De particulares costumbres y características maneras de comunicarse, la Ballena jorobada posee un enigmático carisma que la convierte en uno de los cetáceos más llamativos del reino animal.
La también llamada yubarta o gubarto, es uno de los especímenes más grandes de la familia de los Balaenopteridae (rorcuales). Su color corporal va del negro al gris oscuro en la espalda, mientras que su vientre puede ser negro, blanco o moteado.
Su tamaño varía dependiendo del sexo, siendo la hembra la más grande y pesada de la especie. Su nombre hace referencia a la particular curvatura que presenta su columna cuando se sumerge en el agua, lo que le hace parecer una joroba.
La Lista Roja la clasifica como vulnerable debido a que la población fue disminuida, considerablemente, gracias a la caza indiscriminada. Internacionalmente se han promovido leyes que prohíben su comercialización y caza.
Las diferencias
La Ballena jorobada presenta características diferenciadoras frente a otros miembros de su especie. Pueden medir entre 15 y 19 metros, su peso oscila entre los 30 y 40 kilos. Su cabeza es nudosa y muy alargada con grandes tubérculos cefálicos que, según algunos investigadores, les sirven como detectores de movimiento.
Su cola en la cara inferior, la aleta caudal en el borde posterior y el útero presentan marcas de diversos formatos que identifican a cada ejemplar como un patrón exclusivo, como la huella dactilar en el ser humano. Esto permite que su desarrollo pueda ser monitoreado desde el nacimiento.
De su impactante anatomía, destacan sus enormes aletas pectorales que llegan a medir una tercera parte de su cuerpo, lo que permite a la Ballena jorobada saltar fuera de la superficie del agua y hacer piruetas y acrobacias para el deleite de quienes han tenido oportunidad de observarlas.
Lo primero es la familia
Esta especie vive en grupos sociales pequeños y variables, compuesto de 2 a 15 miembros de la especie. Aunque son muy sociables, la relación más estrecha se da entre las madres y sus crías, porque lo primero es la familia.
Su conducta reproductiva es considerada poligámica y el apareamiento inicia con una competencia agresiva entre los machos para tener acceso a la hembra en celo. La cópula ocurre en el trópico cuando las ballenas jorobadas o yubartas han culminado su migración desde las zonas de alimentación.
La gestación dura once meses y, al nacer, las crías pueden medir de cuatro a cinco metros de largo. El apego entre madres e hijos se da gracias a que el período de cuidado maternal y lactancia se mantiene durante un año completo.
Trotamundos acuáticos
Las Yubartas nos hacen pensar en la inmensidad del mar, gigantescas, graciosas y enérgicas navegan los océanos desde hace más de cincuenta millones de años, cual trotamundos acuáticos.
Estos mamíferos recorren más de veinticinco mil kilómetros al año. Pueden ser ubicados en todos los océanos del mundo ya que mantienen rutas migratorias definidas que las llevan a establecerse en aguas frías de altas latitudes en verano para alimentarse y a viajar grandes distancias hacia climas tropicales y subtropicales en invierno para reproducirse.
Durante 3 a 4 meses al año habitan en la Antártida en donde enseñan a sus crías a crear burbujas para aturdir a los Kril y poder alimentarse. Su cuerpo está adaptado para vivir tanto en aguas polares como en las tropicales.
La Ballena jorobada en concierto
La Ballena jorobada es conocida por su canto misterioso. Su concierto está lleno de sonidos estructurados de tonos bajos emitidos desde las profundidades que pueden durar de 10 a 30 minutos, hasta que el ejemplar sale a la superficie a respirar.
Si bien es cierto que tanto las hembras como los machos cantan, son éstos últimos quienes ofrecen la más larga y compleja melodía. Aún se desconoce si estos sonidos son usados como una manera de comunicarse, de desafío entre machos en el momento del apareamiento o como una forma de eco localización del alimento.
Algunos estudiosos de estos mamíferos afirman que cada comunidad tiene su propio canto y que las crías aprenden emulando a sus madres hasta que emiten el mismo sonido. La potencia de su voz les permite ser escuchados a más de 30 kilómetros de distancia.
Los riesgos en la supervivencia
Son muchos los peligros a los que las Ballenas jorobadas están expuestas, entre ellos destaca la caza que impulsa un comercio multimillonario, aunque se han creado normas que han minimizado este riesgo, aún existen países en los que se permite a sus habitantes esta actividad como forma de impulsar la economía familiar.
Los derrames petroleros que dañan la calidad del agua en la que vive, la contaminación sónica producida por explosivos, sonares, motores de los barcos que afectan su sistema auditivo y la pesca no controlada de crustáceos, su principal fuente de alimentación, afectan el proceso de reproducción de la especie.
En Venezuela estos mamíferos son poco vistos debido a la caza furtiva de la que son objeto. El último registro de su presencia en nuestras aguas data de 2011.
Sin embargo, a raíz de las restricciones generadas por la Pandemia del Covid-19, un grupo de lugareños reportó en el Parque Nacional de Mochima el avistamiento de una Ballena jorobada y su cría jugando, evento éste que causó sensación en las redes sociales.
Con información de Sernapesca, Oceanwide Expedition y Bioenciclopedia
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