Cada vez más personas descubren que captar el agua de lluvia es una buena práctica, por la potencialidad de este recurso, cuyo aprovechamiento puede generar beneficios tangibles más allá del ahorro del agua, como la prevención de inundaciones, por ejemplo.
Captar agua de lluvia permite tener disponible este recurso para distintos usos: limpieza, procesos industriales, sanitarios, riego y recarga de las reservas subterráneas. Además, al detener y retener el escurrimiento o escorrentía pluvial, se evita que se saturen drenajes y aumente el flujo de agua en zonas urbanas, mitigando los efectos de inundaciones.
En general, un aprovechamiento y gestión integral del agua de lluvia, tiene un rol esencial ante dos problemas actuales. El cambio climático, por un lado, que trae consigo sequías más prolongadas y precipitaciones más intensas en la época de lluvia; por el otro, la disponibilidad de agua que, debido al crecimiento de las ciudades, se gasta más de la que se dispone.
Al ser un bien escaso, captar agua de lluvia es, definitivamente, una buena práctica que posibilita sacar el máximo provecho del vital líquido.
El agua de lluvia
El aprovechamiento del agua de lluvia es una tradición milenaria, desarrollada en distintas épocas y culturas en todo el mundo. Sin embargo, estas prácticas se fueron abandonando a medida que fueron progresando los sistemas de tratamiento y distribución de agua.
Tanto en zonas urbanas como rurales, captar agua de lluvia posibilita el tanto el ahorro como el incremento de las reservas hídricas, y aporta soluciones para tres grandes problemas:
- Aumentar la disponibilidad. Cuando se aprovecha el agua de lluvia para usos que no impliquen su consumo: sanitarios, limpieza de superficies, procesos industriales, lavado de vehículos, riego de áreas verdes o cultivos y recarga de acuíferos.
- Mitigar inundaciones. Al controlar y almacenar el agua de lluvia, se evita la saturación de la infraestructura urbana, cada vez menos eficiente debido al incremento de los volúmenes de agua que deben ser desalojados.
- Evitar contaminación de fuentes naturales. Retener y limpiar el escurrimiento pluvial impide que basura, sedimentos y grasas sean arrastrados a ríos, canales, lagos y humedales. También que la tierra absorba estos desechos y se contaminen las reservas subterráneas de agua.
Más ventajas que desventajas
El un recurso fácil de obtener y el proceso para captarlo es económico, relativamente limpio que puede utilizarse sin tratamiento. Reduce el costo por uso del agua potable en actividades distintas al consumo como descarga de sanitarios, lavado y el riego de jardines o cultivos, etc.
Cuando se utiliza el agua de lluvia ayudamos al medioambiente porque se favorece la recarga de los acuíferos abatidos y la preservación de las reservas de agua potable, al tiempo que fomenta una cultura de conservación y uso óptimo del vital líquido.
Además, al disminuir el volumen de agua lluvia que entra al sistema de drenaje sanitario y pluvial, se reducen las inundaciones.
Ahora bien, los sistemas de agua de lluvia tienen algunas desventajas:
- Requieren una inversión inicial que, aunque no es muy grande, tardará un tiempo en recuperarse.
- La cantidad de agua disponible dependerá de las precipitaciones en la zona, que podrían ser afectadas por factores climáticos.
- Se debe tener cuidado con posible contaminación del agua por materia orgánica o animales.
Buenas prácticas en el mundo
En países de Europa como Inglaterra y Alemania, recolectan el agua de la lluvia en edificios, para utilizarla en baños o en el combate a incendios, ahorrando 15% del líquido. Algunas regiones de Australia, han desarrollado regulaciones e incentivos que propician la instalación de sistemas de captación de agua de lluvia para abastecer, principalmente, el consumo doméstico y la ganadería.
Japón y Singapur la aprovechan en aeropuertos y oficinas, entre otros edificios públicos. En la India se utiliza principalmente para regadíos, y están desarrollando políticas encaminadas a la captación en ciudades como Bangalore o Delhi. Mientras que en China el proyecto “121”, aplicado en la región de Ginsu, resolvió el abastecimiento de agua a cinco millones de personas, con la aplicación de tecnologías de captación de agua de lluvia en 15 provincias.
Otro caso importante es el de Bangladesh, donde se detuvo la intoxicación por arsénico mediante la utilización de los sistemas de captación de agua de lluvia para uso doméstico.
En África se han realizado, desde 1970, campañas orientadas a la recuperación de antiguas tradiciones para recolectar agua de lluvia y abastecer comunidades rurales en Kenia y Zimbawe.
Avances en América del Norte
El uso de sistemas para captar agua de lluvia como solución a los problemas de suministro que están teniendo las grandes ciudades, las regiones más áridas y comunidades agrícolas distantes, es cada vez más común en América.
Un programa piloto para la conservación del agua subsidia la compra de tanques plásticos de 75 galones para captar agua de lluvia destinada al riego jardines, actividad que demanda alrededor del 40% del suministro de agua durante el verano, se lleva a cabo en Vancouver, Cánada.
Algunos estados de EEUU establecieron una legislación que exige la gestión del agua de lluvia, mientras que otros, en los cuales escasea el vital recurso, se promueve la captación a través de incentivos relacionados con los impuestos, entre otros.
Experiencias nuestroamericanas
En zonas rurales de Sur y Centro América, así como del Caribe, sencillos sistemas de canaletas para captar agua de lluvia para uso doméstico representan una solución. Las canaletas se colocan alrededor del techo de las viviendas, y se conectan a pilas recolectoras construidas con materiales locales (arena, grava o piedra).
Por otro lado, en los trópicos semiáridos del noreste del Brasil, se implementó un programa, beneficia a cinco millones de personas, con la participación de organizaciones civiles, comunidades y gobierno con el objeto de construir un millón de cisternas para almacenar el escurrimiento pluvial en un período de cinco años. El programa.
La capital de México, Monterrey, Guadalajara y Querétaro cuentan con sistemas de recolección pluvial. En Ciudad de México, según la Ley de Aguas publicada en 2003, es obligatorio para las nuevas edificaciones comerciales y de vivienda, un sistema de recolección de agua de lluvia.
Cosechando lluvia
Cosecha de lluvia es el nombre que se le da a la práctica de recolectar y utilizar el agua pluvial. Una técnica ancestral que está recuperando su popularidad ahora que cada vez más personas, buscan maneras de usar las fuentes de agua de forma más inteligente, eficiente y sustentable.
Para captar agua de lluvia se requieren algunos elementos básicos a saber:
- Área de captación. Generalmente son techos o superficies impermeabilizadas que reciben los escurrimientos de agua de lluvia.
- Estructura de captación. Se ocupa de la recolección de aguas, tales como sumideros o bocas de tormenta.
- Sistema de conducción. Canaletas o tuberías de diferentes materiales y formas que conducen el agua de lluvia del área de captación al sistema de almacenamiento.
- Sistema de tratamiento. Dispositivo que se encarga de retirar y filtrar los contaminantes que puede arrastrar el agua, incluyendo sedimentos, metales, grasas y basuras.
- Tanques de almacenamiento. Deben ser de material resistente, impermeable e inerte, tales como hormigón armado, de fibra de vidrio, polietileno y acero inoxidable.
- Vertedor. Estructura a través de la cual se descargan los volúmenes excedentes para evitar desbordamiento.
¿Es potable el agua de lluvia?
Aunque las propiedades físicas y químicas del agua de lluvia son generalmente superiores a las de fuentes de agua subterránea, que pueden ser más duras debido a los minerales que se encuentran en el subsuelo, ésta no es potable. Si bien el agua de lluvia es en teoría pura, al caer se escurre a través de superficies arrastrando contaminantes que pueden ser tóxicos.
Estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han comprobado que, en algunos techos tanto en zonas urbanas como rurales, se han registrado valores altos en plomo. También se han detectado niveles altos de coliformes, contaminación que puede ser producida por el excremento de animales.
La situación empeora pues la atmósfera se contamina de gases o contaminantes naturales y/o producto de la actividad humana, en las zonas urbanas con alto nivel de polución en el aire. A lo que se suma los niveles más altos de químicos, hidrocarburos, basuras y otros contaminantes. que tienen las superficies de las ciudades.
Razones por las cuales, después de captar agua de lluvia, ésta debe someterse a un proceso que permita retirar los sedimentos y grasas antes de usarse, así como de filtrado para eliminar con mayor profundidad los contaminantes.
Por otra parte, en algunas ciudades se ha registrado lluvia con un alto nivel de acidez, resultado de la contaminación atmosférica (emanaciones industriales y de vehículos). Cuando el pH de la lluvia baja de 5.0, se está ante la presencia de lluvia ácida y tiene efectos nocivos sobre áreas naturales: empobrece los suelos y afecta los cultivos, al lavar los nutrientes esenciales y liberar elementos tóxicos.
Cómo aprovechar el agua de lluvia
En casas y edificios se pueden instalar equipos para captar agua de lluvia, convirtiéndolos en estructuras sustentables, que permitan aprovechar el líquido proveniente de sus techos y reutilizarlo en sanitarios, torres de enfriamiento, limpieza de superficies, entre otros usos.
Las zonas rurales pueden aprovechar la recolección de agua de lluvia en zonas rurales y establecer un sistema de riego por goteo, que se alimenta solo.
Otra forma sencilla de sacar el máximo rendimiento al agua de lluvia es con un recolector casero independiente. Hoy en día hay opciones de instalación con pocos y sencillos materiales.
Con información de FAO, Hidropluviales y Redacción
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