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En riesgo supervivencia del león marino antártico por el cambio climático

por Haiman El Troudi
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En riesgo supervivencia del león marino antártico por el cambio climático

La supervivencia del león marino antártico está en riesgo debido a que los efectos del cambio climático hacen cada vez más difícil que las hembras de esta especie tengan acceso al Krill, un crustáceo primordial en su alimentación durante la temporada de cría.

Un estudio realizado por biólogos marinos de la Universidad de Barcelona, España, reveló que el deshielo producido por el calentamiento global ha reducido las poblaciones de krill que habitan en la zona del león marino antártico, debido a que la vida de tales crustáceos está muy vinculada a las extensiones de hielo, lo cual genera un efecto negativo para su propia reproducción.

La investigación, publicada en la revista Scientific Reports, también refiere la disminución del número de pingüinos en la misma región. Como los pingüinos son la principal presa de la foca leopardo, este depredador ha incrementado la caza de los cachorros de los leones marinos como sustitutos.

Vigilancia telemétrica

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Los científicos involucrados en el estudio contaron con la telemetría por satélite, método que permite obtener información mediante ondas magnéticas luego de colocar pequeños aparatos en los leones marinos que han permitido estudiarlos en los meses de invierno, cuando las condiciones climáticas dificultan el estudio de su hábitat en la Antártida.

La investigación, que se inició en el año 2019, se desarrolló en la base antártica del archipiélago de las islas Shetland del Sur, donde el equipo de expertos hizo énfasis en el seguimiento de los machos jóvenes, pues suman más del 80 % de la población que se queda en esas aguas durante el invierno.

De esta manera se determinó que con el avance del invierno, el Krill se traslada a aguas marinas de mayor profundidad y que son seguidos por los jóvenes leones marinos en procura de su alimentación.

De acuerdo al estudio, las zonas en las que los leones marinos antárticos pasan la mayor parte del invierno, coinciden con el hábitat preferido del Krill. Vale decir, que tienen menos de 1.000 metros de profundidad, un alto nivel de clorofila y una temperatura de menos de 2 °C.

El alimento de las hembras escasea

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Mientras los leones marinos persiguen al Krill a aguas más profundas, durante el invierno, las hembras tienen que ir a zonas más cálidas cercanas al sur del continente americano, donde este crustáceo no abunda.

La razón principal por la que las hembras de la especie prefieren quedarse en zonas menos frías aunque el alimento fundamental escasee, es que su masa corporal es mucho menor que la de los machos. Esto limita su capacidad para perseguir al Krill a las heladas y profundas aguas antárticas a las que migra en invierno.

Vale resaltar que la masa corporal de las leonas marinas varía entre los 20 y los 50 kilogramos, mientras que la de los machos puede llegar a los 140, lo que da a los últimos una mayor capacidad de regular su temperatura y de inmersión, que en la caza del Krill puede llegar a 180 metros.

También hay dificultades en verano

Sí bien durante el verano las familias de leones marinos están juntas en las colonias de cría, la disminución del Krill también perjudica a las hembras, pues con sus pequeños en tierra se les dificulta dedicarle energía a la caza.

A esto se suma la elevada mortalidad de los machos más adultos debido a la defensa del territorio de sus crías, cada vez más amenazadas, entre otros depredadores, por la foca leopardo, la cual los usa como alimento sustituto ante la escasez de pingüinos, su manjar favorito.

Siempre víctima de la caza

Foca Leopardo.

El león marino antártico siempre ha sido víctima de la caza. De hecho, a principios del siglo pasado su existencia estaba en un punto extremadamente crítico, en las islas de Georgia, su hábitat natural.

Su hermosa piel era usada en la industria de la moda para confeccionar chaquetas, zapatos, bolsos y guantes. La crisis fue superada y la población de esta especie se fue recuperando con el transcurso del siglo XX. Pero desde el 2003 ha vuelto la alarma sobre su supervivencia.

Esta vez la amenaza es la misma que la de muchas especies, incluyendo la humana: el cambio climático. Según expertos del estudio hecho en la Universidad de Barcelona, para adaptarse a los cambios en los ecosistemas donde habitan, los leones marinos deberían desplazarse hacia el sur a lo largo de la península Antártica.

No obstante, se ha señalado que se trataría de un proceso extremadamente lento y hasta poco probable, debido a que las hembras de la especie tienden a criar en el mismo lugar en el que nacieron.

 

Con información de El Mostrador, EFE y El Español

Fotografías cortesía de  Bioenciclopedia, El CarabobeñoZona de Prensa


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