Luego de encontrar evidencias de que el ruido que genera la actividad humana afecta negativamente a la fauna marina, un estudio publicado en la revista Science propone su mitigación y regulación para moderar tales efectos negativos en los ecosistemas de los océanos.
El estudio, liderado por la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá (Arabia Saudita), refiere que si bien existe una clara evidencia de que el ruido compromete la capacidad auditiva e induce cambios fisiológicos y de comportamiento en los animales marinos (como invertebrados y ballenas), no es tan determinante en lo referido al incremento de la mortalidad y el asentamiento de sus larvas.
De acuerdo a la investigación, en la que también participó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, la fauna marina es afectada por factores humanos como el ruido de las embarcaciones, el sonar activo, los tonos artificiales y el ruido blanco de los sonidos sintéticos. Así como por los dispositivos de disuasión acústica, el sonido tanto de la infraestructura energética como la de construcción y hasta los estudios sísmicos.
Contaminación acústica altera comunicación marina
El incremento de la contaminación acústica también se ha ido sumando al acelerado calentamiento global y a la caza de grandes mamíferos marinos para alterar la acústica natural de importantes áreas del océano, lo que afecta la comunicación en algunas especies.
Mientras aumenta el nivel de ruido, los sonidos propios del ecosistema marino se han ido mitigando, razón por la cual el resultado es un ambiente ruidoso, donde la comunicación de los animales está severamente perturbada y en el cual el sonido que identifica sus hábitats está atenuado y enmascarado por el ruido.
Tal explicación fue proporcionada a SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas), por Carlos Duarte, quien lideró el estudio de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá, entrevista en la que añadió como una consecuencia de la referida perturbación, el que “los peces e invertebrados que derivan en busca de sus hábitats no puede encontrarlos porque no los oyen”.
Trabajo de campo y documental
La combinación del trabajo de campo y la investigación documental por parte del equipo de investigadores, derivó en que los océanos se han hecho mucho más ruidosos desde la Revolución Industrial.
También evidenció que los sonidos generados por las actividades del ser humano en los océanos, afectan la vida de su fauna en múltiples niveles.
Para el trabajo de campo fueron usados hidrófonos submarinos, también conocidos como micrófonos submarinos, dispositivos destinados a localizar fuentes de sonido en el agua. Estos se encuentran en paquetes de instrumentación que se recuperan tras un tiempo, o a través de observatorios submarinos fijos conectados a tierra por cables para transmitir los datos y dar energía.
En cuanto a la investigación documental, se logró la recopilación de 12.000 artículos científicos con el valioso aporte de más de 40 años de investigación publicada. Con ello se ha generado la primera síntesis de evidencia disponible hasta la fecha.
Pandemia mostró que el daño puede revertirse
Durante los meses que duró el confinamiento al inicio de la pandemia por Covid-19, los animales marinos recobraron el liderazgo de los ruidos predominantes en el océano, prueba de que pueden revertirse los efectos dañinos causados por la contaminación acústica de los humanos, en poco tiempo.
Para los investigadores, el uso de nuevas tecnologías de monitorización y el impulso de políticas de gestión contribuirán a victorias tempranas en esta misión. En tal sentido han planteado la necesidad de establecer regulaciones para la emisión de ruido por buques, al igual que las existentes existen para vehículos, motos, etc.
Otras propuestas están orientadas a desarrollar nuevos vehículos que pueden llevar a cabo exploraciones sísmicas moviéndose sobre el lecho marino, en vez de mandar cañonazos de aire comprimido desde la superficie al fondo marino, ya que esto impacta en los animales que nadan en la columna de agua.
Asimismo, plantean establecer cortinas de burbujas que disipen el ruido en obras y construcciones submarinas, igual que se hace en las construcciones realizadas en tierra.
Con información de Revista Science, El Ágora Diario y Agencia SINC
Fotos cortesía de Agencia SINC, Ballenas Wiki y Todologistica
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