Una gigantesca piscina de agua que se calienta de manera sostenida en el noreste del Océano Pacífico y que pone cada vez más en peligro a los ecosistemas de la región, es consecuencia de la actividad humana que propicia la emisión de gases de efecto invernadero, considerada la causa principal del cambio climático en el planeta.
En un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Hamburgo (Alemania), publicado en la revista Communications Earth and Environment, se ha confirmado que el calentamiento sistemático de masas de agua en el Pacífico nororiental no obedece a variaciones climáticas naturales, sino que es el resultado del aumento de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero.
Entre las conclusiones del equipo científico alemán, encabezado por el doctor Armineh Barkhordarian, destaca la advertencia de que una mayor frecuencia e intensidad de estas ondas cálidas en el mar, «supone una amenaza tremenda a la biodiversidad» y puede «empujar a los ecosistemas marinos más allá del punto de inflexión, después del cual ya no podrán recuperarse».
La temperatura superficial del mar
De acuerdo al informe de los científicos de la Universidad de Hamburgo, durante la investigación fueron utilizados dos conjuntos de datos de la temperatura superficial del mar (SST por sus siglas en inglés), observados de alta resolución, y fueron aprovechados dos conjuntos grandes de condiciones iniciales de modelos acoplados de circulación general, los cuales son capaces de proporcionar mejores estimaciones de la variabilidad interna de un modelo individual y la respuesta al forzamiento externo.
También fueron usadas dos metodologías estadísticas. Con la primera fueron analizados los cambios espaciotemporales, a largo plazo, de la temperatura superficial del mar para detectar la presencia de una señal más allá de los cambios debidos únicamente a la variabilidad natural (interna), así como a los atribuidos a factores climáticos externos.
Fue así como se detectó que el clima sobre el Pacífico Norte está potencialmente influenciado por dos impulsores climáticos externos: gases de efecto invernadero (GEI) bien mezclados y aerosoles antropogénicos (AER), que tienen efectos opuestos en el balance de energía de radiación.
Con relación al segundo método estadístico empleado, el estudio señala que es la atribución de eventos extremos que determina cómo los forzamientos antropogénicos han cambiado la probabilidad de ocurrencia de un evento en particular.
Una piscina nada fresca
Otro resultado del referido estudio evidencia cómo la piscina de calentamiento a largo plazo ya ha promovido olas de calor marinas en el área del Pacífico en años anteriores, destacándose el fenómeno denominado la «mancha del Océano Pacífico» que tuvo graves consecuencias entre 2014 y 2015, como impactos ecológicos marinos devastadores, una productividad oceánica muy baja, eventos dramáticos de mortalidad en especies de aves marinas y grandes brotes de floraciones de algas que producen toxinas extremadamente peligrosas; además de generar severas condiciones de sequía en la costa oeste de los Estados Unidos.
Cuatro años más tarde, en el año 2019, una nueva ola de calor marina, que se prolongó hasta 2021, produjo en las aguas de la mencionada región, temperaturas de hasta seis grados centígrados por encima del promedio. Ahora, el equipo de científicos alemanes ha demostrado que la probabilidad de que tal ola de calor surja sin influencias humanas es inferior al uno por ciento, por lo que el aumento de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero fue directamente responsable de tal evento extremo.
Otros datos alarmantes del estudio muestran que la temperatura del agua sobre la piscina de calentamiento en el noreste del Océano Pacífico aumentó en un promedio de 0,05 grados centígrados por año durante el último cuarto de siglo. Además, en los últimos 20 años ha habido 31 olas de calor marinas en esta región, en comparación con solo nueve entre 1982 y 1999, debido a que se enfrió menos en invierno y a que el verano fue 37 días más largo en promedio.
Peligro en 3 millones de Km2
Tres millones de kilómetros cuadrados mide la enorme área del Pacífico nororiental que se calienta cada vez más a largo plazo, llamada piscina o estanque por el equipo de expertos alemanes, cuyo informe sostiene que continuará propiciando olas de calor extremas en esa zona con el peligro que esto implica para quienes allí habitan, en especial las especies marinas.
En tal sentido, el estudio alerta que “el reservorio de calentamiento a largo plazo del Pacífico detectado aquí está asociado con un fortalecimiento de la cresta del sistema de alta presión, que ha surgido recientemente de la variabilidad natural del sistema climático, lo que indica que proporcionará condiciones favorables sobre el Pacífico nororiental para condiciones marinas aún más severas (ante) eventos de olas de calor en el futuro”.
Destaca el escrito que las olas de calor marinas son eventos extremos con impactos de gran alcance en los ecosistemas marinos, incluidos los cambios geográficos de especies y la mortalidad de mamíferos y aves. Advierte, además, que las respuestas ecológicas a estos fenómenos pueden tener implicaciones socioeconómicas, como la pérdida de ingresos de la pesca, la disponibilidad de alimentos, la erosión de los servicios ecosistémicos esenciales y la mortalidad masiva de especies icónicas.
Con información de Universidad de Hamburgo, Nature, Iagua y Actualidad RT
Fotos cortesía de Ehow en Español, Iagua, Mudo Social y El Mostrador
No te pierdas
> El calor extremo es la nueva normalidad para el océano
> Proteger los océanos para restaurar la biodiversidad y mitigar las emisiones
> Tecnología de vanguardia en la lucha contra la contaminación oceánica