Los vibrantes colores de la trinitaria en flor adornan miles de patios venezolanos, rejas, ventanas, balcones y hasta autopistas de todo el país, una planta, en palabras de Alí Primera, «hermosa como iglesia chiquita» que forma parte de la Venezuela afirmativa.
Curiosamente no son sus flores sino las brácteas u hojas modificadas que las envuelven, semejantes al papel, las que llenan de vida los espacios con sus característicos colores que van desde el blanco, carmín, amarillo hasta el fucsia y morado.
Y por si no fuera suficiente su belleza, esta planta destaca por su persistencia y la fortaleza con la que trepa y crece, prácticamente, en cualquier tipo de ambiente y tiene propiedades curativas.
Flores de papel
El género Bougainvillea glabra, de la familia Nyctaginaceae, es originario de los bosques tropicales húmedos de América del Sur (Brasil, Perú y norte de Argentina).
Se trata de un arbusto tipo enredadera, trepador, espinoso, con vigorosas ramas que pueden alcanzar más de ocho metros. Sus hojas y flores exhiben vibrantes colores, es muy resistente y mantiene sus hojas verdes aunque no disponga de mucha agua. En las zonas tropicales de América del Sur florece todo el año.
La textura de sus brácteas, origina uno de los muchos nombres por los que se conoce: flor de papel o enredadera de papel, pero también se conoce como buganvilla (España), bugambilia (México, Perú, Ecuador, Chile y Guatemala), papelillo (zona norte del Perú), Napoleón (Honduras, Costa Rica y Panamá), trinitaria (Cuba, Panamá, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela), veranera (El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Colombia) y Santa Rita (Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay).
Con 18 especies aceptadas, su nombre deriva de Louis Antoine de Bougainville, un militar francés que descubrió la planta en Brasil en el año 1768.
A la luz del sol
Para florecer, la trinitaria sólo requiere la luz del sol y es una planta siempre verde, capaz de resistir todos los climas, especialmente los cálidos y secos.
Se dice que la Bougainvillea “cuanto más sufrida más florida”, pues le favorecen las condiciones agrestes y secas.
Es común ver casas con jardines abandonados, llenos de hierbas y plantas secas, con una trinitaria repleta de flores. También las disfrutamos en espacios abiertos como las autopistas y carreteras, donde florecen en las circunstancias más agrestes, adornando el paisaje para quienes que transitan esas vías.
Más que hermosa
La belleza de la trinitaria ha sido fuente de inspiración de poemas y canciones. A ella le cantó Alí Primera en “Paraguanera”, donde asegura que, tal como le contó su padre, “donde florecen las trinitarias siempre hay muchacha bonita”.
Decía mi viejo al contar su historia
hermosa como iglesia chiquita
donde florecen las trinitarias
siempre hay muchacha bonita
Paraguanera. Alí Primera
Aunque en Venezuela no se acostumbra su uso con fines medicinales, tiene propiedades curativas.
Usada en infusiones o en cataplasmas ayuda al sistema respiratorio, como expectorante y disminuye la tos seca. Además sirve para equilibrar el sistema digestivo, pues sus raíces son usadas en infusión como laxante. También favorece el cuidado de la piel, en casos de acné, descamaciones o cicatrización. E incluso, es usada como antipirético para bajar la fiebre.
Los pigmentos de la flor de papel se pueden utilizar para crear tinturas naturales, pues ofrecen un atractivo espectro de colores para diversos usos caseros, así como en la industria del vestido.
Incluso la sabiduría popular asegura que la trinitaria puede limpiar y equilibrar las energías de las casas.
Definitivamente la trinitaria, hermosa como iglesia chiquita, forma parte de lo afirmativo venezolano no sólo por su belleza y persistencia, sino por la versatilidad que ofrece está planta característica de nuestro país.
Con información de Infojardín, Semillas y Frutos y Letras
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