Venezuela tiene pueblos de montaña y llano que hablan de la diversidad de lo afirmativo venezolano. Su historia, tradición y forma de vida han sido moldeadas por los mágicos entornos que los rodean, regalándole características únicas e inigualables.
Nuestra rica y diversa geografía es el marco perfecto para el desarrollo de pueblos de montaña y llano como San Luis, ubicado en medio de la sierra falconiana, o Calabozo, digno representante de la vida en los Llanos, y la población andina Lobatera.
Continuamos el paseo por los pueblos de Venezuela, conociendo sus calles, paisajes, atractivos naturales, tradiciones e historias.
El sorprendente San Luis
En la sierra de San Luis fue fundado en 1770 San Luis de Cariagua, ubicado muy cerca del calor de Los médanos de Coro y las playas de La Vela. La zona donde se enclava resulta sorprendente: Cataratas, simas y aguas termales, todo rodeado por una exuberante vegetación ecosistema de bosque tropical.
La población falconiana guarda sorpresas como el río Cariagua, que nace en las montañas y surge en la mitad de él, las piscinas públicas que se alimentan de éste y la cueva de Peregüey, también ubicada dentro del poblado.
San Luis de Cariagua tiene, además, un importante yacimiento ecológico, el “Camino de los españoles”. Antigua vía de piedras de canto rodado que, en tiempos de la colonia, conectaba Coro con los pueblos de La Sierra.
Recorrerlo es disfrutar de la historia y la cultura del país en medio de una exuberante vegetación, con especies endémicas, únicas en el mundo.
Las casas de San Luis tienen reminiscencias coloniales como zaguanes, aleros con tejas, ventanas de madera y techos a dos aguas con tejas criollas.
Una escultura pedestre representativa del juramento del Libertador en el Monte Sacro, Roma, destaca en el centro de la Plaza Bolívar.
La iglesia parroquial, cuyo origen se remonta al siglo XV, fue erigida para rendirle tributo a San Luis, patrono del antiguo Rey de Francia. Es una ermita con pequeñas capillas adosadas a sus lados, declarada Monumento Histórico Nacional en 1960.
Bravío legado y mágico entorno
San Luis, capital del municipio Bolívar del estado Falcón, es un pueblo que expresa su devoción con hermosas plegarias entonadas con fe, por los salveros de la sierra.
Su historia también remite al legado de los bravíos Jirajaras, habitantes de la sierra falconiana. Muchos relatos del inicio de la conquista dejan evidencia de lo aguerrida de esta estirpe indígena.
Otro de sus atractivos naturales es el Parque Nacional Juan Crisóstomo Falcón, con 42 “simas” o “haitones”, cuevas verticales producidas por la erosión de sumideros de agua que surten grandes lagos subterráneos. Algunas de ellas tienen profundidades que alcanzan hasta los 300 metros. El ejemplo más representativo es el lago formado en la cueva del río Acarite, el mayor de Venezuela.
Una zona de paisajes y ecosistemas únicos entre los que se distingue la microcuenca del Curimagua. También la catarata del río Mitare y las cuevas de Carrizalito, disfrutadas por los amantes de la espeleología y de la escalada.
La festividad en honor al santo patrón, celebrada cada 25 de agosto, y el Maratón de la montaña, son dos importantes tradiciones en San Luis, uno de los pueblos de montaña y llano.
Durante el recorrido se encuentran plantaciones de café orgánico, naranjas, cacao y otras frutas tropicales y las mejores vistas de la Península de Paraguaná y de Coro.
Pero también es una tierra de mitos y leyendas, donde habitan los seretones, personas que se convierten en criaturas mágicas a través de rituales secretos. En la sierra falconiana es muy común encontrar historias de estos hombres que se vuelven invisibles, entran en las casas y hacen maldades a sus moradores.
El más grande de Venezuela
Situada en las márgenes del río Guárico está La Villa de Todos los Santos de Calabozo, fundada el 1° de febrero de 1724 por Fray Salvador de Cádiz, en el lugar donde unos años antes fue establecida una misión indígena.
La Villa de Todos los Santos es la capital del municipio Francisco de Miranda y también fue capital del estado Guárico. Es una ciudad donde el pasado colonial convive con modernas zonas urbanas. Su casco histórico de 25 manzanas, el más amplio del país, fue declarado como Zona de Valor Histórico en 1979.
El centro histórico de la antigua Villa de Todos los Santos de Calabozo alberga monumentos arquitectónicos que datan de los siglos XVIII, XIX y primera mitad del XX. Como en muchos pueblos de montaña y llano, estos antiguos caserones hablan de su tiempo de gloria, pues Calabozo fue un pueblo ganadero de gran relevancia e importancia para toda Venezuela.
Entre ellos los más conocidos son la biblioteca pública Ana Luisa Llovera, las plazas Los Obispos y Páez, el museo de la ciudad, así como las casas La Vianera, Juana María, José Luis Ascanio Ducharne, Luis Sanojo y Rodríguez Landaeta.
Frente a la plaza Bolívar, la Catedral Metropolitana construida entre 1754 y 1790, con su estilo barroco declarada Monumento Nacional en 1979. El sonido de sus campanas retumba por el pueblo cada vez que da la hora.
Tiempos heroicos y tiempos presentes
La arquitectura colonial de Calabozo recuerda tiempos heroicos. Y es que la Villa de Todos los Santos de Calabozo fue escenario de momentos históricos e importantes batallas durante la guerra por la independencia de Venezuela.
Por allí pasó el científico alemán Alejandro de Humboldt en 1800, vivió y tuvo una pulpería, en la que hoy es la Casa de los Obispos, José Tomás Boves antes de irse a la guerra.
Aquí nacieron Juan Germán Roscio, el poeta Francisco Lazo Martí, el músico Antonio Estévez, y el compositor de joropo Cruz Tenepe, entre otros personajes ilustres.
Muy cerca de Calabozo está la Represa Generoso Campilongo, importante obra tanto de su tiempo como en la actualidad. El embalse es un remanso de paz y frescura en las calientes tierras llaneras. Un paseo ofrece unos 300 metros bordeando la carretera que sirve de entrada a la ciudad de Calabozo. El lugar frecuentado por sus habitantes especialmente en la noche, para caminar y disfrutar de varios kioscos que ofrecen artesanía local y otras mercancías.
Muchos pueblos de montaña y llano destacan por su agricultura. Calabozo, entre ellos, cuenta con unos de los suelos más ricos de Venezuela, los cuales son aprovechados para cultivar arroz, maíz y cebolla.
Lobatera
Al norte del estado Táchira, en las montañas andinas, está Lobatera, población de clima suave y rodeada por escénicos paisajes.
Fundada a 32 kilómetros de San Cristóbal, fue conocida en 1597 como Ubatera, debido a que para ese entonces era habitada por los indígenas Ubatera, quienes poseían conocimientos de astronomía y usaban signos sobre piedra para comunicarse.
Descrito por los cronistas como un pueblo de estrechas y empinadas calles, exhibe una arquitectura tradicional andina, con fachadas coloniales y una gran iglesia de estilo neoclásico y neogótico.
Construida en 1908, la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá de Lobatera llamada «La Pulchra Lobaterensis», resalta por la pureza y armonía de su estilo arquitectónico. Un reloj mecánico que llegó al pueblo en 1913, destaca en su torre sur. De origen estadounidense, su estructura de hierro fundido tiene similitud con la del Big Ben de Londres.
Pueblos de montaña y llano
Uno de los pueblos de montaña y llano de Venezuela que destaca por su belleza y atractivos sorprendentes es Lobatera. Además del legado de los pueblos ancestrales, quienes dejaron sus huellas en los petroglifos, simbólicas figuras sobre las rocas que cuentan nuestro pasado. La Piedra de Indio, en aldea Zaragoza, La Piedra del Mapa, en los Molinos, La Piedra del Corazón, aldea La Molina, La Piedra de la Culebra, en Guayabales y La Piedra Angostura, a orillas del Río Lobaterita, son las más resaltantes.
Su economía gira en torno a las minas de carbón, famosas por la magnitud de sus reservas, así como también la producción agrícola.
El Convento de Padres Carmelitas y la Casa del Padre, que ofrece paisajes de indescriptible belleza, destacan también entre los sitios de interés.
Entre sus atractivos naturales están la ruta que conduce a la Aldea Río, el río Lobatera, las quebradas Pozo Azul y La parada, hermosos riachuelos que conforman los famosos Pozos azules de aguas cristalinas.
Con información de Araguato, Venezuela Verde, Alba Ciudad y Táchira
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