Está aumentando la probabilidad de que un episodio de El Niño tenga lugar a principios del segundo semestre de 2023. Con la llegada de este fenómeno meteorológico natural, los científicos prevén un calor sin precedentes y un récord de temperaturas globales.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte, en la nueva edición del boletín El Niño/La Niña Hoy, hay un 60% de probabilidades de que las condiciones neutras de ciclo irregular un ciclo irregular denominado Oscilación Meridional de El Niño (ENOS) evolucionen y se instaure un episodio de El Niño entre mayo y julio de 2023. Porcentaje que aumentará hasta 70% en el período junio – agosto y hasta 80% entre el lapso de julio a septiembre.
El documento, basado en los aportes de los Centros Mundiales de Producción de Previsiones a Largo Plazo de la OMM y la evaluación de expertos, indica que, por el momento, no se puede pronosticar la intensidad o la duración del fenómeno.
Si bien los efectos típicos de El Niño en el clima suele ser el incremento de las precipitaciones en algunas zonas del planeta y, al mismo tiempo, graves sequías otras; así como un mayor riesgo de huracanes en el Pacífico oriental y central, dependiendo de la intensidad en que se manifieste, se espera que en esta oportunidad desencadene fenómenos meteorológicos y climáticos más extremos.
Podría romper el récord de 2016
De acuerdo a los informes sobre el estado del clima mundial de la agencia portavoz de la ONU, 2016 ha sido el año más cálido jamás registrado a causa de un período de El Niño de mucha intensidad y el calentamiento provocado por la actividad humana con la emisión de gases de efecto invernadero.
En esa ocasión, el episodio meteorológico repercutió en el aumento récord de las temperaturas globales, contribuyó a la pérdida de bosques tropicales, el blanqueamiento de corales, la generación de incendios forestales y al deshielo polar.
De acuerdo a la OMM «como en general se prevén temperaturas de la superficie del mar más cálidas a la media, se esperan también temperaturas superiores a las normales en las zonas terrestres. Sin excepción, se prevén anomalías de temperatura positivas en todas las zonas terrestres del hemisferio norte y sur», señala el boletín respecto al nuevo episodio que se espera llegue al inicio del segundo semestre de 2023.
El impacto de El Niño sobre las temperaturas globales suele manifestarse al año siguiente de su desarrollo, por lo que probablemente será mucho más notorio en 2024.
¿Qué es el fenómeno de El Niño?
El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Este fenómeno tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo.
El Niño y La Niña son los componentes oceánicos, mientras que la Oscilación del Sur es el componente atmosférico, y ambos dan origen al término El Niño/Oscilación del Sur. Este fenómeno comprende tres fases: El Niño, La Niña y una fase neutra.
Los episodios de El Niño suelen empezar a mediados de año con un calentamiento a gran escala de las aguas de superficie en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial y cambios de la circulación atmosférica tropical (es decir, el viento, la presión y la precipitación). En general, El Niño alcanza su intensidad máxima durante el período de noviembre a enero y luego decae a lo largo de la primera mitad del año siguiente.
Ocurre cada dos a siete años y puede durar hasta 18 meses. Los episodios intensos y moderados de El Niño producen un calentamiento de las temperaturas medias globales en superficie. El fenómeno opuesto de El Niño en el ciclo del ENOS se conoce como La Niña y se trata del enfriamiento a gran escala de las temperaturas de la superficie del océano en la misma región del Pacífico ecuatorial, sumado a una inversión de las condiciones de la atmósfera suprayacente. En muchos lugares, especialmente en los trópicos, La Niña (o episodios de frío) produce las variaciones climáticas opuestas a las de El Niño.
Hay que prepararse
Los episodios de El Niño están asociados al incremento de las precipitaciones en inundaciones en algunas zonas del sur de América del Sur, el sur de los Estados Unidos, el Cuerno de África y Asia central. También a graves sequías en Australia, Indonesia y partes del sur de Asia. Mientras que las aguas cálidas originadas por este fenómeno, durante el verano del hemisferio norte, pueden intensificar los huracanes en las zonas central y oriental del océano Pacífico, y la formación de huracanes en la cuenca atlántica.
Como no hay dos episodios de El Niño iguales y sus efectos dependen, en parte, de la época del año, la OMM y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) siguen evaluando de cerca las condiciones del Pacífico tropical.
«Acabamos de tener los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar de que en los últimos tres años hemos tenido un enfriamiento de La Niña que ha actuado como freno temporal al aumento de la temperatura global”, ha señalado el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, al referirse al reciente boletín de la organización.
Por otra parte, Taalas ha exhortado al mundo para que se prepare para la formación de un episodio de El Niño y sus efectos, para mantener a salvo a la gente ante fenómenos meteorológicos y climáticos extremos que podrían generarse, subrayando la relevancia y pertinencia de la iniciativa de la ONU Alerta Temprana para Todos.
Con información de la OMM y ONU
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