El plástico representa el 85% del total de desechos marinos y la contaminación de los ecosistemas acuáticos causada por ellos, hoy convertida en una amenaza creciente, podría duplicarse en la próxima década y triplicarse para 2040.
Pero la actual contaminación por plástico, calificada como “crisis mundial” por el Programa de las Naciones Unidad para el Medio Ambiente (PNUMA) en su último informe sobre el tema, no solo impacta la vida marina. Afecta a todos los ecosistemas, a la salud humana y la del planeta.
Al tiempo que reitera que el plástico es un problema climático, el informe señala que la emisión de CO2 relacionada con su fabricación que en 2015 fue estimada en 1,7 gigatoneladas, podría triplicarse 6,5 gigatoneladas para 2050, cifra última que representa un 15% del presupuesto mundial de carbono.
«Esta investigación proporciona el argumento científico más sólido hasta la fecha para responder a la urgencia, actuar de manera colectiva, proteger y restaurar nuestros océanos, y todos los ecosistemas afectados por la contaminación a su paso», instó Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
Plásticos por todas partes
Bastan las cifras para hacerse una idea clara sobre lo que representa esta amenaza, cada vez mayor: De los 9200 millones de toneladas de producción acumulada de plástico, entre 1950 y 2017, 7000 millones se convirtieron e residuos. De las toneladas de desechos plásticos, tres cuartas partes fueron depositadas en vertederos o basureros donde alimentaron el flujo de residuos no controlados y mal gestionados o fueron echados en el medio ambiente.
El documento, titulado “De la contaminación a la solución: una evaluación global de la basura marina y la contaminación por plásticos”, evidencia que la contaminación por plástico una amenaza creciente desde donde ésta se origina hasta el mar.
“La contaminación actual es omnipresente y persistente”, advierte el informe e indica que el importante crecimiento económico alcanzado por el mundo en últimas décadas, ha generado “grandes cantidades de contaminación, con importantes repercusiones en la salud humana y los ecosistemas, así como en el funcionamiento de algunos de los principales procesos de los sistemas terrestres, como el clima”.
El desecho más grande y más persistente
Indican los autores que el 85% de los desechos que llegan a los océanos son plásticos y estiman que, para 2040, los volúmenes de este tipo de residuos que fluirán hacia el mar casi se triplicarían, alcanzando entre 23 y 37 millones de toneladas anuales. Esto representa unos “50 kilogramos de plástico por metro de costa en todo el mundo”.
¿Las consecuencias? Todas las especies marinas, desde el plancton y los moluscos, hasta las aves, tortugas y mamíferos, enfrentan “riesgos de intoxicación, trastornos del comportamiento, inanición y asfixia. Los corales, los manglares y los pastos marinos, además, están sofocados por desechos plásticos que les impiden recibir oxígeno y luz”.
La basura marina y los desechos plásticos, principalmente, pudieran actuar de forma conjunta con otros factores de estrés como el cambio climático y la sobreexplotación de los recursos marinos, causando un daño mucho mayor que de forma aislada.
Plásticos biodegradables: una amenaza química
Sobre los plásticos biodegradables y de origen biológico, el documento hace referencia a investigaciones de campo, cuyos resultados evidencian que “cuando estos plásticos están fuera condiciones industriales o de compostaje controlado, algunos pueden persistir durante muchos años una vez que se encuentran en entornos marinos sin mostrar ningún signo de biodegradación”.
Reiteran las advertencias sobre alternativas a los plásticos de un solo uso que pueden ser dañinas como los estos plásticos de base biológica que, actualmente, “representan una amenaza química similar a los plásticos convencionales”.
En cuanto a la posibilidad de que el reciclaje sea una solución a esta crisis, los autores de califican como un problema su baja la tasa que es inferior al 10%. “Millones de toneladas de residuos plásticos se pierden en el medio ambiente, o a veces se envían a miles de kilómetros de kilómetros hasta destinos donde generalmente se queman o se tiran”, señala.
Los bajos precios de las materias primas basadas en combustibles fósiles, frente a los que tienen los materiales reciclados; la poca articulación de esfuerzos en la gestión de los residuos plásticos, tan to formales como informales; así como la ausencia de consenso sobre soluciones globales, son otros aspectos analizados en el informe.
Impactos en la salud

Fotografía de Chest X-ray en Ecoosfera.
Todos estamos en riesgo frente a la contaminación por plástico. Los efectos que producen estos residuos en las fuentes de agua, podrían ocasionar cambios hormonales, trastornos del desarrollo, anomalías reproductivas y cáncer, de acuerdo al informe.
Por ejemplo, el plástico se ingiere a través de los productos del mar, bebidas y la sal común. Adicionalmente, el microplástico al entrar al cuerpo humano por inhalación y absorción a través de la piel, se acumula en los órganos incluida la placenta.
“Los riesgos para la salud y el bienestar humano surgen de la quema de residuos plásticos, la ingestión de mariscos contaminados con el plástico, la exposición a bacterias patógenas transportadas en él y la lixiviación (la separación mediante disolvente de las partes solubles de las insolubles) de sustancias preocupantes en las aguas costeras”, precisa el documento.
Reducir la producción mundial
De acuerdo al documento, se estima que la producción mundial acumulada de plástico en el periodo 1950-2050, alcanzará 34.000 millones de toneladas. Lo que incrementaría, a su vez, los residuos de este material en todos los ecosistemas.
Ante la urgencia de reducir la producción mundial de plástico, así como este tipo de residuos en el medio ambiente para enfrentar esta amenaza creciente, los autores proponen actuar rápido y de forma coordinada.
También instan a “la eliminación progresiva de productos y polímeros innecesarios, evitables y problemáticos; adopción de nuevas políticas de circularidad e instrumentos fiscales como como impuestos, tasas y cargos, entre otras medidas.
Con información de PNUMA y ONU
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