A finales de este siglo la Tierra tendrá más zonas áridas y la humedad del suelo habrá disminuido más de la mitad en partes del planeta. ¿La causa? El calentamiento global está alterando los factores ambientales que controlan los procesos con que funcionan los ecosistemas.
Las conclusiones de un estudio, realizado por un equipo científico internacional, evidencian que la humedad del suelo en zonas templadas y húmedas disminuirá un 74%, y las zonas áridas del planeta aumentarán unos 17 millones de km2, área equivalente a la superficie de Estados Unidos y Brasil juntos.
De acuerdo a los investigadores, el cambio climático está provocando que procesos que se consideraban exclusivos de ecosistemas áridos y secos, adaptados para funcionar con falta de agua, por ejemplo, comiencen a operar en zonas templadas y húmedas.
En un mundo más caliente
Los efectos de la crisis climática, producto del calentamiento global de 1,1 °C, inducido por las actividades humanas, ya ha perjudicado a miles de millones de personas y a los ecosistemas. Ello como resultado de eventos climáticos intensos, cada vez más frecuentes y nada naturales.
Las consecuencias de este aumento de las temperaturas están a la vista: mayores olas de calor, lluvias torrenciales, grandes inundaciones, fuertes y largas sequías, incendios forestales severos, huracanes más intensos, deshielo, entre otros fenómenos meteorológicos extremos cada vez más recurrentes, que han provocado pérdidas de vidas humanas y de la biodiversidad en el planeta, desplazamientos de personas y de especies.
Con un calentamiento global de 1,5 °C (2,7 °F), que hoy día es inevitable de acuerdo al Sexto Informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, afrontaremos, en las próximas dos décadas, peligros climáticos inexorables, más graves de los que ya padecemos.
Ante este escenario el grupo científico internacional se preguntó cuál sería el futuro de los bosques templados y regiones de cultivos del mundo, si continuaba la tendencia actual de aumento de la temperatura global. Para responder la interrogante, analizaron los mecanismos de adaptación a la vida de las especies y ecosistemas en zonas áridas y desiertos.
Factores ambientales frente al calentamiento
El equipo autor del estudio, partió del análisis de los procesos que se consideran exclusivos y relevantes para el funcionamiento de los ecosistemas de las zonas áridas y desiertos: desarrollo de la vegetación (distribución y crecimiento), el flujo de agua, el balance de energía, el ciclo del carbono y los nutrientes, y la descomposición de la materia orgánica.
Estos procesos, que en el estudio denominaron «mecanismos de tierras secas», son controlados por factores ambientales como la radiación solar, las altas temperaturas o la disponibilidad intermitente de agua. Sin embargo, el calentamiento global está provocando cambios en esos factores ambientales en grandes zonas de la Tierra.
El calentamiento continuo, señala el estudio, puede alterar los procesos e incidir en el estado y desempeño de los ecosistemas, pero también podrían conducir a cambios más fundamentales en los mecanismos que rigen el funcionamiento de los ecosistemas.
“Para entender cómo estos procesos afectan a la distribución o la descomposición del material vegetal, hemos modelizado su dinámica a escala global, incluyendo zonas templadas para demostrar que en el futuro también actuarán en zonas más húmedas del planeta», dijo Ana Rey, investigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN-CSIC), y coautora del estudio liderado por José Grünzweig de la a Universidad de Jerusalén.
Menos humedad del suelo más zonas áridas
Los resultados obtenidos en el modelado de la dinámica de los «mecanismos de tierras secas» a escala global evidencian que, para finales de este siglo, la humedad de los suelos en las zonas templadas y húmedas disminuirá un 74%. También, que habrá un incremento de las zonas áridas del planeta en unos 17 millones de km2.
Examinaron, además, algunos ejemplos actuales, raros mayoría, donde existe el funcionamiento de «mecanismos de tierras secas» en regiones que no son consideradas como tal.
Al respecto, los investigadores estiman que las tendencias climáticas actuales y futuras podrían forzar condiciones microclimáticas, que podrían conducir a la aparición de mecanismos de tierras secas y su control creciente sobre el funcionamiento de los ecosistemas en muchos biomas de la Tierra.
“Los mecanismos de las tierras secas podrían controlar ampliamente el funcionamiento de los ecosistemas en un mundo más seco y cálido”, señalan.
Conocimiento y adaptación
De acuerdo a los autores del estudio, el análisis de la evolución de las áreas templadas del planeta que en su funcionamiento tienen presencia de mecanismos que operan en las zonas áridas, representa un avance en el conocimiento sobre la capacidad de adaptación de los ecosistemas a los fenómenos climáticos extremos.
También contribuye ese conocimiento al diseño de estrategias y acciones para mitigar el impacto de esos fenómenos en la naturaleza y sus habitantes. “En definitiva, nos puede ayudar a mejorar los procesos de adaptación que debemos acometer ante la crisis climática», señaló la coautora Ana Rey.
Con información de Nature, El Ágora Diario y Ecoticias
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