Un grupo de científicos ha desarrollado un proceso electrolítico para eliminar los microplásticos en las aguas residuales, que son un medio que transporta una concentración significativa de este contaminante en el medio ambiente.
Una de las mayores fuentes de estas pequeñas partículas, cuyo tamaño es menos de 5 mm, es la ropa que usamos. Prendas que contienen minúsculas fibras de acrílico, nylon, spandex y poliéster que se desprenden cuando las lavamos. Estas microfibras terminan en las plantas de tratamiento de aguas residuales o directamente en el ambiente.
De acuerdo a los autores del estudio, cuyos resultados publicó la revista Environmental Pollution, en la actualidad no existen métodos de degradación para la gestión de este contaminante durante el tratamiento de aguas residuales. Aun cuando se han desarrollado algunas técnicas, éstas solo filtran las microfibras mediante la separación física sin degradarlas, lo que requiere de un manejo adicional.
Para la degradación y eliminación de microplásticos en el agua, los investigadores emplearon la oxidación electrolítica, proceso que no requiere el uso de aditivos químicos ni genera desechos o subproductos.
La nueva tecnología
En el proceso de investigación, el equipo liderado por el profesor Patrick Drogui, director del Laboratorio de Electrotecnologías Ambientales y Procesos Oxidativos (LEEPO) del Instituto Nacional de Investigaciones Científicas (INRS, por sus siglas en francés), utilizaron agua contaminada artificialmente con poliestireno, que mostraron una eficiencia de degradación de 89%.
“A través de electrodos generamos radicales hidroxilo que atacan a los microplásticos. Este proceso es respetuoso con el medio ambiente porque los degrada en forma de CO2 y moléculas de agua, que no son tóxicas para el ecosistema”, explica Patrick Drogui.
Agrega el científico que los electrodos empleados en este proceso son más costosos que los electrodos de hierro o acero que además se degradan, pero pueden ser reutilizados durante varios años.
Los científicos están planificando realizar replicar el procedimiento experimental con agua real. «El agua real contiene otros materiales que podrían interferir en el proceso de degradación, como carbonatos y fosfatos que pueden atrapar radicales y reducir el rendimiento del proceso de oxidación», indica Drogui.
Potencialidad para eliminar microplásticos
Debido a que las lavanderías comerciales son una fuente de liberaciones de microplásticos al medio ambiente, por lo que el especialista en electrotecnología y tratamiento de aguas evalúa el uso del procedimiento desarrollado por ellos, directo en la salida de aguas residuales de estos locales.
“Cuando el agua de las lavanderías comerciales llega a la planta de tratamiento de aguas residuales, se mezcla con grandes cantidades de agua, lo que diluye los contaminantes y dificulta su descomposición. Por el contrario, actuando en la fuente o en el lavadero, la concentración de microplásticos es mayor por litro de agua y, por tanto, más accesible para la degradación por medios electrolíticos”, afirma Patrick Drogui.
En caso de que se demuestre la efectividad de este método de degradación y eliminación de microplásticos, en agua real de lavanderías comerciales, los científicos planifican desde ahora un estudio para verificar el costo del tratamiento y la adaptación de la tecnología para el tratamiento de mayores cantidades de aguas residuales.
Con información de INRS y Science Direct
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