ganadería, entre otros fines, ocasionan que los suelos se sequen.
Sobrepasamos el límite ¿Ahora qué?
El agua es, sin lugar a dudas, fundamental para cualquier organismo vivo en la Tierra. Sin embrago, la humanidad “está llevando el agua muy lejos de la variabilidad que la Tierra ha experimentado durante varios miles de años durante el período Holoceno”, tal como evidencia el análisis científico del Centro de Resiliencia de Estocolmo.
“Hemos analizado cada píxel de la superficie terrestre libre de hielo, y un gran porcentaje de la Tierra tiene hoy un contenido de humedad en el suelo por encima o por debajo de su rango normal (tomando como referencia de normal el periodo que va desde hace 6000 años hasta la época preindustrial)”, explica Lan Wang Erlandsson, autora principal del estudio.
El grupo de científicos afirma que todavía hay un margen de acción. Plantean, entre otras acciones, “limitar el cambio climático, gestionar de forma sostenible el cambio de uso de la tierra y tener en cuenta los procesos de agua verde que son adecuados para los diferentes contextos locales, previniendo la erosión del suelo, gestionando la humedad de las turberas para evitar su degradación o recolectando y almacenando el agua de lluvia en ecosistemas en los que ya existe una importante presencia humana, entre otras medidas”.
La advertencia es clara y la humanidad debe actuar porque ya sobrepasamos seis de los nueves límites planetarios. Hecho que ha impactado de forma directa la resiliencia del sistema operativo de la Tierra en su totalidad que, ahora es, bastante baja.
Con información de Nature, Rebelión y Climática-La Marea
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