Mermeladas, conservas, helados y bebidas tanto refrescantes como “espirituosas” son manjares que se obtienen de la uva de playa, fruto del árbol homónimo que es emblemático en el estado La Guaira, zona costera bañada por el mar Caribe, turísticamente conocida como la puerta de entrada a Venezuela y América del Sur.
Considerado de gran provecho para amortiguar impactos del cambio climático, este árbol abunda en las costas del mar Caribe, el Atlántico, Centroamérica, Suramérica y las Indias Occidentales.
La Coccoloba uvifera, de la familia Polygonaceae, ha sido bautizada con diferentes nombres como Icaco en El Salvador; Guiabara o uva de la caleta, en Cuba; Kino Americano, Kino de Jamaica, Uvero de Playa o Uvita Playera, en otras naciones.
A la sombra de un uvero
Nada más apreciado para un guaireño, que sentarse a la sombra de un árbol uva de playa para disfrutar de la brisa marina que contrarreste el calor o buscar las veredas donde abunda para caminar resguardándose del sol.
Es una estampa tan cotidiana que el reconocido pintor Armando Reverón la inmortalizó en la obra Figura Bajo un Uvero (1920), una de las más reconocidas del período azul de sus fases pictóricas.
De extendida y frondosa copa, el árbol de uva de playa también es aprovechado como planta ornamental y para reponer setos playeros. Puede elevarse hasta 15 metros, aunque abundan los ejemplares entre dos y ocho metros. Con un tronco de hasta 70 centímetros de diámetro, posee numerosas ramas y resistentes hojas anchas. Gracias a su gran tolerancia a la sal crece en la arena, lugares rocosos e incluso en suelos calcáreos.
Flores y frutos entre abril y septiembre
La Coccoloba uvifera florece entre abril y junio, mientras que de julio a septiembre fructifica. Innumerables son las escenas donde grupos de niños, niñas y adolescentes se arremolinan para recoger las enormes cantidades de uvas de playa que caen alrededor del árbol. Incluso usan la hoja para hacer un envase que llenan con la deliciosa fruta.
Sus flores son pequeñas, de color crema y poco vistosas pese a que nacen en racimos. Esta planta es doica, Vale decir, tiene flores hembras y flores machos. De acuerdo a su sexo, nace en tallos o troncos separados. Se reproduce de forma asexual y sexual. Es la flor hembra la que produce los frutos.
El fruto tiene forma redonda y también nace en racimos, como el fruto de la Vid o Parra, de ahí su nombre y el del arbusto. De color violeta al madurar, antes es verde, su semilla es grande y huesuda. La uva de playa no tolera el frío. De hecho, muere a 0 °C.
Ayuda a contrarrestar efectos del cambio climático
Como la planta es resistente a los vientos, sumamente tolerante a la sal del agua de mar y posee fuertes raíces, contribuye a amortiguar efectos del cambio climático, específicamente, la erosión de las playas favoreciendo la reforestación para estabilizar dunas costeras, interiores y exteriores.
De esta manera, promover la siembra de plantas uva de playa, combinada con otras medidas, ayudaría a salvar de la erosión a hábitats costeros, fenómeno que provoca grandes inundaciones, porque altera las barreras contra el mar, tanto naturales como artificiales.
Importantes propiedades medicinales
La planta de uva de playa no tiene desperdicio en lo que a propiedades medicinales se refiere. El té preparado con su hoja es usado para tratar la diarrea, la disentería y hasta algunas enfermedades venéreas. Con su semilla se trata la retención de la orina y favorece la menstruación.
La infusión del tallo y las raíces ayudan a resolver problemas intestinales. La corteza, suave y de color marrón con fondo amarillento, tiene propiedades astringentes. Asimismo, contiene un jugo rojo oscuro, de sabor un poco amargo, que se usa como poderoso hemostático para controlar hemorragias masivas.
En La Guaira se prepara una infusión con la corteza y se hacen gárgaras tres veces al día para curar la amigdalitis. Por otra parte, con las hojas, combinadas con aceite de coco se pueden reducir las hinchazones, mientras que solas contribuyen a calmar el dolor de cabeza.
Paladar beneficiado
Comer uva de playa le aporta al organismo vitaminas B y C, antioxidantes, además de minerales entre los que destacan el potasio, hierro, yodo, magnesio, flúor, zinc y calcio. Y todo con el extra de un paladar beneficiado por la ingesta directa de la fruta que es carnosa, suave y dulce o mediante los postres que de ella se obtienen.
Pese a que comúnmente se afirma que su semejanza con el fruto de la vid es sólo porque nace en forma de racimo, lo cierto es que con la uva de playa fermentada se prepara una bebida alcohólica que sabe muy parecido al vino.
Con la uva de playa, además de mermeladas y conservas, entre otros postres, también se prepara jugo y “heladitos”, como tradicionalmente se conocen en el Litoral Central, cuya receta compartimos para toda la familia:
Lavar y remojar por unas 3 horas un ¼ de kg de uvas de playa, mientras más maduras mejor / Luego desmenuzarlas/ Licuar la pulpa en un ¼ litro de agua con 125 g de azúcar (puede ser papelón rayado)/ Colocar el líquido en vasitos plásticos, congelar y ¡Buen provecho!
Con información de Cultura Genial, Actualidad 24, Orbe Verde y Escuela de Buceo Caribe Sur
Fotos cortesía de Hablemos de Flores, Receta Venezolana, Steemit, Pinterest y My Food and Family
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